Las claves del año anticipan las carencias, las necesidades y las tendencias de un 2024 que marca también una nueva era
Ahora que estamos a punto de despedir el año, podemos afirmar que hemos vuelto a superarnos. Entre desafíos, situaciones de incertidumbre, cambios de tendencias, nuevos mercados y mercados restringidos, idas y venidas, nuevas generaciones y no tan nuevas, que si el online, el offline o ambos… sea como sea y ante todo pronóstico, hemos vuelto a sacar la artillería para hacer de este año, el año del sector joyero y relojero. Porque todo lo que no se ve suele ser siempre lo esencial, pero lo que se ve es lo que, en parte, marca el camino. A punto de despedirnos de un año que se aleja de compli- caciones para dejar brillar (todavía más) a esta industria, todo se podría resumir en que para estar, hay que saber estar pero, está claro, no podríamos dejar esto así. Un año da para mucho y, para nosotros, en este hemos subido la apuesta para ponerlo todo en su lugar y concedernos la oportunidad de encontrar la fórmula perfecta para seguir creciendo. Resumimos los momentos claves que nos han llevado a estar donde estamos hoy y que ponen el punto de mira en lo que está por llegar.
Diamantes naturales vs. diamantes creados, la necesidad de hacer marca “Made in Spain”, las ventas y las exportaciones contra la posible escasez de fabricantes, como el mundo online nos devolvió la magia de la tienda física para, finalmente, encontrar el equilibrio perfecto entre dos mundos, el nuevo lujo o como las ferias se han consolidado definitivamente como cita imprescindible. Las claves del año anticipan las carencias, las necesidades y las tendencias de un 2024 que marca también una nueva era. Y es que, este sector, a pesar de estar viviendo uno de sus mejores momentos, todavía se encuentra inmerso en trazar su propia fórmula para dar respuesta a todo eso que todavía queda por hacer. Por ejemplo, con las exportaciones y las ventas de joyería y relojería al alza nos planteamos cómo era posible que pudiera llegar a existir una escasez en la presencia de fábricas especializadas. “Las limitaciones a los créditos, la gran inversión a realizar, la falta de mano de obra especializada y los altos costes hacen que emprender ahora mismo sea muy difícil. Esto ha hecho que los fabricantes ya existentes tengan más demanda. En cuanto a las fórmulas, están ya casi todas inventadas, la joyería en diseño no ha cambiado tanto en los últimos años, sólo hay que encontrar fórmulas para fabricar de una manera más eficiente para ser más competitivos”, afirmó Alias Concept para Contraste. Además, según Statista, que muestra la evolución anual del número de empresas dedicadas a la fabricación de artículos de joyería, bisutería y similares en España de 2008 a 2020, desde 2008 la industria experimenta un descenso aproximadamente de un 20% en cuanto a la existencia de empresas dedicadas al sector; sin embargo, recordamos que el ICEX muestra que, del 2021 al 2022, la exportación de joyería de España experimentó un crecimiento del 6% y, del 2017 al 2022 un 23,3%. “España tiene buena reputación en cuanto a nivel de fabricación de joyería, pero cuesta mucho encontrar joyeros. Las escuelas de joyería no siempre están alineadas con las necesidades de los fabricantes -las materias primas con las que trabajan muchas veces no tienen nada que ver con las que se emplean en las empresas – y es muy difícil encontrar mano de obra cualificada. Hay que contratar a gente sin experiencia y formar y es algo que sale muy caro con los salarios actuales y las pocas o nulas ayudas que tenemos”, añadía Ramón Joiers, llevándonos directamente a esa otra tarea pendiente del sector: la formación que de paso al relevo generacional. Como expresó Jesús Yanes en una Carta Abierta a Grupo Duplex, “quitando excepciones, este sector está formado en mayor medida por gestores, administradores y funcionarios, pero muy pocos joyeros. Tenemos muchas joyerías y muy pocos joyeros”. Y la consecuencia de esto radica en gran medida en un problema al que “no hemos prestado suficiente atención: los estudios reglados de la profesión. ¿Se puede ilusionar a las jóvenes generaciones con este panorama?”.
Recordamos además que el Plan Estratégico de Impulso, desarrollado el año pasado por el CRN, delató las necesidades más importantes del sector, entre las que se encontraba la inexistencia de una formación sectorial especializada y adaptada a los cambios y transformaciones de los diferentes colectivos que permitan el reciclaje de los profesionales en activo. De hecho, en la edición de septiembre de Madridjoya, el CRN celebró unas jornadas dedicadas al asociacionismo en las que, entre otras cosas, la formación y el relevo generacional fueron debate. “El principal problema del sector es el relevo generacional, por lo que hay que hacer muy atractivo a la gente que opte por seguir en el sector”, afirmaba Oscar Rodríguez, Presidente de la Federación Gallega de Asociaciones y Gremio de Joyeros, Plateros y Relojeros. A lo que, Mercedes Navarro, representante de AVAJOYA, añadía que “a los ciclos o grados les faltan prácticas” y que “el sector joyero engancha y hay que comunicarlo para atraer gente joven. Hay trabajo para los estudiantes de joyería. Desde Italia, le han llegado a pedir que les envíe trabajadores”.
Bajo este debate inauguramos un año en el que quizás no sabíamos todo lo que estaba por llegar pero sería mentirse a uno mismo si no reconociéramos que esto sólo era la oportunidad para reflexionar y anticipar lo que estaba a punto de ocurrir: el cambio que precede a la nueva era. De principio a fin, mientras la formación es una tarea pendiente y el “Made in Spain” nuestro valor a recuperar, este año ha sido un recorrido de circunstancias que nos han llevado a eso, a una nueva era en el sector joyero y relojero.
La consolidación de las citas feriales
Y si hablamos de nueva era, es imprescindible admitir que las citas feriales más importantes del sector se han consolidado definitivamente como un momento necesario ya que, además, según datos obtenidos por Grupo Duplex en una encuesta abierta, el 47% del sector profesional realiza sus compras en las ferias profesionales.
Cabe recordar que, por ejemplo, VicenzaOro inauguró 2023 con una edición de récord, la más grande en casi 70 años de historia con 1.300 marcas expositoras y 400 compradores extranjeros. Los compradores internacionales se duplicaron en comparación con la edición de invierno de 2022 (+105 %), un récord histórico de asistencia con un +11,5 %, en comparación con la edición anterior a la pandemia de enero de 2020. Los visitantes extranjeros rondaron el 60% del total, procedentes de 136 países del mundo. Unos datos que se superaron, de nuevo, en la edición de septiembre de 2023, registrando un crecimiento constante y con un aumento del +6% en visitantes totales y un componente internacional del 50%. Por su parte, Oroarezzo, que en su última edición se enfocó en la fabricación y producción de joyas más que nunca, registró un +40% de visitantes.
Por otro lado, la edición de marzo de Istanbul Jewelry Show registró 1.500 empresas y marcas de 10 países que se presentaron a los cerca de 32.000 profesionales del sector en la feria, marcando con estos datos la mayor edición de Estambul jamás celebrada; hasta que llegó octubre y una nueva edición que se coronaba entonces como la más positiva hasta la fecha, dándose a conocer productos y servicios de más de 1.000 empresas y marcas a más de 26.000 profesionales de 136 países diferentes. Además, cabe destacar que el 40% de los visitantes fueron compradores internacionales.
Si nos vamos a Alemania, Inhorgenta Munich también experimentó un regreso exitoso, con cerca de 24.000 visitantes de 90 países, un 51% más y 802 expositores de 38 países, un 10% más. Aunque, lo más destacado es que para su próxima edición, Inhorgenta ya registra un crecimiento significativo tras anunciar un nuevo concepto que convence al sector joyero y relojero.
Y si hablamos de la cita nacional, Madridjoya, esta se consolida definitivamente tras celebrar una edición que nadie quiso perderse y a la que no faltaron marcas y empresas de renombre que participaron por primera vez o que, por el contrario, decidieron volver a confiar en Madridjoya tras mucho tiempo.
En definitiva, las ferias son el análisis del sector, el cara a cara, el quién es quién y lo que está por llegar. Por ello, los cambios que llegan para el próximo año demuestran esta necesidad de crecer y de cumplir con las expectativas como la decisión de cambiar fechas y escenarios. “Estamos orgullosos de que nuestra exposición crezca tanto en calidad como en cantidad, contribuyendo así a la industria y expandiéndola a nuevas áreas. El año que viene, nuestra exposición tendrá lugar por primera vez en abril, del 17 al 20 de abril de 2024; y, también por primera vez, comenzará el miércoles y finalizará el sábado”, confirmaron desde la organización de Istanbul Jewelry Show al finalizar su última edición. Por su parte, HOMI Fashion & Jewels ha cambiado oficialmente su nombre a MILANO Fashion&Jewels y regresará al formato de siempre en 2024, con una edición en febrero y otra en septiembre. Además, han anunciado un nuevo formato semanal: de domingo a miércoles, con el objetivo de captar más visitantes internacionales y maximizar las oportunidades de negocio. Por otro lado, JGTD, Jewellery, Gem & Technology in Dubai, también cambia su 3a edición anunciando nuevas fechas y una nueva ubicación. La feria estaba prevista del 6 al 8 de febrero de 2024 en el Dubai World Trade Center (DWTC); ahora, la organización anuncia que esta 3a edición se celebrará del 12 al 14 de noviembre de 2024 en el Centro de Exposiciones de Dubai (DEC).
El lujo y el nuevo lujo
Todo cambió cuando Forbes publicó su lista Top 10 de las personas más ricas del mundo y descubrimos que esta vez el número 1 no lo cubría un magnate de la tecnología u otra personalidad, sino que, en 2023, el hombre más rico del mundo es Bernard Arnauld, el CEO del grupo LVMH, con un patrimonio de casi 214.000 millones de dólares. Fue en este momento cuando la sociedad empezó a tomarse enserio que el lujo ya era un nuevo lujo, un nuevo concepto que, por supuesto, influyó y sigue influyendo en la joyería. Y es que, si hablamos de lujo, hablamos de un término que se ha genera- lizado en la sociedad moderna y que se utiliza para describir cual- quier cosa, desde coches depor- tivos y vacaciones hasta colchones y maquillaje. La introducción del nuevo lujo tiene mucho que ver con esto, con el fin de volver a crear esa sensación de exclusividad. Un cambio en la industria, en el comportamiento del consumidor y su filosofía de vida, un cambio directo en lo que conocíamos, hasta ahora, por lujo.
Una investigación de PwC basada en datos de Euromonitor International, estimó que el sector de la joyería de lujo aumentaría a 55.000 millones de dólares en 2023, teniendo en cuenta su valor de 44.000 millones de dólares en 2018. Mientras que su crecimiento fue del 2% entre 2013 y 2018, debería acelerarse a +4,6% en los próximos cinco años. En España, según las estimaciones de Statista, el mercado de joyas de lujo compartidas generó unos ingresos estimados de aproximadamente 16,3 millones de dólares estadounidenses en 2020. Se prevé que los ingresos de este mercado aumenten continuamente en los próximos cinco años, llegando a unos 27,65 millones de dólares estadounidenses en 2025. Al mismo tiempo, el sector de la joyería se volvió más atractivo en el momento en el que los rangos de precio se ampliaron; entre la bisutería y la alta joyería, se encontraba la categoría “semi- fina”, lo que despertó el interés de un target más joven. Esto ha llevado a un cambio en el comportamiento de compra, impulsado por esa necesidad de mezclar moda y lujo y que, por consecuencia, ha conseguido que la joyería y la alta joyería convivan.
Esta diferencia es, en definitiva, el gran cambio hacia una nueva era. En las últimas ediciones feriales fuimos testigos de como diferentes marcas del sector apostaban por introducir en su catálogo una línea de oro o como preferían apostar por una mejor calidad aunque eso supusiera incrementar costes. Esto está generando una nueva percepción del sector en la que el futuro crecimiento que le depara a este vendrá precedido por un cambio que hará que las marcas tengan que posicionarse en un lado o en otro, siendo la calidad y la exclusividad los pilares más importantes. Además, la transformación en la que nuevas marcas son la interpretación moderna de la clásica alta joyería o la nueva joyería fina es ya una realidad, acercándose así a una generación, sobre todo millennial, que se ha educado para invertir su economía en productos de calidad, fijándose también en el diseño y los materiales para experimentar una sensación de compra que no está al alcance de cualquiera.
Y es que, WGSN predijo como sería el lujo en 2023, afirmando que especialistas en predecir tendencias coincidían en que la situación es el principal motivo que ha llevado a los consumidores a cambiar de dirección, así como la sociedad pospandémica, la guerra y la consecuente recesión. Además, un estudio realizado por The Business of Fashion y McKinsey sobre los cambios que darán forma al lujo hasta 2025, ya predijo un aumento en la demanda por parte de los consumidores más jóvenes.
Valor refugio y una industria en constante cambio
Y esto nos lleva al otro factor que, sin duda, ha marcado el año y marcará el futuro del sector: el valor refugio. En un momento de incertidumbre en el que la economía se encuentra a la baja, así como otras industrias que suponían una fuente de inversión, como las criptomonedas, la joyería y relojería se coloca en el primer puesto de los inversores. Una inversión tradicional y duradera es la demanda creciente, algo que perfectamente se encuentra en joyas y relojes. Además, el cliente cada vez es más experto por lo que sabe que está comprando. Más allá del oro como tal o los diamantes, que también se han transformado en un símbolo de riqueza, piezas de joyería o relojería raras o exclusivas se convierten en un valor refugio esencial y en una inversión inteli- gente a largo plazo, sabiendo que no fluctúa como puede hacerlo el oro. Además, el consumidor ha aprendido que se trata de una pieza que se revaloriza en el mismo momento en el que es adquirida, por lo que tiene sentido que el lujo se encuentre al alza.
Y del valor refugio a una situación inesperada (o no) entre diamantes y diamantes creados, siendo la exclusividad la posible desencadenante de este cambio crucial. La industria de los diamantes ha experimentado una evolución a lo largo de las últimas décadas promovida por la sostenibilidad, las tendencias y los hábitos del consumidor. De esta forma, los diamantes creados en laboratorio irrumpían en el mercado consolidándose como una opción más ética y más económica. Al mismo tiempo, esta materia prima creó una industria dividida entre aquellos que creían que ambos diamantes podrían convivir y entre otros que consideraban que el éxito de uno era el fin de otro.
“El diamante creado es la nueva tendencia de nuestra década”, afirmó en su día Bondiamant para Contraste. “Ha entrado con mucha fuerza en el mercado y ha generado gran incertidumbre en el mundo profesional de la joyería ya que el gran temor era saber que pasaría con los diamantes, y si pasaría lo mismo que pasó con las perlas cultivadas. Mucha gente pensó que vendría el fin del diamante natural y nosotros opinamos que la entrada de un nuevo producto sustitutivo en el mercado no tiene por qué ser negativo”. “El futuro del diamante creado es el de facilitar a más público el lucir una joya con un diamante, a un precio más asequible que el que tiene uno natural. También hay que tener en cuenta el uso industrial que tienen los diamantes para todo tipo de maquinarias. El poder producirlos de manera sintética ayuda a que los suministros para estos equipos sean más económicos y no dependan de su extracción en la naturaleza”, añadían desde el IGE.
Poco tiempo después de analizar como tanto diamantes naturales como diamantes creados, cada uno con sus características, podrían convivir, el mercado experimentó un revés que llamó la atención cuando De Beers decidía, tras encontrarse inmerso en un proyecto de prueba con Lightbox, su marca propia que trabaja con diamantes cultivados en laboratorio, dejar de trabajar con este tipo de diamantes en su colección de anillos de compromiso. Al mismo tiempo, la empresa anunciaba el lanzamiento de su nueva campaña navideña, en la que ha invertido 20 millones de dólares reintroduciendo su eslogan “A Diamond is forever” y en la que respalda la demanda de diamantes naturales.
Así, en octubre, analizamos como la demanda en diamantes creados en laboratorio seguía con una clara tendencia al alza mientras que los diamantes en bruto experimentaban justamente lo contrario. Según expertos, el motivo se debe al aumento de la demanda de los diamantes creados a través de un consumidor sensible a los precios. Al mismo tiempo, según Statista, los diamantes cultivados en laboratorio están ganando una participación cada vez mayor en el mercado mundial de diamantes cada año, y se espera que la cuota de mercado ascienda un 10% en 2030. Esta situación, comenzó a generar un colapso, despertando la duda de si la demanda de diamantes naturales sufriría un cambio permanente o tan sólo estábamos ante un momento pasajero. Lo cierto es que, el exceso de demanda empañó, por lo tanto, la realidad y generó desconfianza.
Recordamos que, la cuota de mercado de estas piedras artificiales ha aumentado del 3,5% en 2018 a una previsión del 16,5% (equivalente a 14.600 millones de dólares) en 2023. En comparación, las ventas de diamantes naturales en términos de dólares se han mantenido estables desde 2015. Por otro lado, los precios del diamante natural han caído más de una cuarta parte desde su máximo en 2022, una bajada motivada por esta nueva competencia a pesar de estar ante una industria con un valor de 89.000 millones de dólares. Pero lo cierto es que, los precios de los diamantes sintéticos también han caído de más de 5.000 dólares por piedra pulida de 1 quilate en 2016, a 1.425 dólares, como afirmó Paul Zimnisky, analista independiente que recopila datos de transacciones de diamantes a partir de los precios del mercado minorista, y, además, se están vendiendo con un descuento mayor que nunca. Esta caída se debe a la avalancha de los proveedores hacia un mercado en auge, superando incluso los deseos de los compradores de joyas y por las economías de escala que han reducido costes. Ante un impulso aparentemente imparable en el suministro de diamantes sintéticos, Zimnisky dice que habrá una “reorganización” entre los productos cultivados en laboratorio. “En general, creo que el mercado pasó de ser nuevo, nove- doso y emocionante a tener un exceso de oferta”, añadió.
En definitiva, los diamantes creados en laboratorio supusieron, en su introducción en el mercado, una posible amenaza para el mundo del diamante natural aunque, al mismo tiempo, los valoramos como una ayuda para introducir nuevos consumidores en el mundo de la joyería, consumidores que quizás no podían permitirse una joya con diamantes naturales, ahora pueden acceder a una joya con diamantes creados a otro precio. En definitiva, se podría decir que el mercado de los diamantes ha encontrado la diferencia entre un beneficio económico y un valor de escasez y objeto deseo, un lujo y un elemento extraordinario no apto para todos; valores que marcan el futuro.
El ámbito tradicional 2.0
Y todas las situaciones por las que puede pasar el sector joyero y relojero desencadenan en el mismo lugar, la tienda, ese espacio que vuelve a recuperar su encanto.
Mientras el mundo online sigue siendo necesario para cualquier marca o empresa que quiera posicionarse en el mercado, de hecho el sector joyero y relojero ha sido el sector que más ha incrementado sus ventas online en el segundo trimestre del año pasado, con una subida del 15%, hasta 33,1 millones de euros, la tienda física se ve enriquecida y marca la diferencia de cara al cliente.
Además, destacamos que durante este año diferentes joyerías tradicionales han renovado su imagen para apostar por un aspecto más moderno y sofisticado, invitando así a todas las generaciones a disfrutar de este sector. A esta renovación se suma que, según un estudio del Observatorio Sectorial DBK, los principales comercios de joyería y relojería en España finalizaron el ejercicio 2022 con una facturación conjunta de 1.600 millones de euros. Esto supone un crecimiento del 7% frente al año anterior.
La recuperación del turismo tuvo mucho que ver con esto ya que, en el segundo mes del año, España recibió 4,3 millones de turistas internacionales, un 35,9% más que en el mismo mes del año anterior, según los datos de la Estadística de Movimientos Turísticos en Frontera (Frontur) publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Sólo en enero, España había superado por primera vez cifras prepandemia, con 4,1 millones de turistas internacionales, un 0,3% más que en 2020. Por otro lado, el tráfico en las calles comerciales españolas aumentó un 12,1% y las entradas a tiendas, por su parte, registraron un crecimiento del 17% en el periodo, según ha recogido TC Group Solution en su último informe Retail Intelligence.
Otro factor que sin duda ha marcado la diferencia en la recu- peración de las tiendas físicas, y que debemos recordar, son las nuevas generaciones ya que, según Statista, en 2023 y con un 34%, los consumidores españoles de la generación Z y los millennials expresaron que prefieren realizar sus compras en tienda física a la hora de elegir joyas y accesorios. Podemos añadir que, como afirma el reciente estudio de Deloitte sobre el futuro de la relojería, la conexión personal, la construc- ción de relaciones y la experiencia de marca cara a cara superarán la conveniencia del espacio digital, especialmente para los relojeros de lujo y el mercado medio.
En definitiva, mientras 2022 fue el año de recuperación, 2023 es el año en el que por fin todo se consolida y vuelve a su lugar, teniendo en cuenta que los momentos más destacados del año son, a su vez, las claves para introducirnos en el futuro siendo conscientes de la importancia de seguir desafiando y desafiándonos.