El layering de collares de oro que Zverev lució incluso en uno de los partidos más importantes de su carrera profesional es un indicio de cómo las tendencias masculinas buscan colocarse en un primer plano
Carlos Alcaraz y Zverev se midieron en una intensa final de Roland Garros y, además de los relojes especiales que se dejaron ver por la grada, las joyas vuelven a ser protagonistas; y, esta vez, no hablamos de rivieres.
Aunque una pista de tenis, sobretodo una como la de Roland Garros, suele ser escenario de fascinantes y únicos relojes como el Tambour Blue de Louis Vuitton que lució Bernard Arnault ,el Rolex Daytona Le Mans en oro 18k de Jean Todt, Pharrell con su icónico Richard Mille Ferrari o el Rolex Cosmograph Daytona «Meteorite» en oro 18k con el que Carlos Alcaraz alzó el que es su primer trofeo en la tierra de París, las joyas piden paso.
Más allá de la icónica pulsera riviere, o pulsera tennis por su indiscutible relación con este deporte, que desde hace dos temporadas hemos convertido en un must por excelencia, los hombres se convierten en inspiración también en este terreno.
Hablamos de Zverev y su facilidad por lucir un layering de collares incluso en uno de los partidos más importantes de su carrera profesional. Un conjunto de collares que luce desde siempre pero que cobra especial relevancia ahora, en un momento en el que la joyería genderless es cada vez más un esencial en joyerías y marcas. De hecho, si en la Fórmula 1 Lecrec nos demostró que las riviere ahora también son genderless, Zverev lo hace con cadenas y medallones de oro.
Dejamos caer la atención en una cadena en concreto, y es que es un viejo conocido: la cadena balinesa o collar de plata de bali que seguramente alguno recordara, pues tuvo su boom en la misma época de las camisetas de El Niño, los pantalones de Carhartt o las zapatillas DC. Zverev reinterpreta esta tendencia y la lleva a un nuevo código de estilo con una versión en oro, más versátil y sofisticada.