El próximo 1 de marzo las nuevas sanciones afectarán a los diamantes pulidos que pesen un quilate o más
Tras ser acordada, por parte de la Unión Europea y el G-7, la ronda de sanciones contra los diamantes rusos, el próximo 1 de marzo entrará en vigor una de esas medidas adoptadas para controlar el comercio de los diamantes rusos. Y es que, como ya adelantamos, las sanciones entrarían en vigor por fases, desde el 1 de enero de 2024 hasta el 1 de enero de 2025.
El próximo 1 de marzo entrará en vigor una de las sanciones acordadas por los países del G-7 y la Unión Europea. Esta nueva norma prohibirá el comercio de «los diamantes que hayan sido extraídos, producidos o fabricados total o parcialmente en la Federación Rusa, independientemente de si dichos diamantes han sido transformados sustancialmente [es decir, cortados y pulidos] fuera de la Federación Rusa«. Esto se aplicará a los diamantes pulidos que pesen un quilate o más.
Cómo se controlará esta medida todavía no está bien definido, aunque se dice que recaerá en manos de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP), la agencia que hará cumplir las nuevas reglas. Es posible, además, que los importadores que introduzcan diamantes de al menos un quilate a Estados Unidos probablemente tendrán que proporcionar una «certificación» que confirme que los diamantes no fueron extraídos en Rusia, así como “pruebas documentales de la cadena de suministro”, es decir, facturas u otros documentos para respaldar su reclamo.
Al mismo tiempo, todo esto sugiere que los importadores tendrán que obtener más información sobre el origen que la que obtienen actualmente aunque, como afirman desde el G7, esto es algo que ya debería ocurrir en el caso de Estados Unidos, puesto que los diamantes rusos ya se han considerado como prohibidos desde la invasión a Ucrania.
Se espera recibir nueva información en los próximos días y, con el deseo de no dañar la industria de los diamantes, desde el G7 confían en que la transformación sea relativamente fácil de cumplir, ofreciendo seis meses, hasta el próximo 31 de agosto, para que las empresas puedan adaptarse a estas nuevas sanciones.
Nuevas herramientas
El próximo 1 de marzo también marcará el inicio del piloto de certificación del G7, supervisado por el Centro Mundial del Diamante de Amberes, que contrató a GIA quien, a su vez, reclutó a la empresa de tecnología de diamantes Everledger. Esta certificación será opcional de marzo a agosto y podría servir como la «evidencia documental de la cadena de suministro” requerida para los importadores durante el interregno previo a septiembre. El 1 de septiembre, el uso del sistema de certificación del G7 podría pasar a ser obligatorio.
Este sistema creado por GIA es más bien un «navegador» que tomará información de todos los diferentes sistemas de seguimiento (Tracr, Sarine, Everledger, etc.) para hacerlo accesible a los agentes de Aduana. El G7 decidirá cómo se almacena y retiene esa información. De todos modos, el nuevo sistema requerirá que cualquier persona que importe pulido a una nación del G7 utilice un servicio de seguimiento.
Además, a pesar de que el funcionamiento de estas sanciones no esté por el momento bien definido, en su momento ya se afirmó que las nuevas tecnologías serían una herramienta útil para llevar a cabo este procedimiento de la mejor forma, apostando así por una nueva era en la industria de los diamantes en la que la transparencia y la sostenibilidad sean clave.
Pero, ¿cómo afectarán estas sanciones a la industria de los diamantes? Lo analizamos en el próximo número de Contraste de la mano de FACET y Tracemark.