Las exportaciones de relojes suizos volvieron a batir récords en 2022 hasta alcanzar los 23.000 millones de francos suizos (unos 23.690 millones de euros), un máximo histórico
El sector joyero y relojero en general está experimentando un momento de oro, pero es la relojería de lujo la que reclama de nuevo su lugar. En un momento en el que las principales calles de ciudades clave de nuestra país son una apuesta para las firmas que deciden abrir boutiques propias y, al mismo tiempo, joyerías referentes hacen otra apuesta no sólo por el producto, también por la experiencia del consumidor a través de espacios cuidados, ordenados y sofisticados que invitan a entrar, el consumidor en general, incluso el que consideraba esta industria lejos de su alcance, se acerca cada vez más y sabe lo que busca.
Según el informe anual que elabora Morgan Stanley con la colaboración de la consultoría especializada LuxeConsult, las exportaciones de relojes suizos volvieron a batir récords en 2022 hasta alcanzar los 23.000 millones de francos suizos (unos 23.690 millones de euros), un máximo histórico.
Al mismo tiempo, Swatch, el primer grupo relojero del mundo con marcas como Omega, Longines o Tissot en cartera, aumentó en un 55% sus beneficios en el primer semestre de 2023. Colaboraciones virales que acercan esta industria a otro target, como el MoonSwatch con Omega o la nueva colaboración de Swatch con Blancpain también están dando sus frutos y son los responsables de un aceleramiento en el crecimiento. También el caso de Richemont que el primer trimestre del año fue, en general, muy positivo para el gigante del lujo ya que gracias a las Maisons relojeras, se beneficiaron de las prósperas ventas minoristas, que junto con las ventas en línea contribuyeron a cerca del 60% de las ventas del área de negocio. El crecimiento se logró en la mayoría de las casas y regiones con un rendimiento superior notable de A. Lange & Söhne, Jaeger-LeCoultre, Piaget y Vacheron Constantin.
Entre todo esto, cabe destacar que los precios han subido y el sector más pujante es el del lujo ya que en este mercado en el que cinco firmas acaparan más del 50% de las ventas globales, los primeros puestos son para Rolex con el 29,3% del mercado, Cartier, Omega, Audemars Piguet, Patek Philippe y Richard Mille.
Para entender el cambio que la industria está experimentando basta con prestar atencion a este dato: Hermès, cuya principal actividad no es la relojería ha aumentando un 40% sus ventas de relojes gracias a la inversión en relojería mecánica y altas complicaciones; lo que se podría traducir en el que consumidor no sólo invierte sino que también es exigente.
En una época marcada por el consumido rápido y la compra online, el consumidor vuelve a valorar lo que tanto ha caracterizado a la industria relojera: procesos manufactureros manuales, altamente especializados que lleva, a su vez, a provocar esa escasez y esa exclusividad. Así pues, se puede afirmar que la escasez no afecta a todas las marcas o industrias por igual y, en el caso del sector relojero, se está convirtiendo en una demanda creciente aunque inteligente a partes iguales, buscando siempre esa sensación de lujo. Además, cualquier persona puede visitar una relojería y encontrar relojes de todos los precios, pero que siempre existan esos modelos de culto que escasean es lo que da vida a este sector.
Por último, según un estudio publicado por Deloitte en octubre de 2022, el mercado secundario de relojes está en crecimiento y podría alcanzar los 35.000 millones de francos suizos en 2023 (36.470 millones de euros). Ahora ronda los 20.000 (20.830 en euros) .