«El análisis de gemas y la posterior emisión de certificados es, definitivamente, la forma de preservar los intereses de los joyeros que quieren vender sus piezas con la seguridad de no incurrir en costosos errores o incluso en fraude involuntario«
El IGE, Instituto Gemológico Español, se creó en 1967 y, desde entonces, ha ido evolucionando hasta convertirse en uno de los laboratorios mejor equipados de Europa, atesorando personal con gran experiencia. Charlamos con Almudena Gómez, Directora del Laboratorio de Análisis y Certificación del IGE para conocer la misión del IGE y todo lo que este aporta al sector joyero.
¿Cual es la función principal del Instituto Gemológico Español?
El Instituto Gemológico Español es una asociación sin ánimo de lucro creada en 1967 que tiene como fin dar a conocer la Gemología, promover su estudio y fomentar la investigación, así como garantizar de forma independiente la calidad de gemas y joyas a través del Laboratorio de Análisis y Certificación, y la tasación de joyas y diamantes.
¿Y su misión para proteger al sector joyero?
El análisis de gemas y la posterior emisión de certificados es, definitivamente, la forma de preservar los intereses de los joyeros que quieren vender sus piezas con la seguridad de no incurrir en costosos errores o incluso en fraude involuntario. Los certificados son documentos que ejercen como garantía de calidad de la pieza y aseguran al joyero una graduación objetiva. Y, por supuesto, el conocimiento en la materia es clave, ya que las piedras preciosas son uno de los materiales más empleados y valorados en el ámbito joyero.
El IGE está considerado como uno de los laboratorios mejor equipados de Europa, ¿por qué?
El Laboratorio de Análisis y Certificación del IGE dispone de una amplia equipación en tecnología avanzada para análisis gemológicos, como son los aparatos de espectroscopía. Estos dispositivos, que observan o miden fenómenos relacionados con el espectro electromagnético, nos permiten identificar todo tipo de gemas, diferenciarlas de sus imitaciones y detectar posibles tratamientos, que pueden hacer que el valor de la gema en el mercado varíe drásticamente. Además de los aparatos de espectroscopía, disponemos también de dispositivos especializados para el análisis de diamantes como, por ejemplo, el Diamond View. Este instrumento nos permite diferenciar si un diamante es natural o sintético, así como determinar el origen del color en diamantes Fancy: si el color está originado por tratamiento, el precio en el mercado será muy inferior al de un diamante de color natural no tratado.
El Laboratorio de Análisis y Certificación también es un punto fuerte del IGE, ¿qué marca la diferencia en este sentido?
El Laboratorio del IGE tiene más de 50 años de vida. Desde su creación, y por política interna, siempre se ha trabajado al margen de la compraventa de joyas y piedras preciosas, con el fin de garantizar una absoluta independencia y objetividad. A lo largo de su existencia, el conocimiento y experiencia que atesora el personal que trabaja en este Laboratorio se ha ido ampliando cada vez más, gracias a la enorme variedad de gemas que recibimos, tanto de clientes particulares como de profesionales e importantes marcas de joyería o casas de subastas nacionales e internacionales. También se ha invertido enormemente en la capacitación de sus empleados, así como en la ampliación de sus medios tecnológicos avanzados, como comentaba anteriormente.
¿Cómo protege el certificado gemológico al cliente?
Cuando un cliente adquiere una joya con gemas o una piedra preciosa convenientemente certificada tiene la tranquilidad de comprar una pieza con una garantía de calidad. Los certificados detallan información referente a los parámetros que determinan la calidad de una piedra, que son color, pureza, talla y peso, así como información referente a tratamientos, en caso de existir. Estos parámetros los graduamos en el laboratorio de manera completamente objetiva y a través de diversas técnicas avanzadas.
El certificado también es útil cuando se tasa una joya, o cuando se desea asegurar. En caso de robo, permitirá facilitar la identificación de la piedra, ya que cada gema es única y los certificados actúan como un DNI en el que aparecen descritas todas sus características.
Es importante tener en cuenta que no sirve cualquier laboratorio para la certificación de gemas: hay que certificar en laboratorios reconocidos que tengan un prestigio para que el documento emitido tenga valor y credibilidad en el mercado.
¿Y al joyero?
Al adquirir gemas certificadas por laboratorios reconocidos, el joyero se protege, ya que tiene absoluto conocimiento del producto que está comprando. Esto evitará pagar a precio de natural materiales sintéticos y/o tratados, o incluso imitaciones.
De cara al cliente, al acompañar las joyas y gemas del certificado de un laboratorio solvente añade valor al producto, y genera una mayor confianza. Es importante destacar que, de esta forma, se evita también la venta involuntariamente fraudulenta, que puede ser fatal para que un negocio disfrute de la credibilidad intachable que se necesita ostentar en el sector joyero y del lujo.
En un momento en el que el mercado está inundado de gemas problemáticas, ¿cómo pueden trabajar unidos Instituto y Sector para preservar la calidad de este?
Es importante concienciar al sector de la importancia de que las piedras sean analizadas y certificadas en un laboratorio, para así asegurarse de que la gema en cuestión tiene la calidad que anuncia el vendedor. Realmente, la certificación es una práctica cada vez más solicitada, especialmente desde el desarrollo y mejora de los procesos de síntesis de gemas y los tratamientos, pero todavía no lo suficiente. Muchos clientes que acuden al IGE traen piedras compradas sin un certificado previo y, lamentablemente, es habitual que se sorprendan al descubrir la diferencia entre lo que presuntamente habían comprado y lo que realmente es. Por ejemplo, es relativamente frecuente que traigan un supuesto diamante comprado sin certificado a buen precio y que, tras un análisis, descubran que lo que han comprado es una zirconita o una moissanita muy cara, que son imitaciones de diamante.
Para hacer frente a esta problemática actual, ¿qué es necesario o qué consejos nos daríais?
El consejo es que se certifiquen las piedras, sobre todo aquellas que superen el quilate de peso, o que se compren materiales ya certificados por laboratorios reconocidos. Es la única forma de saber con seguridad y detalle cuál es la naturaleza y calidad de una gema. Cuanto más se extienda esta práctica, más se protegerá al sector.
¿Cómo creéis que avanzará esta situación en un futuro trabajando unidos?
Bajo nuestro punto de vista, las expectativas son buenas, ya que observamos la tendencia cada vez más acusada de exigir y comprar gemas con certificados. No obstante, vuelvo a insistir, en la necesidad de concienciar al sector de la importancia de la certificación.
Por último, dispones de convenios con varios Organismos Públicos de Investigación, ¿qué nos podéis contar sobre esto?
Con el fin de ampliar la capacidad y exactitud en los diagnósticos se han ido estableciendo convenios con varios organismos, como por ejemplo con el CAI de Técnicas Geológicas de la Universidad Complutense de Madrid, que dispone de un aparato de fluorescencia de rayos X por energías dispersivas (EDXRF), muy útil para la detección del tratamiento de vidrio de plomo en corindones o rellenos de fisuras con vidrio tipo “yehuda” o similar en diamantes, o con el Laboratorio del Museo Nacional de Ciencias Naturales, que dispone de un dispositivo de microtomografía de rayos X, apropiado para la identificación de perlas cultivadas o naturales. No obstante, seguimos trabajando en ampliar convenios y suscribir otros nuevos, con el fin de ampliar todo lo posible las herramientas disponibles para ofrecer las conclusiones más certeras y pormenorizadas posible.
