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¿Diseño o sostenibilidad? Los diamantes creados en laboratorio cambian su rumbo

La obsesión de la Gen Z por los diamantes creados ya no reside tanto en la sostenibilidad, si no que en el diseño y en el precio

Si hablamos de diamantes, lo primero que nos viene a la mente ese ese eslogan con el que De Beers conquistó a tantas personas hace más de 75 años: “un diamante es para siempre”. Desde entonces, esta industria ha crecido hasta tener un valor de 96.000 millones de dólares; y, mientras está inmersa en una situación de transformación, parece que los diamantes creados en laboratorio cambian de dirección. 

En un principio, los diamantes creados en laboratorio irrumpieron en el mercado como una opción más ética y económica; o, por lo menos, así lo transmitían marcas y consumidores. Ahora, la Gen Z ha revolucionado (una vez más) esta industria y la obsesión de estos jóvenes por los diamantes creados ya no reside tanto en la sostenibilidad, si no que en el diseño y en el precio. 

Un cambio que el director de Pandora confirma. “Cuando hablamos de elección de producto, sólo hay dos cosas que realmente impulsan el comportamiento. Puedes afirmar que haces otras cosas, pero el diseño es absolutamente el aspecto más importante de la decisión de compra de un producto, y el segundo criterio es el precio”. 

De hecho, el año pasado, los ingresos de ventas para Pandora por los diamantes cultivados en laboratorio alcanzaron los 265 millones de coronas danesas (38,5 millones de dólares), y, para 2026, el minorista danés pretende recaudar miles de millones. Mientras tanto, el precio de sus acciones casi se duplicó en 2023 y no muestra signos de desaceleración. Además, esta semana, las acciones de Pandora subieron a un nivel récord .

Como marca, vendemos a niñas de 15 años y mujeres de 65 años”, afirmó Lacik, con la certeza de que, en su mayoría, los millennials y la Generación Z están comprando su colección de diamantes cultivados en laboratorio. Incluso celebrities como Selena Gomez o Jennifer Lawrence han encontrado en las joyas con diamantes creados una gran apuesta; una prueba más de que, según Pandora, en este caso es el diseño lo que conquista a este tipo de clientes mientras que, otros, son conscientes de que este tipo de diamante es un 60% y un 85% más barato que el diamante natural lo que no quiere decir que el consumidor quiera ahorrar dinero, si no que se está dando cuenta de que pueda comprar una pieza más grande a un precio menor. Y, como afirma Lacik “el respeto al medio ambiente es sólo la guinda del pastel”. 

Un cambio de rumbo que podría llevar a colocar este diamante creado en un tipo de joyería en concreto. 

El fin de un auge y un mercado que se estabiliza

La mayoría de los pequeños joyeros no pueden sobrevivir vendiendo anillos de compromiso de 1.000 o 2.000 dólares, sin importar cuán grandes sean los márgenes. Por eso, ciertos minoristas ya están volviendo a introducir piedras preciosas naturales, como afirman expertos del sector. A esto se suma que, el mes pasado, el medio Business Insider declaró que «el auge de los diamantes cultivados en laboratorio ha terminado”. Sin embargo, la demanda de diamantes creados en laboratorio por parte de los consumidores sigue siendo fuerte, y es posible que incluso siga creciendo. 

Recordamos, además que, a finales del año pasado, la demanda en diamantes creados en laboratorio continuaba con una clara tendencia al alza mientras que los diamantes en bruto experimentaban justamente lo contrario. En ese momento, el exceso de demanda empañaba la realidad y generaba desconfianza. La cuota de mercado de estas piedras artificiales aumentó por aquel entonces del 3,5% en 2018 a una previsión del 16,5% (equivalente a 14.600 millones de dólares) en 2023. En comparación, las ventas de diamantes naturales en términos de dólares se mantuvieron estables desde 2015. Por otro lado, los precios del diamante natural cayeron más de una cuarta parte desde su máximo en 2022. Pero lo cierto es que, los precios de los diamantes sintéticos también cayeron de más de 5.000 dólares por piedra pulida de 1 quilate en 2016, a 1.425 dólares, como afirmó Paul Zimnisky, analista independiente que recopila datos de transacciones de diamantes a partir de los precios del mercado minorista. Esta caída se debe por la avalancha de los proveedores hacia un mercado en auge, superando incluso los deseos de los compradores de joyas y por las economías de escala que han reducido costes. Ante un impulso aparentemente imparable en el suministro de diamantes sintéticos, Zimnisky afirmó que habría una “reorganización” entre los productores cultivados en laboratorio. “En general, creo que el mercado pasó de ser nuevo, novedoso y emocionante a tener un exceso de oferta”, añadió.

De momento, la industria de los diamantes se siente todavía incierta según expertos. 

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