Un icono que sobrevive a todas las tendencias y temporadas y una maestría joyeria que vuelve a ser protagonista
Estamos en un comeback de clásico definitivos y el tubogas es la última prueba. En un escenario en el que las joyas creadas para perdurar en el tiempo, para convertirse en una segunda piel y para lucir en cualquier momento del día son las más deseadas, sin perder la originalidad ni la personalidad, los clásicos de siempre, esos que guardan tanta tradición joyera, vuelven a ser un must.
Consolidado en el universo joyero y convertido en icono indiscutible, el término tubogas hace referencia a una técnica joyera que tiene una gran historia. Llegó en los años 70 como un completo descubrimiento revolucionario y, desde entonces, se ha mantenido sobreviviendo a todas las tendencias. Una técnica creada por Bulgari, la firma italiana que lanzó la primera pulsera de oro flexible, elástica e innovadora que, hoy en día, se considera también una de las piezas más emblemáticas.
A partir de entonces, diferentes marcas comenzaron a diseñar sus propias joyas tubogas jugando con volúmenes y superposiciones y creando desde pulseras hasta pendientes, pasando por colgantes y anillos. Joyas versátiles que hoy vuelven a ser un objeto deseo.
Teniendo en cuenta que esta temporada las formas, los volúmenes y las texturas dan vida a las joyas más buscadas, la esencia de la maestría joyera vuelve a ser protagonista a través de piezas reeditas que no pierden esa estética clásica y vintage.
