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«Más sorpresas» en las sanciones a los diamantes rusos

Existen grandes diferencias en la forma en que cada país pide a los comerciantes que demuestren que no envían productos sancionados

Cómo controlar el mercado de los diamantes rusos sigue siendo una encrucijada. En los últimos meses, el G7 y la Unión Europea han estado gestando las sanciones pertinentes para evitar el comercio de estos diamantes y el pasado 1 de marzo entró en vigor una de esas sanciones: la de importar diamantes sueltos extraídos de Rusia de 1 quilate o más. En ese momento, muchos se preguntaron cómo se llevaría a cabo este control y, aunque desde la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de EE. UU transmitieron el procedimiento a seguir, todavía quedan más dudas.

Hasta el momento, solo hay una cosa en común: el 1 de marzo, todos los países del G7 (Estados Unidos, Reino Unido, Canadá, Japón, Francia, Alemania, Italia) y la Unión Europea (un miembro “no enumerado” del G7) prohibieron el importación de diamantes sueltos extraídos de Rusia 1 ct. y más, incluso si fueron cortados y pulidos en otro lugar. La cuestión es que existen grandes diferencias en la forma en que cada país pide a los comerciantes que demuestren que no envían productos sancionados. 

Por ejemplo, Estados Unidos ha optado por la autocertificación: los importadores deben presentar una declaración en papel con membrete de la empresa que confirme que su envío no contiene diamantes rusos, según las nuevas normas de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP). Para los importadores de joyas de diamantes, la declaración sólo necesita afirmar que ningún diamante en las joyas fue exportado directamente desde Rusia.

Por ahora, Estados Unidos no exige respaldo para estas declaraciones aunque se espera que esto cambie en los próximos meses. De hecho, un aviso del Departamento de Negocios y Comercio del Reino Unido decía que la autocertificación «puede» ser aceptable, pero agregaba que «los importadores deben estar preparados para proporcionar evidencia adicional retrospectivamente si es necesario, incluso para demostrar que los productos no son de origen ruso o superiores al Límite de peso

Por su parte, las directrices de la Unión Europea sobre los diamantes rusos son más estrictas que las de los EE. UU. ya que exigen que los importadores proporcionen información sobre el origen de todos los diamantes de 1 qt. y más. Para ello, deberán presentar un certificado de origen único del Proceso de Kimberley. (No se permitirán paquetes mixtos, aunque la “clasificación de Botswana” de De Beers calificará como de origen único a pesar de que agrega la producción de cuatro países). Los agentes de aduanas pueden solicitar documentación adicional, incluido un formulario de declaración, factura y lista de empaque, así como documentación de transporte.

Además, los importadores de piedras pulidas deben presentar una declaración que confirme que ninguno de sus diamantes ha sido extraído en Rusia, junto con pruebas que podrían incluir desde un formulario de aduanas o una factura, hasta una lista de embalaje, documentación de transporte, pruebas de los sistemas de trazabilidad o un informe de clasificación de laboratorio.

Canadá y Japón también promulgaron prohibiciones sobre el pulido ruso, pero sus declaraciones contenían pocos detalles sobre su aplicación.

Estas sanciones serán validas durante lo llamado el “período de salida del sol”, que finalizará el próximo 31 de agosto. A partir de septiembre, el umbral de tamaño bajará a medio quilate y los diamantes deberán tener un certificado G7, un sistema que, como afirmó Leanne Kemp, directora ejecutiva de Everledger, ya habría emitido sus primeros certificados, como parte de un piloto con fabricantes y mineros seleccionados. Este sistema también puede suponer que todos los diamantes de al menos medio quilate tengan que pasar a través de Bélgica, donde tendrá su sede el sistema de certificación. 

Recordamos además que, las herramientas de trazabilidad son, para algunos miembros del G7, la mejor opción para poder controlar la procedencia de cada diamante. Esto supondría un paso más hacia la sostenibilidad y la transparencia de la industria. Por ejemplo De Beers, que no prevé ninguna interrupción en su suministro de diamantes, emitió un comunicado en el que afirma su “preparación” para las nuevas restricciones, y añadió que recientemente firmó un principio de términos para una colaboración entre Tracr, su plataforma de seguimiento de diamantes, y Sarine Technologies, con el objetivo de reforzar la confianza en la procedencia de los diamantes. Esta colaboración se centrará en registrar la trazabilidad de los diamantes desde bruto hasta pulido, tecnológicamente asegurada. La tecnología Tracr y Sarine está abierta a usuarios de toda la industria y se centrará en hacer que el acceso digital a la información sobre diamantes esté disponible para los funcionarios del G7.

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