La capital global de la moda y la alta joyería adopta así una nueva categoría de lujo, los diamantes de laboratorio, con nuevos actores o iconos del sector que apuestan por esta tendencia
Los diamantes creados en laboratorio continúan trabajando en su consolidación en la industria joyera y relojera, una tendencia al alza que no pasa desapercibida si tenemos en cuenta que el último gesto de estos diamantes ha sido su entrada en el epicentro de la alta joyería, la Place Vendôme de París.
Marcas con un modelo de negocio que apuesta únicamente por los diamantes creados, otras ya consolidadas en el sector que introducen este diamante como parte de sus colecciones o empresas de lujo que invierten en este tipo de diamantes. La industria del diamante creado el laboratorio continúa al alza a pesar de que todavía pueda generar incertidumbre en el mundo profesional de la joyería. Por ejemplo, recordamos que según Nivoda, plataforma líder en la industria de diamantes, el año pasado vendieron un 54% de diamantes naturales frente a un 46% de diamantes de laboratorio, este año, las cifras ya han cambiado, registrando un 52% en diamantes naturales y un 48% en diamantes de laboratorio.
Ahora, es París quien se deja cautivar por los diamantes de laboratorio. La capital global de la moda y la alta joyería adopta así una nueva categoría de lujo, los diamantes de laboratorio, que se instala en el centro neurálgico de la joyería, la Place Vendôme; un lugar en el que conviven tiendas insignia como Boucheron, Van Cleef & Arpels, Bulgari o Cartier. A estas Maisons icónicas en el universo joyero se unen las principales casas de moda, que han creado sus divisiones de joyería con presencia minorías en las joyerías de esta plaza, como Chanel, Dior o Louis Vuitton.
Son precisamente estas divisiones las que han introducido los diamantes creados en laboratorio en París, y lo han hecho durante la semana de la Alta Costura de París al presentar sus respectivas nuevas colecciones de alta joyería. En este contexto, llamó la atención nuevos actores, como Courbet (con Marie-Ann Wachtmeister como directoria creativa y Manuel Mallen como presidente) y Maison Mazarin (con Louise de Rothschild y Keagan Ramsamy); ambas marcas basadas en los diamantes de laboratorio.
Cabe destacar que Coubert irrumpió hace unos años en la emblemática Place Vendôme de París y cuenta con una joyería en en el quinto piso de Cour Vendôme; aunque es en este momento cuando su nombre vuelve a sonar, precisamente en el mismo momento en el que los diamantes creados en laboratorio continúan al alza.
Con esto, se confirma la creciente influencia de los diamantes creados que, al mismo tiempo, está generando inversiones entre los principales inversores de la industria del lujo. Recordamos que LVMH adquirió una participación sustancial en una ronda de inversión de 90 millones de euros con el especialista en diamantes de laboratorio israelí Lusix y algunas de sus marcas ya utilizan estos diamantes. Al mismo tiempo, Chanel Corp. adquirió el 13 % de Courbet en su última ronda de financiación, con la que se valoró a la marca en 60 millones de euros.
¿Llegarán a convivir definitivamente los diamantes y los diamantes creados?