El deporte se está convirtiendo en un atractivo para industrias como la moda o la joyería que está resurgiendo en tendencias y nuevos objetos deseo
Sabes que algo está cambiando cuando las nuevas generaciones llegan a los Juegos Olímpicos cargadas de joyas, rompiendo cualquier regla y brillando en un momento deportivo tan importante en sus carreras. Este evento parisino está dejando, sin duda, un lista de inspiración que no pasa desapercibida a través de tendencias y manuales de estilo que, aunque ya conocidos, suben de nivel.
Hasta esta edición, los Juegos Olímpicos nunca se habían relacionado con marcas de otras industrias excepto lo evidente, como OMEGA como Cronometrador Oficial, Panasonic, LVMH para los baúles que guardan la antorcha olímpica y las medallas, que esta vez han sido diseñadas por la Maison de alta joyería Chaumet. Por supuesto, tampoco habían sido un escenario en el que encontrar la inspiración necesaria en materia moda o, en este caso, en joyería. Claro que todo ha cambiado.
El deporte se está convirtiendo en un atractivo para industrias como la moda o la joyería que está resurgiendo en tendencias y nuevos objetos deseo, como el tenniscore, el regreso indiscutible de las riviere en todas sus versiones, Marta Kostyuk en Wimbledon, Zverev en Roland Garros, Charles Leclerc en el Grand Prix de Mónaco o esta estética clásico-deportiva que ha conquistado también al sector relojero son algunas pruebas. Sí, la relación entre el deporte y la joyería es cada vez más evidente.
El cambio de tendencia en el universo joyero sigue demostrando su nuevo rumbo, ese en el que la joyería ocupa, cada vez más, un papel importante. Looks que no encuentran su sentido sin el broche de oro, piezas que son ya un amuleto o una forma de expresión, y códigos de estilo que son ya un must; la joyería se impone como un esencial que continúa conquistando a todas las generaciones. Así lo confirman los Juegos Olímpicos y el mundo deportivo en general, que se está convirtiendo en escaparate ideal tanto que, Business of Fashion estima que el mercado global de patrocinio deportivo pasará de 63,1 mil millones de dólares en 2021 a 109,1 mil millones de dólares en 2030. Aunque en este caso estamos hablando de deportistas que inspiran por añadir a sus «uniformes» un total look de joyas perfectamente estudiado, estos datos tampoco pasan por alto. (La relación entre el deporte y el universo relojero es más que evidente, de hecho). Y si hablamos de lujo, las grandes firmas han puesto, para sus últimas campañas, el foco en los deportistas de élite con el objetivo de conquistar a una generación más joven.
Si otra cosa, además de lo deportivo, ha destacado en los Juegos Olímpicos es la facilidad y necesidad de algunos deportistas de elite por subir a la pista con glamour y joyas (y otras tendencias Beauty como manicuras perfectas o peinados con complementos incluí.dos como maxi lazos).
Noah Lyles que ganó el Oro en la final de 100m masculina se ha llevado todas nuestras miradas por un collar que cumple con diferentes tendencias: los eslabones calabrote, un icono que regresa para quedarse y que veremos mucho la próxima temporada, en formato choker que no hace falta decir que también nos volverá a conquistar en este Otoño-Invierno y con mucho brillo y colores, tal y como dicta el nuevo joyero. Una joya que es un auténtico deseo y que, a la vista está, no le ha impedido ganar este gran logro.
El de la atleta Rani Rosius también ha sido una satisfacción para los que estábamos a través de la pantalla. Un layering de joyas divertido y fresco a través de cadenas y charms que daban vida también a los pendientes y que Rani ha combinado con anillos y brazaletes. Y el de Terry que, además de otro layering de collares y una combinación diferente de pendientes, ha adornado su cintura con joyas de colores, con charms y con mensajes.
La versión más sofisticada ha sido la de Adeleke, con un colgante de inicial y unos pendientes en forma de corazón o la de Becker, con un mix de pendientes y unos aros (que son el regreso inesperado de la próxima temporada) que ponían el toque final.
Simone Biles ha celebrado en París su triunfo con una misteriosa joya que ha captado toda la atención, eclipsando la medalla de oro (una de las varias que ha ganado). Al parecer, se trata de una pieza con forma de cabra tridimensional adornada con 546 diamantes y elaborada, por Janet Heller Fine Jewelry, con una precisión meticulosa. Lo especial también reside en su significado ya que GOAT, que es el nombre de esta joya, significa cabra, pero también son las siglas de ‘Greatest Of All Times’, es decir, el mejor de todos los tiempos. Es por esto, por lo que la cabra hoy es símbolo de fortaleza y de ser uno de los animales que representan el triunfo. “Simone Biles muestra con orgullo su collar G.O.A.T, simbolizando su estatus como la más grande de todos los tiempos, después de ganar su histórica sexta medalla de oro”, afirma la marca en su cuenta de Instagram. “Esta pieza refleja su dedicación, perseverancia y el espíritu que ha inspirado a generaciones”, añaden.
Aunque son muchos más los deportistas que han lucido joyas en un momento tan importante, estos son solo un oda a la joyería en todos los contextos, estilos y versiones.