19.9 C
Barcelona
jueves 9 octubre 2025
SeccionesEntrevistas“La única herramienta imprescindible en joyería artesanal son las manos”, Rodolfo Navarro...

“La única herramienta imprescindible en joyería artesanal son las manos”, Rodolfo Navarro Bort

"Mi legado consiste en mostrar que es posible ser un artesano joyero completo, es decir, ser capaz de diseñar y realizar una pieza de creación propia de forma completamente autónoma, sin necesidad de intermediarios o tecnología moderna"

La historia de la joyería española de los últimos setenta años no se entiende sin el nombre de Rodolfo Navarro Bort, un creador que ha sabido conjugar tradición, innovación y un incansable espíritu de exploración artística. Su recorrido comienza en Valencia, donde tras finalizar sus estudios superiores en joyería (1955-1961), se empapó de las tendencias locales antes de dar el gran salto a París, epicentro mundial del lujo. Allí trabajó en talleres de gigantes como Cartier, Van Cleef & Arpels y Boucheron, y amplió su experiencia en Londres y Ginebra, observando de primera mano los estilos internacionales que más tarde alimentarían su propio lenguaje creativo.

¿Qué técnicas considera que definen la joyería artesanal?

Desde que comencé a trabajar en el maravilloso mundo de la joyería, siempre he afirmado y he puesto en práctica a lo largo de mi vida profesional que, para ser un buen artesano, es necesario contar con un amplio conocimiento de todos los oficios relacionados con este arte. Empecé tarde, a los 20 años, y no fui un aprendiz convencional. Al haberme criado en una familia de joyeros, desde la adolescencia tuve la oportunidad de entrar en contacto con las herramientas propias de un taller de joyería. Sin embargo, con el tiempo y la experiencia en este fascinante oficio, uno se da cuenta de que la única herramienta verdaderamente imprescindible para ejercer como un artesano joyero es el don innato que cada individuo posee en sus manos. Pues son estas las encargadas de dar forma a las fantasiosas creaciones que surgen en nuestra mente, pero que no todos son capaces de materializar.

Sin embargo, dicho por sí solo no es suficiente; es imperativo acompañarlo del esfuerzo y la dedicación necesarios para poder aprender todas las disciplinas requeridas. Entre ellas, destaco: sacador de fuego, pulido, engastado, cincelado,  repujado, grabado, esmaltado al fuego , dibujo técnico, etc. No por descontado, también es crucial destacar la importancia de contar con amplios estudios en el ámbito de la gemología, ya que es fundamental tener conocimientos técnicos sobre estos materiales al momento de manufacturar las joyas.

Así como tener el conocimiento y la habilidad necesarias para poder limar, serrar, sellar, enbutir, soldar, calar, etc., y así completar y dejarla sacada de fuego.

¿Cual era la parte del proceso que más disfrutaba?

Para mí, todo el proceso era algo no solo digno de disfrute, sino también de un orgullo profundamente especial, tanto a nivel personal como profesional, pues siempre me he sentido muy realizado en esta profesión. Dicho esto, cabe destacar que la parte creativa es, sin duda, la más imprescindible desde mi punto de vista, ya que, al haber sido un artesano joyero, tenía que diseñar la pieza y luego manufacturarla de forma completamente autónoma. Esto contrasta con la amplia mayoría de mis colegas de profesión, que tendían a especializarse más en áreas concretas, ya sea en la parte de dibujo y diseño, o en el trabajo más de taller para dar forma a las creaciones de otros.

¿Hay alguna pieza que recuerdes con especial cariño o que consideres un hito en tu carrera?

Lógicamente, siempre se guarda cierto cariño especial por algunas piezas. Generalmente, cuanto más compleja es su realización, más apego les coges al final del proceso. Dicho esto, es bien sabido por todos los profesionales de esta honrado gremio que he creado un estilo propio, difícilmente reproducible, bien sea porque es incompatible con los métodos modernos o por su complejidad en sí. Lo que quiero decir con esto es que mi forma de crear siempre se ha caracterizado por tener “los hilos” como insignia de mis piezas. Así pues, es natural que sienta cierta debilidad hacia mis obras que reflejan dicho estilo propio. Cabe destacar el collar que realicé para el prestigioso concurso de “Montres et Bijoux” Prix de la Ville de Genève, que fue galardonado en 1968.

Quizás esta sea la pieza que mejor muestra mi tan característico estilo propio, que yo mismo he autodenominado como “los hilos”. En lo referente a mi dicho estilo, cabe destacar que, a la hora de manipularlos, los hilos son tremendamente difíciles de manejar debido a perfección de su trefilado. Por consecuencia, es imperativo tener un avanzado dominio de las manos y los dedos para poder darles forma.

¿Cómo ha cambiado la joyería desde que usted empezó en el oficio hasta el día de hoy? 

Desde hace muchos años, la informática y el prototipado, principalmente, así como otras técnicas, han redefinido el concepto de joyero propiamente dicho. Como maestro joyero en activo, soy plenamente consciente de la realidad de nuestra profesión y conozco dichos métodos. Jamás me he visto envuelto en el uso de los mismos, pues yo he sido, soy y seré un artesano joyero que, mediante sus manos, elabora sus piezas. En conclusión, a mi parecer, es ciertamente complejo superar la habilidad cultivada tras décadas de experiencia en el oficio de un artesano joyero de renombre, por mucha ayuda externa en forma de tecnología que utilice.

¿Qué legado personal le gustaría dejar al mundo de la joyería?

Cabe destacar que, como siempre he defendido, las escuelas y el aprendizaje académico son algo importante, pero a día de hoy no forman a los alumnos en muchos de los elementos fundamentales de nuestra profesión. Sencillamente, cumplen con unos estándares establecidos por unos burócratas que poco o nada conocen el oficio y dejan de enseñar habilidades cruciales para desarrollarse y crecer como un verdadero artesano joyero independiente. En conclusión, mi legado consiste en mostrar que es posible ser un artesano joyero completo, es decir, ser capaz de diseñar y realizar una pieza de creación propia de forma completamente autónoma, sin necesidad de intermediarios o tecnología moderna.

¿Qué relación profesional ha mantenido con su mujer María Luisa García Alarcón a lo largo de su carrera?

Mi mujer Marisa colaboró conmigo a partir de los años 69-70. Le enseñé las técnicas de esmaltado al fuego que, posteriormente, ella perfeccionó a través de muchas horas de aprendizaje y esfuerzo, y eventualmente se incorporó a mi taller. Tal era su dedicación que no pasó mucho tiempo hasta que finalmente comenzó a esmaltar mis joyas. Pero, tal era su tesón y dedicación por lo que hacía, que rápidamente pasó de ayudarme a mí a título personal a ponerse a trabajar con las diversas tecnicas del esmalte a fuego. Fue así que finalmente decidimos inscribirnos en el concurso de “Prix de la Ville de Genève” en la categoría de “Esmaltado”, donde ambos colaboramos en una pieza. Finalmente, y tras una ardua competición, fuimos galardonados con una Mención de Honor por el jurado, poniendo de manifiesto su destreza en el noble arte del esmaltado al fuego.

A partir de ese momento, hasta que nos dejó en el año 2022, no dejó de trabajar, no solo esmaltando mis joyas, sino también reproduciendo cuadros de importantes pintores, así como trabajos de su propia creación. Durante la próxima exposición que estoy preparando sobre mi trayectoria profesional, habrá también una más que digna muestra representativa de su trabajo y logros profesionales, pues la ocasión lo merece. Hemos sido un matrimonio fuertemente vinculado a la joyería desde nuestros inicios, yo como joyero artesano y ella como esmaltadora. Estoy convencido de que no había nadie como nosotros en España. 

Beatriz Badás
Beatriz Badás
Periodista
TE PUEDE INTERESAR

COMENTARIO

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

ÚLTIMAS NOTICIAS

COMENTARIOS