Esta nueva medida podría causar «el máximo daño a la cadena global de suministro de diamantes y joyería, mientras que tendría un impacto mínimo en los ingresos de Rusia”, asegura David Bonaparte, CEO de Jewelers of America (JA)
La asociación comercial Jewelers of America (JA) lideró la semana pasada una delegación de representantes de la industria joyera en una serie de reuniones cruciales con legisladores en la capital del país. El propósito de su visita a Washington D.C.: discutir las nuevas restricciones propuestas para la importación de diamantes rusos, que podrían impactar significativamente en la cadena de suministro de diamantes y joyería en Estados Unidos.
El grupo de JA, encabezado por su presidente y CEO David Bonaparte, fue acompañado de destacadas figuras del sector como Jon Bridge de Ben Bridge Jeweler, Dave Meleski de Richline Group, Matthew Swibel de Signet Jewelers, y Ronnie VanderLinden, ex presidente de varias asociaciones de diamantes. Durante su visita, se reunieron con más de una docena de legisladores de ambas cámaras del Congreso, tanto demócratas como republicanos, que supervisan temas comerciales.
Principal preocupación: El impacto en la cadena de suministro
La preocupación central se enfoca en una propuesta de la Unión Europea que obligaría a que todos los diamantes en bruto de 0,5 quilates o más provenientes de países del Grupo de los Siete (G7) pasaran exclusivamente por un canal de importación en Bélgica a partir del 1 de septiembre. El mensaje de Bonaparte fue claro: esta medida podría causar «el máximo daño a la cadena global de suministro de diamantes y joyería, mientras que tendría un impacto mínimo en los ingresos de Rusia».
Desde el 1 de marzo, el Servicio de Aduanas y Protección de Fronteras de EE.UU. (CBP) emitió nuevas directrices sobre la importación de diamantes pulidos de 1 quilate o más, coincidiendo con las recientes restricciones del G7 sobre los diamantes extraídos en Rusia. Estas regulaciones se van a aumentar el 1 de septiembre, reduciendo el umbral a 0,5 quilates y extendiéndose a joyería acabada, diamantes cultivados en laboratorio y relojes.
En las discusiones en el Capitolio, el grupo enfatizó que la propuesta de la UE, que centralizaría el ingreso de diamantes en el “nodo” escogido por la UE, Amberes, en Bélgica, a través de un sistema de cadena de bloques para verificar su origen, podría generar interrupciones significativas en la cadena de suministro y aumentar los costos para los consumidores estadounidenses.
Bonaparte subrayó la importancia de esta visita a Washington: «JA ha estado trabajando incansablemente para minimizar las interrupciones innecesarias en la industria del diamante de EE.UU. Estamos muy preocupados por los requisitos adicionales que podrían entrar en vigor el 1 de septiembre, incluyendo la adopción de la propuesta de la UE».
Además, el grupo abogó por una cláusula de «derechos adquiridos» que protegería los diamantes y joyería ya importados a EE.UU. antes del 1 de marzo de 2024, argumentando que esta medida es crucial para salvaguardar el valor de los inventarios actuales y los bienes de los consumidores.
Durante las reuniones, también se discutió la necesidad de mantener los sistemas de certificación actuales para los diamantes en bruto importados a EE.UU. y se solicitaron directrices más claras sobre las restricciones de importación para evitar confusiones con las normativas actuales.
Jewelers of America sigue firme en su apoyo a las medidas para excluir los diamantes rusos de la cadena de suministro, incluyendo las nuevas restricciones de CBP implementadas en marzo. La organización insta a sus miembros a utilizar el Centro de Acción Legislativa de JA para comunicar al Congreso que las restricciones propuestas para septiembre podrían ser perjudiciales para la industria joyera estadounidense.
Con estas acciones, JA y sus aliados buscan asegurar un equilibrio entre la seguridad nacional y la sostenibilidad de la industria del diamante en Estados Unidos.