Aunque siempre sintió pasión por el universo joyero y una sensibilidad que se puede apreciar en su característico y muy personal estilo, Eva Gomez Virgili decidió embarcarse en un viaje transformador que la llevó, por casualidad, a profesionalizarse en esta industria. Ahora, tasadora, gemóloga y diseñadora de joyas, su pasión se extiende a un compromiso por las cosas bien hechas y una ética de trabajo incansable.
Eres tasadora, gemóloga y diseñadora de joyas, ¿cómo empieza tu trayectoria en el sector joyero y por qué decides apostar por esta industria?
Mi formación inicial es en farmacia. Trabajé tanto en oficinas de farmacia como en laboratorios de análisis agroalimentarios hasta 2016. En ese momento, por circunstancias personales, decidí salir del entorno corporativo y me trasladé a Londres con mis hijos. Lo que comenzó como un viaje de un año terminó extendiéndose a tres. Durante ese tiempo, me acerqué al mundo de la joyería a través del Museo Victoria and Albert, donde realicé un curso de Historia de la Joyería.
Siempre me ha fascinado la joyería y la gemología, coleccionando piezas de forma personal; sin embargo, este contacto en Londres me permitió ver la joyería desde otra perspectiva y profundizar en el tema. Al regresar a España, completé mi formación con estudios en Gemología y Especialización en Talla de Gemas en la Universidad de Barcelona, un curso de Profesional de Joyería en el JORGC, Diamantes en HRD, y Tasación, Historia de la Joyería y Graduación de Piedras de Color en el IGE. Fue entonces cuando decidí profesionalizarme. Ahora tengo mi propio taller en casa, donde diseño joyas y realizo tasaciones. Comencé diseñando para amigos y familiares, tanto piezas nuevas como reconversiones de joyas heredadas. Hoy, además, ofrezco servicios como personal shopper para clientes que buscan piezas únicas, de alta calidad, y de producción local.
Tu formación es impecable, cuéntanos un poco por qué crees que es tan necesario que los profesionales del sector estemos tan bien formados
Considero que una formación sólida es fundamental en cualquier ámbito, y más aún en una profesión donde existe cierto intrusismo. En el caso de la tasación, por ejemplo, no está suficientemente regulada, y muchas veces se desconoce el rigor que exige esta labor. Un tasador debe ser completamente imparcial y proporcionar valoraciones objetivas, lo cual solo es posible con una formación adecuada y un conocimiento profundo del sector.
Aportas mucho más a la joyería a través de tus redes sociales ¿cómo es un día a día para ti?
Cada día es diferente. Algunos los dedico a realizar tasaciones, que es una parte importante de mi actividad. Otros días acompaño a un cliente a elegir una joya para una ocasión especial o me reúno para diseñar el restyling de una pieza antigua. También paso tiempo en mi taller, trabajando en el banco de joyería, algo que disfruto profundamente.
En cuanto a las redes sociales, forman una parte esencial de mi trabajo, y tengo la suerte de colaborar con Monika Sed en la creación de contenido. Compartimos proyectos propios y también damos visi- bilidad a otros profesionales del sector, como joyeros artesanales, talleres de lapidarios, mayoristas de diamantes y joyerías vintage. Nuestro objetivo es generar sinergias y fomentar el consumo de productos de gran calidad y fabricación local.
Hace poco celebraste tu primera Gem Soirée, ¿puedes contarnos de qué se trata y qué quieres aportar al sector con ello?
La idea surgió a partir de encuentros sociales que organizaba con mujeres interesadas en joyería y arte. Reuní a un grupo de amigas, todas profesionales destacadas en sus respectivos campos, y propuse crear eventos que combinaran gastronomía, joyería y networking. Así nació Gem Soirée.
En colaboración con Mónica Rodríguez (chef ), Montse Roca (sommelier), Monika Sed (fotógrafa) e Ingrid Durán (event planner), diseñamos un menú estacional para dar la bienvenida al otoño, acompañado de un maridaje de vinos y un storytelling que conectaba cada plato y vino con la presentación de una joya. Nuestro objetivo era ofrecer una experiencia única que fusionara los gastronomía con el universo de la joyería.
El evento reunió a un grupo reducido de 10 mujeres cuidadosamente seleccionadas, quienes disfrutaron de un ambiente íntimo y exclusivo. A largo plazo, buscamos expandir Gem Soirée a un público más amplio y convertirlo en un evento recurrente que fomente la creación de comunidad y sinergias entre sectores.
¿Cómo crees que ha evolucionado el sector desde que estás en él y cómo crees que debería continuar su camino?
El sector está atravesando un momento de cambio, especialmente con la situación actual de los diamantes y el precio del oro. Aunque la fluctuación en los precios de las materias primas es cíclica, la reciente caída en el precio del diamante natural ha sido inesperada. La introducción de los diamantes sintéticos ha jugado un papel en esta transformación.
Si bien considero que los diamantes creados en laboratorio son una innovación positiva, es fundamental que los clientes estén bien informados. Hay espacio para ambos tipos de producto, siempre que la transparencia sea la norma. En cuanto a los diamantes naturales, estoy convencida de que su situación es transitoria. La industria debe encontrar un equilibrio que permita coexistir a ambos mercados.
¿Qué opinas sobre la sostenibilidad y la trazabilidad en la industria de la joyería? ¿Crees que son clave para el futuro?
Viniendo del sector farmacéutico, donde la trazabilidad es clave, considero que su implementación en joyería es fundamental, aunque compleja debido a la naturaleza de la extracción minera. Sin embargo, cada vez más empresas están haciendo esfuerzos notables en este sentido, y el público también está más concienciado. La trazabilidad no solo proporciona transparencia, sino que también aporta confianza al cliente. Aunque todavía queda mucho camino por recorrer, es alentador ver que la industria ya está dando pasos en la dirección correcta.
Para despedirnos, llevas muchas joyas, ¿cómo definirías tu estilo?
Mi estilo es completamente ecléctico. Me encanta combinar oro blanco con oro amarillo, llevar varios anillos en cada mano y mezclar piezas firmadas con joyas vintage. No tengo un estilo fijo; depende del outfit y de la ocasión. Al final, las joyas son una extensión de nuestra identidad y reflejan cómo nos sentimos en un momento determinado, ya sea más clásico o más atrevido.