Con un 34%, los consumidores españoles de la generación Z y los millennials expresaron que prefieren realizar sus compras en tienda física a la hora de elegir joyas y accesorios
De la tienda física al mundo online, de la digitalización a las calles. Que la tendencia en los hábitos del consumidor ha cambiado ya es una realidad que se refleja en datos y las tiendas están evolucionando para consolidarse como el lugar al que siempre querer ir.
Hubo un momento en el que lo comprábamos todo por internet, nos probábamos las prendas en armarios virtuales y preferíamos el click que la experiencia propia de una tienda física. A su vez, nos vimos ante un futuro incierto y unos comportamientos que no terminaban de establecerse y, sin embargo, la industria se vio sumergida en un cambio a favor de nuestro futuro. Y es que, mientras comprar de una forma más rápida y con una experiencia más digitalizada sigue siendo una opción y el mundo digital es otro escaparate más que proporciona infinidad de ventajas, hemos dado con el equilibrio perfecto tras una necesidad de “echar el freno”. Y así, nos encontramos en una situación en las que tendencias de consumo anticiparon lo que sabíamos que iba a pasar: volver a las tiendas ya es una nueva costumbre y un nuevo deseo que se despierta también en las nuevas generaciones. Así lo confirma Statista, con un estudio que demuestra como en 2023 y con un 34%, los consumidores españoles de la generación Z y los millennials expresaron que prefieren realizar sus compras en tienda física a la hora de elegir joyas y accesorios.
El consumidor ha cambiado, y mucho; al mismo tiempo, la tienda física nunca ha vivido un final, si no que una recuperación que se enfoca en un nuevo concepto. Joyerías con un nuevo aspecto, tiendas que te sumergen en el universo de la marca en cuestión, tocar y probar el producto al alcance de todos, relacionarnos con nuestra comunidad, transmitir la esencia en este caso del sector joyero… la experiencia en una tienda física es clave en el futuro. Esto no es todo, ya que esta recuperación y consolidación anticipan también un cambio en el tipo de productos que se podrían consumidor, dejando a un lado el consumo masivo para apostar por productos de calidad y atemporales, aunque sin dejar de prestar atención al diseño, que sigue ocupando un primer plano.
A esto se suma que el ocio, el entretenimiento y las compras se han vuelto a convertir en factores clave a la hora de elegir cuál será el próximo destino. Es decir, el turismo ha vuelto y lo hace de una forma más exquisita, prestando atencion a cada detalle de su viaje. Y es que, se puede decir que estamos en un momento en el volvemos a disfrutar de las cosas.