El laboratorio de GIA en Botsuana ha examinado recientemente un diamante bruto bicolor rosado e incoloro de 37,41 quilates, un ejemplar fuera de lo común que podría aportar pistas sobre la formación de los diamantes de color. Supuestamente extraído de la mina Karowe, fuente de varios hallazgos notables —como el diamante Motswedi de 2.488 ct—, este diamante presenta una división clara entre una sección rosada y otra incolora, lo que sugiere que se habría formado en dos momentos geológicos distintos.
“Generalmente se entiende que el color rosa en los diamantes es el resultado de un estrés significativo que provoca un cambio en la estructura cristalina del diamante, fenómeno conocido como deformación plástica”, explicó la doctora Sally Eaton-Magaña, directora sénior de identificación de diamantes del GIA en Carlsbad, California. “La parte rosada probablemente fue inicialmente incolora y luego sufrió una deformación plástica, tal vez durante un evento de formación montañosa ocurrido hace millones de años, lo que dio lugar a su color rosado, mientras que la parte incolora se habría formado en un momento posterior.”
El ejemplar, con dimensiones aproximadas de 24,3 × 16,0 × 14,5 mm, fue sometido al servicio Diamond Origin Report del GIA en Botswana. El análisis reveló un límite abrupto entre las zonas rosada e incolora.

Para estudiar sus propiedades, los investigadores emplearon técnicas como espectroscopía FT-IR (infrarrojo con transformada de Fourier), absorción Vis-NIR (visible y cercano al infrarrojo), fotoluminiscencia y análisis con láser, entre otros.
El diamante fue identificado como de tipo IIa, sin diferencias observables en los espectros infrarrojos entre ambas secciones. Sin embargo, la sección rosa mostró una banda de absorción a 550 nm, ausente en la parte incolora. Además, en los espectros de fotoluminiscencia, la sección rosada exhibió una banda amplia en torno a los 670 nm —un rasgo típico de diamantes rosas—, mientras que la porción incolora mostró otros rasgos entre 790 y 840 nm.
Un dato significativo es que el ancho total al medio alcance (FWHM, por sus siglas en inglés) del centro H3 (NVN⁰, 503,2 nm) fue mucho más estrecho en la zona rosada (0,61 nm) que en la incolora (1,12 nm).
Estos resultados respaldan la hipótesis de que el color rosa se originó por una deformación plástica inducida por estrés geológico, posiblemente durante eventos tectónicos de formación de montañas, que afectaron la estructura cristalina del diamante. La parte incolora habría cristalizado posteriormente, a partir de condiciones más “neutrales”, sin someterse a la deformación del núcleo rosado.
Aunque se han identificado diamantes rubí-incoloro bicolores previamente —por ejemplo, en Australia en piezas menores de 2 ct—, ninguno alcanzaba este tamaño ni exhibía un contraste tan claro como este ejemplo botsuanés.
La distintiva morfología bicolor, su gran tamaño y el potencial científico inherente convierten a esta pieza en un objeto de estudio de alto interés para comprender mejor los mecanismos de coloración en diamantes y sus historias geológicas.