Lideraba una red empresarial que certificaba como legales piedras preciosas de Sierra Leona y llegó a facturar 15 millones de euros
Manuel Terrén, líder del tráfico de diamantes de sangre, fue detenido este fin de semana por la Policía Nacional. Todo empezó en 2020, con la querella de un esclavo africano de minas de piedras preciosas en Sierra Leona que ha acabado cuatro años después con la detención de Manuel, un español que llegó a facturar 15 millones de euros con su mercancía ilícita y que ahora está encausado como el supuesto diseñador y promotor de una trama empresarial para el blanqueo y tráfico de los diamantes en Europa.
Llevaba, sin saberlo, varios años en el radar de la Policía Nacional. Su actividad como diseñador y coordinador de una trama empresarial vinculada con el contrabando de diamantes de sangre africanos en los años 90 y la denuncia de una víctima lo habían situado en el punto de mira de los investigadores.
Manuel Terrén, experto en el mercado de las piedras preciosas, vivía en Brasil desde 2007, regentando un hotel de playa en el norte del país; de hecho, Brasil es el destino que probó para irse con lo ganado en la venta de diamantes e iniciar una nueva vida. Su negocio servía para financiar las actividades del Frente Unificado Revolucionario (RUF en sus siglas en inglés), guerrilla de Sierra Leona, una de las más sanguinarias de África y que regentaba explotaciones mineras en Kono y Boedu, territorios bajo su control, empleando a mano de obra civil cautiva para excavar.
A lo largo de los años 90, Manuel supervisó una red empresarial que servía para certificar como si fueran diamantes legales obtenidos en Liberia las piedras que en realidad habían sido extraidas entre crueles condiciones en plena guerra civil de Sierra Leona, con los trabajadores esclavizados vigilados por implacables niños soldado.
Además, Manuel, aparentemente anónimo y con una vida casi normal, viajaba con frecuencia a Málaga, donde tenía una finca de vacaciones y, tanto a este como al otro lado del océano, vivía rodeado de comodidades.
Ahora, la justicia española lo ha llevado a la cárcel tras su detención en el aeropuerto de Málaga en una operación de la Comisaría General de Información, coordinada por la Fiscalía de la Audiencia Nacional y dirigida por el Juzgado Central de Instrucción número 1, que ha contado con la colaboración de la Brigada Provincial de Información de Málaga.
La operación permanece abierta, según fuentes policiales, y no se descartan más detenciones en España.
