El Ejecutivo comunitario considera que la operación no plantea problemas de competencia porque, entre otras razones, hay suficiente presencia de proveedores y minoristas alternativos en los países de la UE
En agosto del año pasado, Rolex anunciaba que adquiría al minorista relojero Bucherer; una adquisición destinada a mantener los fuertes lazos entre las dos empresas y que haría que Bucherer conservara su nombre, operando de forma autónoma. La integración definitiva en el grupo Rolex esperaba la aprobación de las autoridades de competencia y, ahora, la Comisión Europea ya ha autorizado este jueves al fabricante suizo de relojes de lujo hacerse con el control total de uno de los mayores distribuidores de la marca tras concluir que la operación no tendrá un efecto negativo en el espacio económico europeo ni en una parte sustancial del mismo.
La fusión entre Rolex y Bucherer responde a la decisión de Jörg Bucherer de vender el negocio de su empresa debido a la ausencia de descendientes directos. Con Rolex a la cabeza, el objetivo era continuar con el legado del éxito de Bucherer y honrar la estrecha asociación que une ambas marcas desde 1924.
Casi un año después, el Ejecutivo comunitario considera que la operación no plantea problemas de competencia porque, entre otras razones, hay suficiente presencia de proveedores y minoristas alternativos en los países de la UE en donde están activas las compañías. El expediente, que le fue notificado a Bruselas el pasado 6 de junio, ha sido examinado bajo el procedimiento simplificado que se aplica a los casos menos problemáticos.
