La Unión Europea necesita invertir urgentemente en seguridad, ¿por qué ha renunciado a cobrar un mínimo arancel a los 4.600 millones de productos que inundan la Unión y destruyen al pequeño comercio? Aunque la situación económica y política mundial continúa generando incertidumbre, tras las posibles medidas arancelarias nos planteamos si podríamos estar ante el fin del fast-jewelry y, aunque es evidente que es una guerra todavía difícil de batallar, lo cierto es que estas medidas podrían ser el principio del fin.
Para ponernos en situación, estas nuevas medidas incluyen un decreto que elimina la conocida como exención de minimis: un agujero legal que permite importar en Estados Unidos sin pagar ningún arancel los productos por valor inferior a 800 dólares (730 euros), lo que hizo que Temu, Shein o Alibaba encontraran el modelo de negocio perfecto. Ahora los clientes de aplicaciones como estas deberán pagar los aranceles correspondientes y, por ejemplo, si fueran del 54%, un artículo que antes costaba 10 dólares, pasaría a costar 15,4 dólares. En este contexto, la Comisión Europea ha anunciado recientemente que quiere imponer una tasa de dos euros a la entrada de pequeños paquetes en la Unión Europa, una medida claramente dirigida a las plataformas de comercio electrónico como Shein o Temu, que introducen a Europa, como ya sabemos, todo tipo de productos, incluido bisutería, a muy bajo coste.
La Unión Europea también anunció recientemente que exigirá responsabilidades sobre el IVA de productos importados a los proveedores de estas plataformas tras aprobar una nueva normativa que busca mejorar la recaudación y alentar a los vendedores a utilizar una ventanilla única que agilizará los envíos. En concreto, los países de la UE tendrán que aplicar esta nueva directiva que busca mejorar la recaudación del IVA en las ventas de Internet de productos importados, ya que hace responsables del impuesto a los proveedores, ya sean comercios o plataformas como Shein o AliExpress. Esta normativa, aprobada por unanimidad de los 27 Estados miembro, tiene que recibir ahora la opinión de la Eurocámara.
Pero, ¿qué está ocurriendo en la industria de la relojería?
“Han entrado 4.600 millones de paquetes en la Unión Europea, casi todos en calidad de minimis, es decir, sin pagar aranceles ni IVA y sin tener en cuenta las normas de calidad ROHS de obligado cumplimiento desde 2006, ni el reciclaje de pilas y de embalajes en el caso de la relojería”, nos cuenta Francesc Martí, de Industrial Martí.
En teoría, los aranceles deberían ser una herramienta para proteger la producción interior pero en un mundo que se ha acostumbrado a comprar por internet, la seguridad podría no estar asegurada. “¿Qué pasaría? Si entre aranceles e IVA la Administración europea cobrase digamos 20€ por paquete; que se recaudaría casi cien mil millones de euros. ¿Qué parte correspondería a España?; quizás solo con esto cubriríamos el porcentaje que la administración norteamericana nos exige en defensa. Y de paso salvaríamos a miles de pequeños comercios de la Unión Europa que tienen que cerrar por la competencia desleal de los productos que no pasan por Aduanas”.
¿Cumplen la norma ROHS las empresas que detallan joyería a precios tan bajos? ¿Y en la relojería?
“El comercio a precios baratos está destruyendo los puestos de trabajo del comercio mayorista y minorista de la Unión Europea; miles de familias, autónomos y empleados en estas actividades están perdiendo sus empleos. Sin embargo, el comercio tradicional paga aranceles, IVA y está sujeto a inspecciones aduaneras, ambientales y de calidad; los productos B2C acogidos a los minimis no pagan nada y no tienen porqué cumplir las normas de calidad europeas”.
Francesc Martí también nos expone un ejemplo que reflejaría esta situación: “En relojería, cuantas veces nos viene un consumidor final que ha comprado un reloj y te dice, “mira qué reloj más bonito me he comprado, me ha costado 20€, es de acero pero, la corona y los pulsadores se han estropeado ¿Puedes repararlos?” Y entonces le tienes que contar al cliente que el reloj no es de acero, es cromado, que quizás contiene níquel y la corona y pulsadores se han estropeado porque son de mala calidad, y es posible que no cumpla con las normas ROHS que los importadores españoles si debemos cumplir. Y finalmente le dices al cliente que no se puede reparar o en todo caso la reparación superará el coste de adquisición del reloj”.
El comercio debe exigir trabajar en igualdad de condiciones, si pagamos aranceles IVA, cumplimos con la calidad y pagamos por el reciclaje de pilas, plásticos y estuchería que acompaña al producto, todos deberíamos cumplir.
En definitiva, las nuevas políticas arancelarias podrían abrir un debate acerca de como la calidad y las buenas practicas se están alejando de la forma de producir y trabajar. En este sentido, Xavier Belmonte, Presidente de la Sección de Relojería del Colegio Oficial de Joyeros, de Orfebres, de Relojeros y de Gemólogos (JORGC) de Cataluña ha expresado el apoyo de la Junta de Gobierno en el combate contra esta competencia que perjudica claramente a los fabricantes y comercios locales. Tal como ha indicado, “un fabricante o comerciante nacional cumple unos exigentes requisitos para poder vender sus productos, y cualquier comercializador externo debería cumplir con estas mismas normativas para vender sus artículos en el territorio de la Unión Europea, y por supuesto en España”. Por este motivo, la Junta de Gobierno considera JORGC de vital importancia que la legislación europea establezca mecanismos que supervisen y garanticen la seguridad de los consumidores así como fomentar igualdad de condiciones para que la competencia sea justa. Esta es una prioridad que debe transmitirse desde todos los ámbitos empresariales y asociativos a los organismos legislativos.
“Estamos pendientes de las decisiones que la Unión Europea pueda tomar al respecto y somos conscientes que un importe arancelario puede no ser suficiente tanto para la calidad de estos productos así como para establecer esta justa competencia”, añade Xavier Belmonte. En todo caso, desde el Colegio afirman que se apoyarán las acciones que desde el ámbito joyero y relojero se puedan tomar para intentar reducir al máximo esta casuística y fijar unas normas que garanticen la salvaguarda de los consumidores y al mismo tiempo eviten la actual competencia desleal proveniente de muchísimas plataformas, especialmente asiáticas, de origen extracomunitario.