Las nuevas sanciones entrarán en vigor, por fases, el 1 de enero del 2024, momento en el que se aplicarán restricciones a las importaciones directas de diamantes de un quilate o más que hayan sido extraídos, procesados o producidos en Rusia
Como ya adelantamos en Grupo Duplex, la industria de los diamantes estaba a punto de recibir nuevas sanciones debido al conflicto provocado por Rusia. En ese momento, los expertos del sector en Bélgica esperaban que las sanciones se aplicaran gradualmente, limitando así las perturbaciones del mercado. Sea como sea, ese día ya ha llegado.
La Unión Europea ha acordado hoy la duodécima ronda de sanciones contra Moscú en respuesta a la guerra de Ucrania y, esta vez, la industria de los diamantes podría sufrir, ya que estas sanciones incluyen, definitivamente, la prohibición del comercio de diamantes procedentes de Rusia.
La medida se ha adoptado de forma coordinada con los países del G-7 y entrará en vigor, por fases, el 1 de enero del 2024, momento en el que se aplicarán restricciones a las importaciones directas de diamantes de un quilate o más que hayan sido extraídos, procesados o producidos en Rusia. Desde el 1 de marzo, se afinará un poco más y se prohibirá la importación indirecta; es decir, la compraventa de diamantes rusos procesados en terceros países. Así es que, esta decisión adoptada hoy prohíbe de forma específica la «importación directa o indirecta, la compra o transferencia de diamantes procedentes de Rusia» e impacta fundamentalmente a un estado miembro, Bélgica, que en el 2021, un 30% de los diamantes brutos que pasaron por la bolsa de Amberes, por donde circula casi un 85% del comercio mundial de este producto, procedía de Rusia, pero ataca también de lleno a una importante fuente de financiación de la invasión rusa de Ucrania.
La tecnología blockchain como solución
Recordamos que Rusia es el mayor productor de diamantes del mundo y la compañía que los comercializa, Alrosa, es de propiedad pública. Según la Comisión Europea, en los últimos años Rusia ha ingresado unos 4.500 millones de dólares anuales gracias a este comercio. A pesar de las sanciones estadounidenses, Rusia ha mantenido un nivel de exportaciones similar al previo a la guerra gracias a que, una vez pulidos, los diamantes pierden el pasaporte de su país de origen y sus piedras simplemente han pasado a venderse como indias en el mercado mundial. Por ello, las sanciones eran necesarias aunque el gobierno belga afirmó el año pasado que un embargo sobre los diamantes rusos “no tendría sentido económico”, ya que “penalizaría a un estado miembro en particular”, mientras que Rusia aún podría vender sus diamantes en otros lugares.
Esto llevó a que, en los últimos meses, diferentes empresas se centraran en desarrollar tecnologías que permitieran distinguir el origen de los diamantes, algunas de ellas basadas en técnicas de inteligencia artificial. Apoyándose en estas innovaciones, el G-7 y la UE pretenden impulsar un sistema de trazabilidad que permita rastrear el origen de las piedras a lo largo de toda la cadena de suministro, desde que salen de la mina hasta que llegan a las joyerías. Por ello, para el próximo año, se creará un nuevo sistema de trazabilidad que evite el lavado de piedras preciosas rusas en otras plazas mundiales como la India, una práctica que hasta la fecha ha hecho inútiles las sanciones aprobadas por Estados Unidos en solitario en abril del 2022. Para ello, se pondrá en marcha un mecanismo de verificación y certificación que permitirá trazar la procedencia de las piedras. El certificado será obligatorio para todos los diamantes que se compren o se vendan en Europa a partir del 1 de septiembre, cuando la medida pasará a afectar a piedras de menor tamaño, a partir de medio quilate, y a los fabricados en laboratorio.
Lo cierto es que, estas tecnologías podrían reducir sensiblemente el valor de ciertos inventarios de diamantes, tal y como alertaban los operadores hace un año, por lo que la incertidumbre sobre el futuro del sector sigue presente y ha pasado factura a Amberes en los últimos meses, donde el comercio de estas piedras está a la baja. Esta nueva tecnología busca ser una apuesta para fortalecer el futuro de la industria de los diamantes por lo que, el gobierno belga pretende incorporar todas las piedras, en bruto, través de toda la cadena de producción, a un sistema de trazabilidad registrado con tecnología blockchain con vistas a procesarlos y venderlos a través de un número limitado de centros. Esta opción penalizaría a los diamantes extraídos de pequeñas minas o pulidos de forma totalmente artesanal, de ahí que otros actores del sector prefieran sistemas basados en declaraciones de honor, como los impulsados a raíz del Proceso Kimberly contra los diamantes de ciertos países africanos, una alternativa contra la que los grandes operadores Amberes y la UE siempre se ha posicionado.