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Rusia y Occidente unen fuerza para impedir el comercio de «diamantes de sangre»

Mientras el Proceso Kimberley contribuye a la prevención de conflictos alimentados por los diamantes, la situación en Rusia podría poner en peligro este proceso

Los «diamantes de sangre» siguen provocando conflictos y problemas que afectan a la industria. Para erradicar el comercio de estos diamantes que ayudan a alimentar, entre otras cosas, conflictos devastadores en África, Estados Unidos y sus aliados occidentales unieron fuerzas el pasado miércoles para mantener su respaldo al Proceso Kimberley.

En una reunión de la Asamblea General de Naciones Unidas, los 193 países miembro adoptaron por consenso una resolución que reconoce que el Proceso Kimberley, que certifica la exportación de diamantes en bruto, “contribuye a la prevención de los conflictos alimentados por los diamantes” y ayuda al Consejo de Seguridad a aplicar sanciones al comercio de esas piedras preciosas procedentes de zonas en guerra.

El embajador de Zimbabue ante la ONU, Albert Chimbindi, cuyo país presidió el proceso en 2023, dijo al presentar la resolución que ésta renovará “el compromiso (de la Asamblea General) de garantizar que los diamantes sigan siendo una fuerza para el desarrollo sostenible inclusivo en lugar de un motor de conflictos armados”.

Por su parte, el representante de la Unión Europea, Clayton Curran, dijo a la Asamblea tras la votación que el Proceso de Kimberley “está enfrentando desafíos sin precedentes” y condenó la agresión de uno de los participantes contra otro, en referencia a la invasión rusa de Ucrania en febrero de 2022.

Rusia pone en peligro el Proceso Kimberley

A su vez, y por primera vez en la historia, el pasado noviembre el plenario del proceso no logró cerrar un comunicado consensuado debido a las graves diferencias entre Rusia y Occidente. La razón principal fue la petición de Ucrania — respaldada por Estados Unidos, Reino Unido y otros — para examinar si la producción de diamantes de Rusia estaba financiando la guerra del Kremlin contra Kiev y las implicaciones para el Proceso de Kimberley, algo a lo que Moscú y varios de sus aliados se opusieron firmemente. En ese momento, Rusia se negó a respaldar un comunicado que reconociese el pedido de Ucrania. Y antes de la votación del miércoles, el subdirector del departamento económico del Ministerio de Exteriores ruso, Alexander Repkin, acusó a los países occidentales de sabotear la cooperación internacional sobre diamantes en favor de “sus propios intereses geopolíticos”.

Además, aludiendo a las sanciones impuestas por la UE a los diamantes rusos, Repkin acusó a Occidente y a sus empresas de tratar de controlar la producción y el procesamiento global de diamantes. “El funcionamiento del Proceso de Kimberley está en juego”, añadió, apuntando que Rusia hará todo lo posible para respaldar su labor.

Por su parte, Curran instó a reformar el proceso “para ampliar la definición de ‘diamantes de conflicto’ para captar la naturaleza cambiante de los conflictos y las realidades sobre el terreno”. Además, indicó que la UE volverá a debatir este año el impacto negativo del comercio ilegal de estas piedras preciosas sobre el medio ambiente.

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