Hemos de lograr que esta Navidad marque un punto de inflexión
Después de un verano que parece con una cierta recuperación, afrontamos una recta final del 2023 llena de incertidumbres. Muchos clientes creen que vamos a sufrir una pérdida de poder adquisitivo que va a influir en la decisión de compra final.
Son tantos los signos que nos muestran ese camino , que nos va a obligar a replantear muchas de las metas que queríamos alcanzar. Las guerras, los acontecimientos políticos, nuevas alzas del oro, petróleo etc. nos están llenando de dudas e incertidumbres.
Hay muchas prioridades en las preocupaciones de nuestro sector; y debemos trabajar día a día y sin pausa en encontrar soluciones que ayuden a avanzar. Tenemos que lograr que esta campaña navideña marque un punto de inflexión y que no sea un espejismo en este complicado escenario que se avecina.
Debemos buscar fórmulas dinamizadoras de ventas que protejan la cuenta de resultados de nuestros negocios. Y un modelo de colaboración sectorial y unidad sería objetivo deseado para lograr el éxito.
Debemos trabajar unidos y ayudar al consumidor a solucionar sus dudas y evitar que vea desconcierto y enfrentamiento entre los que formamos la familia joyera. Esto construirá un escudo de protección contra los que tienen dudas de invertir en joyería y dejarán de cuestionar el compromiso y buen hacer de nuestro sector.
Claridad e información es lo que mejor podemos aportar al cliente final. Si vendemos diamantes naturales o fabricados (por ejemplo), expliquemos claramente las ventajas y realidades de cada producto. Apartemos la picaresca y el engaño de nuestro sector. Seamos pues más claros y transparentes que el agua y hagamos que el comprador confíe plenamente en nuestra profesionalidad.
Aunemos fuerzas para afrontar los desafíos que nos aguardan. La competencia no está entre nosotros. Sectores como los viajes, la restauración, etc., son prioridades que nos marcó el fin de la pandemia y es contra estos competidores a quien nos tenemos que enfrentar.
Juntemos todos los esfuerzos en la unidad, luchemos por una formación plena y completa de nuestros profesionales, busquemos soluciones a un relevo generacional muy necesario y urgente. Hagamos que los siguientes en la continuidad del negocio se ilusionen y le vean futuro al sector joyero-relojero.
De nosotros depende la solución. No esperemos milagros que caigan del cielo. Lo que sirve para la vida real, que sea un lema profesional. Alimentemos el sentir de que nacer en este sector sea el verdadero milagro del que sentirnos orgullosos. Estar vivo en él, un regalo. Tener salud profesional , una bendición. Y vivir el día a día en paz sectorial, una felicidad.
Debemos tener autosuficiencia y propios parámetros de medición. No sucumbamos ante tanto pesimismo informativo, que en la mayoría de veces es “desinformativo” .
En el mundo globalizado, habrá muchas más crisis, pero serán más cortas si les ponemos solución antes que se hagan globales y que se lleguen a hiperconectar. Si es verdad que España va a seguir creciendo gracias, entre otras cosas, al turismo, busquemos beneficio en este crecimiento.
Recordar siempre que la innovación es la única vía para mantener la competitividad y de esto nuestro sector sabe un poco. La diferenciación y excelencia en los productos es una clave a tener siempre presente. Pero innovar en todo; diseño, fabricación, acabado, empaquetado, formas de venta final y en comunicación con el cliente. Nada puede quedar al azar, desde una cadena o pulsera o pieza más comercial hasta la más sofisticada joya han de estar siempre presentes en este objetivo llamado innovación.
Logremos ser fuertes allí donde estemos poniendo nuestro “ojo”, ya sea objetivo de marca, producto o mercado. Llevamos años apostando por construir marcas y los resultados se empiezan a notar. Esto es una realidad palpable.
Se avecina una nueva globalización, y tenemos que hacer nuevos ajustes, pero garantizando siempre los prioritarios. Convenzamos al cliente del valor de nuestros productos y obtendremos resultados inmediatos.
Pero para todo esto sigue siendo necesario un buen conocimiento sectorial, formación continua, adaptación permanente y tecnología actual. Poniéndonos permanentemente al día lograremos definir los límites necesarios para el trabajo cotidiano. Tenemos tres desafíos a la vista:
- Buscar un aumento en facturación.
- Superar la baja rentabilidad.
- Afrontar la escasez de personal cualificado.
A luchar contra ello. Es lo que nos salvará.
Sólo aprovechando la corriente favorable, como los pájaros, seremos capaces de cruzar este inmenso océano en el que navegamos. ¡Feliz 2024!