Desde las joyas más buscadas de la temporada hasta nuevos clásicos. Hay una explicación a esta obsesión por la perlas
Son ya varias las temporadas en las que las perlas se posicionan como un must en cualquier joyero y se mantienen en un primer plano. Desde el collar heredado, hasta joyas con nuevos códigos estéticos o como las perlas exploran nuevos territorios. Hay una explicación a esta obsesión por la perlas.
Encajan en todas las estéticas virales del momento, desde la llamativa Mob Wife hasta la old money con jerseys camel y mocasines o la Eclecit Grandpa con chalecos o camisetas vintage; tienen ese código atemporal que tanto nos gusta; se consolidan definitivamente como una joya genderless y apta para todos los contextos imaginarios; su connotación clásica es ahora admirada mientras que, al mismo tiempo, se adapta a nuevos contextos; es la joya por excelencia que traspasa décadas y que conquista a diferentes targets (la lucen desde la realeza hasta raperos). Y, sea como sea, temporada tras temporada reinan entre las tendencias y tienen un poder transformar que eleva cualquier look, desde uno sobrio hasta otro más casual.
Esta temporada, el collar de perlas de varias vueltas se ha convertido en un referente, en un imprescindible y en la joya más buscada si hablamos de perlas. Su otra hermana, la gargantilla formada por cadenas de perlas que confluyen en un broche es también otro objeto deseo del momento. (Nadie se olvida de la gargantilla que adoraba Diana de Gales, que pertenece ahora a Kate Middleton, tallada or el joyero real Garrard).
Además, en un momento en el que la joyería se encuentra con la autoexpresión, las tendencias juegan con nuevos códigos estéticos y nuevos manuales en los que la personalidad está por encima de todo. A esto se suma el layering, creando combinaciones únicas entre iconos del universo joyero reinventados y piezas más especiales.
En definitiva, las perlas son ya una necesidad.
