Una de las tendencias que más destacó en Watches and Wonders fueron los relojes-joya cediendo el protagonismo a un público femenino que cada vez más se interesa por la industria de la relojería, ya sea a través de esta estética tan característica o a través de relojes más genderless con una calidad indiscutible. El caso es que, Cartier presentó sus novedades del año y nuestros favoritos han sido, sin duda, precisamente estos relojes-joya.
Tressage, una escultura relojera
Uno de los más especiales e inesperados, con una estética totalmente nueva en la que Cartier transforma los materiales y las formas. Un reloj en el que el oro, los diamantes y las piedras se metamorfosean según la alquimia de la Maison y, aunque inesperado como adelantábamos, se trata en realidad de un reloj que sigue los pasos de los relojes Maillon, Coussin y Reflection de Cartier. Oro amarillo, volúmenes singulares, contrastes de materiales: este reloj retoma estos elementos, procedentes del vocabulario de la Maison, los contrasta y los combina para crear una escultura relojera.
Sus características son claras: dos elementos entrelazados de oro y diamantes rodean una esfera rectangular con diamantes en engaste nieve. Por un lado, contemplamos las líneas generosas del oro amarillo liso que alternan con los diamantes engastados; por otro, las líneas radicales y limpias de las angarillas verticales. La correa de piel brillante prolonga el efecto del material.
Diseñado en diferentes versiones, como el de oro amarillo que llama la atención por la deslumbrante presencia de sus godrons lisos que contrastan con el negro de la esfera y el brazalete de piel; el que lleva
un brazalete azul oscuro y los elementos entrelazados y la esfera están decorados con diamantes en engaste nieve; con una segunda versión que introduce, junto a los diamantes, un camafeo de zafiros cuya armonía se extiende al brazalete. Y otro en oro amarillo y oro blanco con la correa de piel brillante beige.


Con estas creaciones donde el círculo se opone a la línea y las superficies lisas al relieve fino del engaste, Cartier rinde homenaje al legado de Jeanne Toussaint, la primera mujer directora creativa de Cartier en 1933. Siguiendo su estela, el material se revela con una infinidad de efectos y destellos. “Tressage ilustra perfectamente el savoir-faire joyero de Cartier en el ámbito de la relojería, pero no es solo una simple joya que indica la hora. Para esta creación, hemos exagerado y magnificado los atributos clásicos de un reloj. Al sobredimensionar y estirar las angarillas, hemos creado un voluptuoso entrelazado. Tressage, ni pulsera rígida ni brazalete de piel, sigue explorando el territorio atípico y único que tanto cultiva Cartier: los relojes de un tercer género, una auténtica fusión de relojería y joyería”, afirma Marie-Laure Cérède, directora creativa de joyería y relojería.
Panthère, versiones joyeras de un icono
Algo tiene este reloj que en todas sus versiones vuelve a sorprender. Es tan especial que verlo repleto de diamantes lo convierte en una pieza aún más femenina y auténtica aunque siempre atemporal. El reloj Panthère, reloj joya por excelencia, es objeto de varias interpretaciones creativas y exquisitas con un toque joyero y es que, esta vez Cartier concibe un pelaje abstracto, mitad cebra, mitad tigre, y también apuesta por brazaletes decorados con una sutil lluvia de diamantes.
Entre la cebra y el tigre, el reloj Panthère opta por ambos motivos. Esta es la apuesta de Cartier Magicien: imaginar una muda creativa y joyera, una composición gráfica, desde la esfera hasta el brazalete, con motivos de animales. Colores, contrastes, materiales: el joyero se atreve con la abundancia y las gamas cromáticas llenas de luz. Con laca negra y marrón dorada, pavé de diamantes, espesartinas naranjas y amarillas, el reloj es exuberante y vibrante.

Un reloj que además destaca por un savoir-faire preciso: una labor de lacado que se aplica a mano y se cuece a altas temperaturas, el engaste nieve de la esfera con 145 diamantes talla brillante, los 314 diamantes talla brillante y 86 espesartinas en el emblemático brazalete con un sinfín de gradaciones, pulidos y colocados uno a uno resultando con un total de más de 110 horas de trabajo.
La otra versión es la que ya conocemos aunque adornada de un total look con semipavé. En oro rosa o amarillo, el diseño icónico del reloj Panthère presenta una lluvia de diamantes talla brillante dispuestos formando una gradación por los eslabones del brazalete. Un precioso brillo recorre todo el reloj cuya elegancia y modernidad Cartier realza con una esfera blanca rodeada de un bisel engastado que contrasta con la caja.

