«Me gustaría aportar al sector transparencia. Los últimos tiempos han provocado que sea más difícil distinguir joyas de alta calidad, especialmente entre los jóvenes«
Ana Jordán es la tercera generación de una familia joyera del norte de España propietarios de MONTREY y BIJOYA. Tras trabajar en una agencia de comunicación, Ana decidió apostar por lo que su herencia familiar le había enseñado, aportando un aire fresco al sector joyero.
¿Qué te une al sector joyero y cómo comienza tu andadura en él?
Mis abuelos comenzaron en el gremio de la joyería en 1969, después continuaron mis padres y hace unos años llegué yo. Cuando naces en el seno de una familia joyera comienzas tu andadura desde que naces. Las conversaciones en casa, las tardes después del colegio y las navidades ayudando en lo que puedes. Siempre me gustó el espíritu emprendedor de mis padres, luchadores, creativos y con gran pasión por cada cosa que hacen.
Cuando terminé la universidad trabajé dos años por cuenta ajena. Creo que es importante coger experiencia fuera de la empresa familiar antes de adentrarte en un proyecto que marcará el resto de tu carrera profesional. Mis primeros pasos se centraron en digitalizar la firma BIJOYA y casi de forma paralela relanzar MONTREY.
Perteneces a la tercera generación de MONTREY y BIJOYA, ¿cuál es tu función y qué quieres aportar al sector joyero?
Soy la responsable de marketing y comunicación. Además en el día a día formo parte de la toma de decisiones en diversos aspectos del negocio junto a mis padres.
Podemos decir que mi principal función es crear experiencias de compra memorables, desde la búsqueda de una joyería por internet hasta el asesoramiento en tienda y el servicio postventa. Internet es el escaparate virtual que atrae al cliente y la tienda es donde comienza su experiencia única. Cada día debemos mejorar y poner más mimo en el espacio físico, independientemente de si eres un negocio local. Estamos vendiendo lujo y el cliente es cada día más exigente, sabe más y busca lo mejor.
Me gustaría aportar al sector transparencia. Los últimos tiempos han provocado que sea más difícil distinguir joyas de alta calidad, especialmente entre los jóvenes. Muchas veces se asocian los conceptos “precio” o “marca” a producto de calidad y no siempre es así. En nuestras firmas trabajamos exclusivamente oro de 18 quilates, platino y plata de primera ley, especificando muy bien su material y el valor de cada uno como inversión, más allá de la moda.
Lideras MONTREY, cuéntanos un poco sobre esto y hacia donde quieres dirigir el negocio
MONTREY nace con el propósito de ofrecer exclusivamente joyas de oro de 18 quilates. Es un lugar seguro en el que sabes lo que compras. Además representa un movimiento de mujeres que buscan ser mejor cada día, personas informadas que valoran la calidad por encima de la cantidad. Montrey tiene la misión de inspirarles para convertirse en la mejor versión de sí mismas.
Además, acabáis de lanzar Dinastía Albina, ¿cuál es tu objetivo con este nuevo proyecto?
Hay personas que quizás no suelen llevar joyas en su día a día pero que, sin embargo, en el momento que se casan, acudir a una joyería es un ritual, algo esencial que les adentra además en la joyería de calidad. Este momento es el perfecto para conseguir que te recuerden, que vean la joyería con otros ojos. Por ello, Dinastía Albina ha sido creada para democratizar las joyas de la realeza. Se trata de diseños de gran tamaño que realizados en oro y diamantes serían inaccesibles para la mayor parte de la población. Sin embargo, realizadas en plata de primera ley con circonitas son el complemento perfecto para muchas novias e invitadas que desean elevar sus looks con joyas opulentes.
¿Cómo ha sido para ti formar parte de un sector que para algunos todavía se etiqueta de clásico?
Ha sido un reto a contrarreloj. Hoy en día o te adaptas a los cambios o mueres lentamente. Rejuvenecer no es un trabajo sencillo, requiere de gran inversión y de conocimiento. Los joyeros debemos aproximar el sector a las nuevas generaciones. Quitarles el miedo a entrar en una joyería por no saber lo que encontrarán o cómo se sentirán. Las redes sociales son un buen medio para comenzar. También tener personal jóven en primera línea de venta para crear cercanía.
¿Crees que el sector joyero está preparado para conquistar a las nuevas generaciones? ¿Cómo podríamos unir tradición y actualidad?
Como comentaba, requiere de gran inversión, conocimiento y además tiempo. Son circunstancias que no todos pueden afrontar o simplemente no están en situación de hacerlo por no tener continuidad en el negocio o tener ya casi la edad de jubilación. Al mismo tiempo existe mucho expertise sobre este proceso y es fácil encontrar profesionales que nos ayuden, hay que tener la mente abierta a los cambios.
Lo ideal es rejuvenecerse respetando la tradición en cuanto a fabricación y artesanía, modo de trabajar y de hacer un producto de calidad. El conocimiento experto de nuestros mayores no se puede perder, tampoco su cultura de trabajo duro, disciplina y buen hacer.
En vuestra joyería se han celebrado recientemente un evento para influencers en un momento en el que la tienda física vuelve a ser tendencia, ¿cuál crees que es la fórmula para que la gente joven también quiera ir a las joyerías tradicionales como siempre lo ha hecho el público tradicional?
Creo que entran en juego dos variables principales: diseño y digitalización. Diseño apostando por líneas más atrevidas, trepadores de oro, earcuffs o piercings con diamantes. Los jóvenes tienen que saber que hablamos su idioma y que en una joyería pueden encontrar lo mismo que ya usan, pero para siempre. Cuando apostamos por metales nobles, apostamos también por sostenibilidad, algo que tiene un gran valor para las nuevas generaciones.
Por su lado, la digitalización nos permite llegar a ellos de forma más eficaz. Los influencers son un altavoz dentro de internet. Cuentan con la confianza de muchos que se interesan genuinamente por sus recomendaciones. Además, si hacemos estos eventos de forma recurrente notas el resultado a largo plazo, atrayendo a más gente tanto en las redes sociales como en la tienda física.
¿Qué planes de futuro nos puedes adelantar?
A nivel local, seguir trabajando para acercarnos a las nueva generaciones a través de acciones físicas y digitales de BIJOYA. Hemos conseguido ser la joyería de confianza de muchas personas también a nivel nacional. Realizamos un asesoramiento online intentado hacer la experiencia lo más parecida posible a estar en la tienda. MONTREY, por su parte, busca asentar la presencia online nacional y preparar su internacionalización y Dinastía Albina continuar con su lanzamiento poniendo como foco a novias e invitadas.