La simplicidad, la extravagancia, la feminidad y la elegancia son las claves del año que viene en cuanto a joyería se refiere.
Hablar de moda y joyas al mismo tiempo es ya una realidad, gracias al lazo irrompible que se ha creado entre ambas. La última prueba está en las semanas de la moda que se despidieron ayer en París, con Chanel, Miu Miu o Lacoste como últimas paradas. No cabe duda que estos acontecimientos son clave en el mundo de la moda, y también en el de la joyería desde hace varias temporadas. Los diseñadores de moda saben que un look siempre impactará más cuando los complementos cumple su papel por eso, tras esta intensa jornada de moda, sabemos que joyas llevarás el próximo año.
La simplicidad, la extravagancia, la feminidad y la elegancia son las claves del año que viene en cuanto a joyería se refiere, teniendo en cuenta, sobre todo, las formas geométricas, el equilibrio entre maxi y mini piezas, la inspiración art decò y la reinterpretación de piezas de joyería que regresan de otras décadas.
Los collares de eslabones han venido para quedarse
Palabra de Saint Laurent. Vivieron su mejor momento en la época de los 2000 y hemos sido testigos de como hace hace unas temporadas intento su regreso de una manera muy sutil. Poco a poco fue colándose entre las que más saben de moda y algún que otro desfile, hasta que Saint Laurent confirma que el año que viene será, definitivamente, el momento perfecto para estos collares. Una tendencia que podemos empezar a poner en practica hoy mismo, si es que no lo has hecho ya, y teniendo en cuenta que estos collares van desde su mínima expresión hasta su tamaño más maxi; todas las opciones son bienvenidas: maxi eslabones, cadenas finas, en formato gargantilla… sin olvidarnos del ya icónico mix&match que Saint Laurent interpreta con maxi eslabones y colgantes de medallones con una mayor longitud.
Una tendencia anunciada, los charms
Ya lo hemos anunciado hace unas semanas, estamos ante la nueva (y recuperada) tendencia del año que promete quedarse también el próximo año. Un gesto en la joyería que nos recuerda a nuestra adolescencia y a esas pulseras que nunca nos quitábamos, convertidas de nuevo en objeto de deseo. Lo cierto es que las pulseras no serán las únicas protagonistas ya que, como afirma Dior, los maxi colgantes y anillos (sí, anillos) con charms también ocuparan gran parte de nuestro joyero.
El dorado en todo su explendor
O en su mínima expresión pero con un efecto elegante. La joven marca de moda húngara Nanushka presentó su nueva colección durante la semana de la moda Otoño/Invierno 2020-2021 en París y, a nosotros, lo que más nos ha llamado la atención han sido las joyas que completaban cada look, fruto de la colaboración con Alighieri, firma de joyería con inspiración vintage.
Alighieri ha creado piezas en oro moldeado a mano en Londres para conseguir un efecto crudo y natural, donde también se puede percibir aires del pasado y un efecto delicado.
Una colección cápsula en la que Alighieri ha querido combinar la sensualidad con fragmentos del pasado y, al mismo tiempo, una era moderna.
Regreso a la nostalgia del pasado
Apenas acabamos de inaugurar el 2020 y parece que queremos quedarnos a vivir en la época de los años 80 y 90. Saint Laurent y Chanel son cómplices de esto entre maxi pendientes con formas tan geometrícas que nos recuerdan a aquellas pendientes de botón que ya llevaban nuestras abuelas, o esos brazaletes que se acoplan a las mangas de jerseys y chaquetas.
Chanel volvió a ser Chanel en este último desfile, donde cualquier gesto o símbolo nos recordaba a aquellos tiempos es lo que Karl Lagerfeld estaba al frente de la marca; el mundo de la moda le sigue echando de menos, pero durante el desfile de ayer quizás un poquito menos gracias al gran trabajo de su nueva directora Virginie Viard que, además, nos trasladó, en cuestión de segundos, a un Chanel de la década de 1990. Las joyas en forma de cruz, en collares, pendientes y pulseras, adornadas con piedras de colores, fue la pieza más repetida durante el desfile, icono de la casa, y que además confirma que también una dosis de color será protagonista la próxima temporada. Tampoco faltaron los collares largos de perlas, tal y como los lucía Coco Chanel, las gargantillas, los cinturones joya, los brazaletes situados encima de las mangas consiguiendo un efecto único y las superposiciones en su mejor versión.
En motivo de la cruz se repite regularmente, en el cuello de una bufanda atada como una corbata, bordada en un suéter o en imponentes joyas de piedra. Los collares largos se amontonan en una camiseta blanca sin mangas con una falda con flecos, algunos modelos usan grandes cadenas en ambas muñecas, pensamos en Chanel de la década de 1990.
Y en Saint Laurent no faltaron los corazones, el efecto cristal, piedras negras engarzadas en formas rectangulares y todo eso que parece rescatado de un joyero antiguo.
La obsesión por las perlas se repite
Los collares de perlas se han convertido en una obsesión o, mejor dicho, cualquier joya que lleve perlas es la nueva obsesión. Durante la semana de la moda las hemos visto dando vista a pendientes, brazaletes, collares… pero hay dos gestos que han acaparado toda la atención.
Hay muchas maneras de lucir un collar de perlas. Y luego está la de Giambattista Valli, con un gesto entre un collar largo de perlas colocado alrededor del cuello sin ningun otro tipo de complicación, pero basta con fijarse bien para ver que son varias las filas de perlas que forman este collar y, mientras unas rodean el cuello, otras se colocan como si se tratara de la cadena de un collar. Parece extraño, pero su efecto es sorprendente.
Sin olvidarnos de su primera vez, su forma más clásica de lucir un collar de perlas, recuperada también por Emilio Pucci. Después de ver como el mini collar de perlas se convertía en un esencial, se alejaba de sus etiquetas más clásicas y también los hombres se atrevían con esta joya, Emilio Pucci ha querido romper con todo esto para poner en practica un gesto de joyería que elevará hasta el look más casual: perlas diminutas forman collares extralargos. (Algo que nos recuerda un poco a los años 20, ¿coincidencia?).