En su nuevo Manufakturzentrum, IWC Schaffhausen combina la tradición relojera suiza con las técnicas de fabricación y las tecnologías más avanzadas. Los centros de fresado y torneado de última generación proporcionan una calidad y precisión máximas durante la fabricación de las piezas del movimiento y las cajas. Por su parte, el montaje de los movimientos de manufactura requiere un trabajo manual sumamente minucioso. El corazón mecánico del reloj no comienza a latir hasta que interviene la experta mano del relojero.
21 meses han sido suficientes para erigir el nuevo Manufakturzentrum de IWC a las afueras de la ciudad suiza de Schaffhausen. A medida que nos aproximamos, se manifiesta claramente que la firma relojera también ha querido celebrar su 150 aniversario con un hito arquitectónico. Los paneles de cristal con perfiles negros contrastan en los aleros salientes en blanco del edificio.
En el Manufakturzentrum, IWC reúne en un mismo emplazamiento la fabricación de piezas de movimientos, movimientos de manufactura y cajas: todo un hito en la historia de la empresa. Andreas Voll, director de operaciones de IWC Schaffhausen, considera que de este modo se alcanza un deseo muy anhelado.
«El nuevo edificio nos ha permitido organizar los procesos de producción con la precisión necesaria para conseguir procesos impecables y una calidad excepcional. De esta manera, por ejemplo, la generación de la cadena de valor completa, desde la materia prima hasta el acabado del movimiento pasando por todas y cada una de las piezas que lo componen, se dispone ahora en una misma planta y con una secuencia lógica. He soñado con esto desde que comencé a trabajar en IWC en 2007«, afirma Andreas Voll.
Con un enfoque claro hacia la tecnología y el desarrollo, la manufactura suiza de relojes IWC Schaffhausen lleva fabricando desde 1868 relojes de valor duradero. La empresa se ha hecho un nombre en todo el mundo gracias a su pasión por soluciones innovadoras, su espíritu inventivo y gran habilidad técnica. Como una de las marcas punteras a nivel internacional en el sector de los relojes de lujo, IWC fabrica obras maestras de la Haute Horlogerie que reúnen ingeniería y precisión con diseño exclusivo. Como empresa con responsabilidad ecológica y social, IWC apuesta por la producción sostenible, apoya a instituciones a escala mundial dedicadas al trabajo con niños y jóvenes y coopera con organizaciones comprometidas en la protección del medio ambiente.