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Creamos en el destino, todos los días hay oportunidades

Nuestro sector ha de tener siempre la mirada adelante

Este 2023 ya empezó a tomar velocidad de crucero y al paso del tiempo seguimos inmersos en un mar de incertidumbres. ¿Qué perspectivas económicas y políticas hay?  ¿En qué escenario nos vamos a mover las empresas y qué debemos tener en cuenta para su gestión, con qué claves de futuro contamos?

Lo único que debemos tener claro es que estamos constantemente viajando a un mundo encantado y que tenemos que seguir descubriendo joyas significativas que impresionen. Somos auténticos trotamundos  y apasionados de las técnicas y culturas joyeras. Cada pieza que realicemos ha de ser un auténtico tesoro, capaz de revelar los misterios que encierra. 

Recordemos que los que viven permanentemente de las cosas, terminan por no hacer ninguna. 

Debemos concentrarnos en hacer una cosa tras otra para, de esta forma, seguir avanzando. Entreguémonos en cuerpo y alma a lo hacemos para sacar el máximo provecho. 

Pensemos en la creación de los grandes bosques, pero que partieron de una sola bellota. Y en las pirámides de Egipto, que se construyeron a base de concentración y perseverancia… 

Nuestro sector tiene que tener siempre la mirada hacia adelante, y solo mirar hacia atrás para recordar. No esperemos a que las oportunidades se nos presenten, afanémonos en buscarlas; seamos como el pescador que está todo el día con el anzuelo preparado, porque las oportunidades están en todas partes. La oportunidad no llama a ninguna puerta, es ella la que responde cuando yo la llamo. Llamémosla constantemente con todas nuestras fuerzas. 

En la magia y en la vida solo hay el momento presente y es “ahora”. El tiempo no se mide entre dos puntos… El tiempo no pasa; nosotros pasamos por él. 

Dejemos de pensar en lo que hemos hecho y concentrémonos en el presente y veamos cómo lo podríamos haber hecho mejor. Corramos riesgos, pero preparémonos  porque el futuro depende del hoy.

Busquemos la solución y conozcamos nuestros problemas, porque de lo contrario dejaremos la puerta abierta y por allí entrarán las tragedias.  Si realmente estamos comprometidos con el sector, jamás dejemos de caminar por él y de poner todo nuestro empeño en que suceda lo mejor.

Hagamos como el guerrero de la luz y usemos el sentido común para juzgar el resultado de los actos y no las intenciones que tuvimos al realizarlos. Debemos asumir todas las acciones aún cuando se deba pagar un alto precio por sus errores. 

Y si pensamos en que los viejos no saben nada, dejamos de aprender muchas cosas. 

Creamos en las señales, creamos en el destino y sepamos que todos los días hay oportunidades de saber cual es la mejor decisión. No pospongamos decisiones, comencemos, pero lleguémos hasta el final. 

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