Córdoba concentra más del 60 % de la producción nacional de joyería y exporta cerca del 70 % de sus piezas a más de 50 países, incluyendo Francia, Estados Unidos, Países Bajos y Emiratos Árabes. Entre enero y abril de 2025, el sector alcanzó un volumen de 30.000 kilogramos de mercancía exportada con un valor aproximado de 30 millones de euros, reflejando la fuerza y la proyección global de esta industria.
Cada joya de Córdoba combina historia y modernidad. Los talleres familiares, muchos con generaciones de trayectoria, integran técnicas ancestrales como filigrana, repujado y granulado con diseños contemporáneos. Esta combinación de tradición e innovación ha posicionado a Joyería de Córdoba al nivel de otros grandes referentes artesanales como el cristal de Murano, convirtiéndose en símbolo de calidad, autenticidad y prestigio global.
La Marca de Garantía Joyería de Córdoba y la iniciativa de Indicación Geográfica Protegida refuerzan el reconocimiento de cada pieza, asegurando su origen, autenticidad y calidad frente a la competencia desleal y las falsificaciones. Este sello otorga a las joyas cordobesas un valor añadido comparable al de los productos artesanales más emblemáticos de Europa.

La Escuela de Joyería de Córdoba funciona como laboratorio de talento, donde alumnos y maestros trabajan juntos explorando nuevas formas, materiales y estilos, garantizando que cada pieza mantenga un alto nivel de artesanía mientras innova en diseño y sostenibilidad.
El Parque Joyero, el más grande de Europa, concentra 14.000 metros cuadrados de actividad empresarial y alberga gran parte del sector productivo de la ciudad. Córdoba no solo fabrica joyas, sino que exporta cultura, creatividad y un ecosistema sólido que combina autónomos, pymes y grandes talleres en un modelo de colaboración que impulsa su proyección internacional.
Cada creación cordobesa refleja un legado, una historia y una promesa de excelencia. Entre filigranas, granulado y repujado, cada joya es un pedazo de historia que trasciende modas, fronteras y mercados, consolidando a Córdoba como el epicentro mundial de la joyería.