Mientras que el oro podría alcanzar nuevos máximos históricos durante el nuevo año, 2024 ha sido el año en el que muchas marcas de joyería han apostado por ofrecer un valor añadido introduciendo, por primera vez, colecciones de oro. El sector joyero podría recuperar su romanticismo en una sociedad todavía tan cambiante
Para los inversores, que en 2025 el oro vaya a experimentar un desempeño histórico pudiendo alcanzar un máximo de los 3.000 dólares puede ser una gran noticia; para los joyeros, sin embargo, puede producir incertidumbre e incluso miedo. En un mundo tan rápido y volátil, todo está cambiando y la individualidad expresiva está siendo un must en diferentes contextos tanto, que ha llevado a los consumidores y sus actitudes a querer experimentar otros momentos que les hagan conectar. Buscando la autenticidad y lo exclusivo, el sector joyero puede encontrar en el 2025 un regreso a sus orígenes, volviendo a apostar por la artesanía, el romanticismo de una joya, la calidad y el valor de las cosas bien hechas. 2024 ha sido un trampolín hacia esta nueva era en la que, por ejemplo, el oro ha jugado un importante papel ya que, a pesar de sus vaivenes y sus máximos históricos inesperados, cada vez son más las marcas que optan por aportar un valor añadido.
Expertos prevén que los precios del oro oscilen entre los 2.450$ y 2.950$ por onza en 2025 después de que en 2024 este metal experimentara un aumento de más del 29% en su precio. El Banco Popular de China reanudó sus compras de oro en noviembre tras una pausa de seis meses; un regreso al mercado que refuerza el papel de los bancos centrales como actores clave de la demanda del oro. Al mismo tiempo, la industria de la joyería es, sin duda, una de las más valoradas a nivel mundial que, aunque con bajones y subidas, siempre aporta valor.
Al factor de los bancos centrales se suma que la incertidumbre geopolítica y económica será un motor clave para el oro en 2025, sobretodo tras el regreso de Donald Trump como presidente de Estados Unidos, que podría aumentar la demanda de activos refugio por la incertidumbre respecto al comercio y a los aranceles. Al mismo tiempo, a pesar de las expectativas alcistas, también es cierto que el oro podría enfrentar una fase de consolidación en la primera mitad de 2025.
El oro en el sector joyero
El sector joyero español tiene una larga tradición en el uso de este metal precioso; desde la época de los romanos, quienes valoraban el oro por su belleza y durabilidad, los visigodos y los árabes, hasta el Renacimiento, momento en el que la orfebrería alcanzó un alto nivel de sofisticación. El oro ha sido uno de los materiales más codiciados y utilizados en la fabricación de joyería. Su valor como símbolo de estatus y riqueza también ha marcado parte de su evolución a lo largo del tiempo ya que, en la España medieval y moderna, las clases altas y la aristocracia comenzaron a utilizar joyas de oro como una manera de mostrar su riqueza y poder; además, durante el Siglo de Oro (Siglos XVI y XVII), España vivió una gran prosperidad económica gracias al oro proveniente de colonias americanas, lo que llevó a una mayor producción de joyas de oro para la nobleza. Esta llegada de oro desde América también permitió a los orfebres españoles producir joyas de oro en mayor cantidad y con más variedad de diseños; de hecho, la leyenda del oro de América y el flujo de riquezas de las nuevas tierras influyeron enormemente en la prosperidad de las joyerías españolas y su producción de piezas de lujo.
En la Edad Media, cuando la orfebrería en España comenzó a tener una tradición muy importante, la creación de joyas en oro se convirtió en una forma de arte en la que los artesanos mezclaban técnicas europeas con influencias orientales. Desde entonces, este arte ha ido evolucionando con el tiempo aunque manteniendo su valor más preciado, su artesanía. En el siglo XX, con el aumento de la producción industrial y la expansión del mercado de joyería, muchas marcas de joyería comenzaron a utilizar oro no solo para piezas de lujo, sino también para joyas más accesibles.
En definitiva, desde la antigüedad hasta la actualidad, el oro ha sido un metal clave en la creación de joyas no solo por sus propiedades físicas, sino también por su asociación con el lujo, el estatus y la tradición.
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La nueva perspectiva de la joyería de oro
La exclusividad y la artesanía de la joyería de oro ha llevado a que nuevas marcas introduzcan, por primera vez en este año, colecciones de oro para ofrecer a sus clientes un valor añadido y, al mismo tiempo, para cautivar a nuevos clientes. Los cambios de consumo, la sostenibilidad y una generación que se quiere alejar del fast-fashion han provocado que esta joyería tan tradicional sea hoy algo moderno y de vanguardia, buscando al mismo tiempo la calidad y perdurabilidad que tanto caracteriza a esta industria. Así, a pesar de los cambios tan volátiles en el precio del oro, el sector joyero se encuentra en el momento perfecto para volver a sus orígenes a través de la gran diversidad que forma hoy la industria, cada uno con su propio estilo y propuesta.
Una diversidad que se ha abierto a nuevas posibilidades, como la del oro de 9 quilates que, aunque no es tan común como el oro de 18 quilates, su uso está enfocado precisamente en las generaciones más jóvenes o en aquellas con menos presupuesto pero gran interés por la joyería; piezas más asequibles para el día a día, ya que estas solo tienen un 37,5% de oro puro, o piezas de moda que se reinventan con oro de 9k para conectar con un público que desea lucir joyería pero que, en ocasiones, todavía lo siente inaccesible.
En los últimos años, el consumo de joyería de oro en España ha mostrado una tendencia al alza influenciado sobretodo por este cambio de comportamiento de los consumidores y su preferencia por joyas de oro que provienen de fuentes responsables así como el deseo de elegir una pieza estéticamente atractiva y también duradera; la apreciación del valor del oro, tradicionalmente considerado una inversión segura, también ha influenciado en esta tendencia así como el impacto en las redes sociales que, este año, han popularizado gran variedad de estilos de joyería convirtiendo en una forma de expresión para muchas generaciones; además, las joyas de oro son a menudo una parte llamativa de los looks que los consumidores ven en Instagram o TikTok, lo que ha llevado también a un cambio de perspectiva en cuanto a la joyería en general.
La joyería personalizada se encuentra además en uno de sus mejores momentos, uniendo como nunca calidad y exclusividad; un servicio que se extiende a jóvenes generaciones y tanto a hombres como mujeres y que, precisamente en España, ha crecido gracias a una generación que quieren reflejar su estilo personal y sus valores a través de piezas únicas.
Los Millennials y la Gen Z, que son los principales percusores de esta nueva era en el universo de la joyería de oro que marcará el próximo 2025, están apostando por joyas de oro aunque de una manera diferente a las generaciones anteriores, buscando piezas más accesibles, sostenibles, personalizadas y versátiles y esto ha contribuido al auge de la joyería de oro en generaciones más jóvenes. Una demanda que evolucionará en los próximos años y en la que estos consumidores estarán dispuestos a invertir.
Cuando volver a los orígenes puede ser una urgencia
Mientras la joyería de oro evoluciona y abre las puertas a nuevos consumidores es cierto que, no es nada nuevo que las generaciones más jóvenes, concretamente la Gen Z, es capaz de comprar algo ético y que perdurará en el tiempo y, al día siguiente, caer rendido en el consumismo y el fast-fashion. Sin ir más lejos, este año la estrategia de los drops no solo ha alterado el orden de las colecciones tal y como las conocíamos hasta ahora (Otoño-Invierno y Primavera-Verano) sino que han creado la necesidad de generar urgencia y una cierta exclusividad. Con este hábito de consumo, las generaciones más jóvenes han sentido la necesidad de “no perderse nada” y, en un contexto así, resulta un poco difícil generar una conexión o entender el por qué de un producto; por qué lo compramos, qué nos despierta o qué nos conecta con esa marca. Es cierto que con una estrategia así la emoción es constante, siempre quieres más y siempre estás a la espera de que eso llegue pero, según expertos, esto no es más que un entretenimiento y lo que las marcas quieren generar (o más bien necesitan) es que el cliente siempre esté consumiendo. Así es que, sin ningún problema, la misma generación que abraza la causa medioambiental es capaz de entrar en la lista de espera del próximo drop para comprar productos que quizás ni necesitan o que, en pocos días, dejarán de utilizar.
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En una sociedad tan cambiante y que presenta algún que otro desafío a la hora de analizar los comportamientos de consumo de unas generaciones que, al fin y al cabo, son el futuro, romantizar el sector y devolverle a sus orígenes será una de las estrategias más efectivas del próximo año (aprovechando la oportunidad de cómo un metal tan apreciado desde hace siglos está despertando interés entre estos consumidores). Desde una marca también se puede tener el poder de educar a los consumidores, y las redes sociales son ahora mismo un perfecto escaparate de inspiración más que de venta; es precisamente lo que ha ocurrido con los drops y hay que tener en cuenta que son consumidores todavía en fase de maduración puesto que, si habláramos del millennial, este es, sin duda, uno de los mejores clientes del sector joyero y, poco a poco, continuará creciendo su deseo por las cosas bien hechas, con valores e historias.
En definitiva, la nueva generación de consumidores busca no solo un producto, sino una experiencia emocional y un símbolo y, la joya en su misma esencia ya es un objeto cargado de historia, significado, valor y tradición. Crear una conexión emocional entre el consumidor y una joya será clave para promover esa romantización; un valor añadido que se puede conseguir a través de historias, de encontrar la forma de inspirar al consumidor mostrándole procesos de diseño o el origen de los materiales… al construir narrativas alrededor de una pieza, se crea un vínculo especial y muy personal, devolviendo al sector su magia y haciendo que la joya sea aún más deseada si cabe.