Ya sea en la venta o en la innovación, el cliente ha de saber qué hacemos
Estamos viviendo momentos tal vez confusos y de grandes cambios, pero muy esperanzadores. A cada instante se presentan tendencias nuevas y con los cambios, salimos reforzados. Gracias al esfuerzo y formación permanente y constante que apliquemos al día a día.
La innovación sigue siendo una de las principales palancas para poder responder a las demanda de nuestros clientes.
Muchos expertos e indicadores nos invitan a estar atentos a lo que pase en Asia, porque creen que es donde se va a decidir el futuro. Nos estamos enfrentando a tres grandes revoluciones: La tecnológica, la social y la medioambiental. Tenemos que saber que una marca implica calidad, tecnología e innovación. Aquí está la clave para el futuro. La tecnología digital debe estar implantada en nuestra cultura de negocio al máximo nivel. Debemos poner máxima prioridad en el foco de nuestro cliente con un trabajo conjunto entre fabricante y distribuidor .
Juguemos al ataque y pongamos toda la fuerza en invertir en comunicación, ya sea en la venta o en la innovación. El cliente ha de reconocer los esfuerzos que hagamos y se verán reflejados en el resultado final. Analizando el mercado, llegamos a la conclusión que una gran mayoría de clientes se están centrando en la compra de marca más que de producto.
Hacen falta líderes capaces de responder con rapidez, tomar decisiones valientes y realizar cosas concretas al instante. La crisis permanente genera oportunidades continuas. Y siempre vigilantes, porque cuando el viento sopla en contra, la innovación corre el riesgo de caer; no lo permitamos.
Las empresas más innovadoras, incluso en tiempos difíciles, son las que van aumentando su valor. Los que pulsan el botón de pausa en la innovación y comunicación, son los que se suelen quedar atrás o incluso desaparecer.
La mejor forma que tenemos para salir de la crisis y sacar ventajas competitivas es siempre innovar y formarse para las necesidades del momento. De niños y jóvenes nos formaron para la vida, el día a día; la universidad de la calle nos ha de estar formando permanentemente para la lucha en esta vida. Otro dato muy a tener en cuenta en nuestro día a día es explorar y experimentar las necesidades de nuestro consumidor. Trabajar sin un análisis de mercado nos lleva a tener que “comernos” nosotros mismos lo que fabriquemos.
Los guerreros usan el sentido común para juzgar el sentido de los actos y no las intenciones que hubiera al realizarlos. Es necesario asumir las acciones aún cuando se deba pagar un alto precio por algún error. Si amamos nuestra profesión y la vivimos con intensidad, el mundo se transformará. Recordemos que la luz del amor disipa siempre las tinieblas de la oscuridad. Si confiamos en lo que hacemos en esta vida, la vida confiará en nosotros.