«La dificultad está actualmente en recuperar las profesiones, es un reto enorme que con esfuerzo nos permitirá después poder dar juntos un gran salto hacia delante y posicionarnos como líderes dentro de la industria joyera internacional«
Sara Benavente es gemóloga, experta en diamantes y tasación y ha trabajado en Sotheby’s en oro de inversión y en venta de diamantes. Con más de 14 años de experiencia, Sara se especializó en moda y en joyería. Forjada con una visión muy global y precisa de los mecanismos que entrañan la industria de la joyería, hablamos con ella sobre la industria y su futuro.
Eres gemóloga, experta en diamantes y tasación y has trabajado en Sotheby’s en oro de inversión y en venta de diamantes. Cuéntanos un poco sobre ti y que te ha llevado a formar parte del sector joyero.
Soy diseñadora de joyas por vocación y toda mi carrera profesional desde los inicios está orientada a mi formación, por ello comencé estudiando gemología, tasación de joyería, graduación de diamante y gemas de color y diseño de joyas en el Gemological Institute of America (GIA) y en el Instituto Gemológico Español (IGE) y sigo actualizándome día a día.
Hace diez años decidí emprender y creé Sara Benavente que es una firma de Alta Joyería dirigida a aquéllos que desean una joya autobiográfica realizada en metales nobles y las gemas más exclusivas.
Mi cliente aspira a tener una pieza única que nadie más tendrá, y esto se traduce en el diseño, la calidad de los materiales y en los altos estándares de fabricación. Y, lamentablemente, he detectado que las técnicas se están perdiendo; en España tenemos una mina de artesanos altamente cualificados y se están jubilando sin pasar su legado. Vivimos en la sociedad de Amazon y me he propuesto conseguir que el cliente aprecie el valor de una manufactura exquisita y la importancia de los tiempos de fabricación, y que sepan diferenciarlos dándoles pequeñas formaciones totalmente necesarias y poniendo a los maestros orfebres, portadores de cultura, en el lugar que les corresponde. Estamos en sus manos y nunca mejor dicho, y quien ha podido estar horas en una astillera, aunque sólo sea como mero observador, podrá entender de lo que hablo.
Los diamantes son importantes en el universo de la joyería y se trata de una industria que está experimentando muchos cambios, como la última subida de precio anunciada por De Beers; ¿cómo crees que se encuentra esta industria en la actualidad y qué futuro le podría esperar?
La doble subida de los precios del bruto por parte de De Beers en las últimas subastas, sobre todo en lo referente a los de menor tamaño, ha causado una pequeña revolución a nivel internacional. Escuché recientemente unas declaraciones de Nir Cohen, CEO de Bondiamant, empresa en la que tuve la gran fortuna de trabajar, y saqué la conclusión de que hemos de ser conscientes que a veces no hay una lógica directa entre el mercado del bruto y el mercado del pulido.
Vamos a hacer juntos el recorrido desde el inicio y si una productora comprase bruto, lo haría generalmente al contado. Imaginemos que adquiriese un box interesante, se enviaría a pulir a India, SA, Amberes…y generalmente tardarían entre dos y cuatro meses, acto seguido pasaría a las oficinas para su debida clasificación hasta la siguiente fase, el canal de venta donde sumamos unos cuatro meses más, siendo el total de ocho meses. Hemos de añadir el tiempo de venta y la demora al cobrar: según nuestras cuentas sería diez meses. Lo cual significa que quien quiera comprar bruto tiene que pensar en el largo plazo de aquí a un año aproximadamente y estas productoras a priori no lo ven factible. Comportando esta operación un riesgo alto para ellas.
Por esta razón no hay suficiente género en producción y por ende, en nuestra opinión esta subida no es sostenible, pues además entran en juego otros actores, como por ejemplo, el cambio de divisa, la inflación, los intereses de los bancos centrales etc. Lo previsible es que las productoras esperen, dándose la escasez de género y quizá podría subir el precio en el futuro a ocho meses o a un año vista.
Y si bien es cierto que, por un lado ahora mismo los precios se mantienen estables en la Bolsa de Tel Aviv pues el mercado está tranquilo, a la vez valorando la anterior información, quizá sería recomendable como joyeros abastecernos en las líneas donde más demanda tengamos cada uno.
¿Crees qué los diamantes pueden ser un valor refugio, una inversión, como el oro?
La forma más segura de invertir, es diversificar. He tenido la oportunidad de trabajar en ambos mercados: con un bróker que opera directamente desde la Bolsa de Tel Aviv y con una empresa alemana de oro de inversión y creo que se comportan de una manera similar: son activos tangibles y tienen una venta ágil y un valor recuperable. En el caso del oro desde la ruptura del patrón oro, y siendo ambos una efectiva forma de proteger la riqueza, pero también sé que hay diferencias desde el punto de vista del control de la oferta y complejos mecanismos que entrañan.
En resumen, la tendencia es alcista en ambos y siempre es recomendable diversificar nuestra cartera y destinar un porcentaje al oro de inversión en determinados formatos, seleccionando las refinerías auditadas y con sello London Good Delivery Standard, también en aquellos diamantes que cumplan unas líneas muy determinadas en serie incolora o fancy, recomendando encarecidamente el tener asociado un certificado de un laboratorio gemológico riguroso tipo GIA e IGE que acredite sus características siendo una opción resiliente ante la incertidumbre económica.
Al mismo tiempo, el lujo está viviendo un buen momento. ¿Cómo influye esto en la industria del diamante y en la alta joyería?
Como sabemos, el lujo se rige por leyes completamente opuestas a las clásicas de oferta y demanda, y aunque resulte disonante hemos de dejar un poco de lado el concepto socio-económico que nos rodea. Según el último estudio de Bain and Company, elaborado para la Fondazione Altagamma, el mercado global de artículos de lujo, en el que se incluyen las joyas, prevé crecer hasta un 8% en ventas para alcanzar los 380.000 millones de euros en este 2023. Poniendo estos números de manifiesto, se puede afirmar que el sector del lujo está capeando la realidad inflacionista. Por regiones, la facturación del mercado de alta gama asiática en 2023 estará creciendo un 43% interanual frente al 27% en Europa, el 25% en América o el 18% en Japón. Son datos muy esperanzadores, pero hemos de ser conscientes que se refieren a un nicho muy concreto y aspiracional: la verdadera y minoritaria Alta Joyería.
Y las nuevas generaciones se están acercando a este sector, ¿qué opinas de la relación entre el sector joyero y las generaciones más jóvenes?
No puedo generalizar pues trabajo con un segmento muy pequeño dentro de este perfil de cliente joven, y es el hombre de entre 28 y 35 años que encarga una sortija de pedida. En este selecto grupo sí he detectado que cada vez están más informados, que buscan la alta calidad por encima de todo y exigen mi certificación y la del laboratorio gemológico. Conciben la compra como una inversión y el objetivo del legado generacional.
Tienes tu propio negocio que se define como joyas autobiográficas, ¿en qué consiste y qué quieres aportar al mundo de los diamantes y de la joyería con ello?
Llevo el concepto de personalización al siguiente nivel, y mediante un estudio muy profundo diseño joyas conectadas a la personalidad y momentos vitales de mis clientes. Quiero aportar una nueva tendencia a la vez que ayudo a la Alta Joyería a recuperar el lugar que le pertenece, el buen hacer y el profundo respeto a la excelencia de otros tiempos.
¿Qué planes de futuro tienes con tu marca y, al mismo tiempo, cómo crees que será el futuro de el sector?
Mi objetivo es ampliar las líneas de negocio ofreciendo los servicios de tasaciones y valoraciones y poder adquirir un gran porcentaje de las gemas que empleo en fuentes de minería sostenible.
Hablando del futuro del sector de la joyería en España, confío en que podamos todos los profesionales mirar al pasado con el objetivo de valorar y recuperar el saber hacer y las técnicas orfebres milenarias e implementándolo en cada uno de los talleres, especialmente en los gremios más dañados como los lapidarios o los esmaltadores, que están desapareciendo. En definitiva, la dificultad está actualmente en recuperar las profesiones, es un reto enorme que con esfuerzo nos permitirá después poder dar juntos un gran salto hacia delante y posicionarnos como líderes dentro de la industria joyera internacional.