Lo físico y lo tradicional vuelve a tener más repercusión que nunca
El sector joyero aceleró su conversión digital cuando fue necesario, en un momento en el que la realidad se sustituyó por vídeos, streamings y compras online en directo que dejaban en un segundo plano a los formatos tradicionales. Sin embargo, todo ha vuelto a cambiar y las viejas costumbres vuelven a ser la mejor opción.
Mientras las citas feriales en su versión física se convirtieron en esenciales y fueron como un jarro de agua fría a la hora de valorar esos negocios cara a cara, los showrooms también se consolidaron como una alternativa para satisfacer las necesidades del cliente y acercarles a las nuevas colecciones y propuestas de las marcas de esta industria. Ahora, el sector apuesta por una nueva vertiente, una vieja conocida, que incluye también al consumidor final.
Lo físico y lo tradicional vuelve a tener más repercusión que nunca; quizás porque hemos aprendido a valorar viejas costumbres que resultan ser una muy buena opción. Sobre todo si hablamos en materia joyas, donde la experiencia de sentir, tocar y probar siempre ha sido clave para entender y disfrutar de este sector. Pues bien, en las últimas semanas, diferentes marcas han apostado por eventos en los que el consumidor final era el protagonista, ofreciéndoles la oportunidad de ser partícipes en la industria joyera, descubriendo y probando las novedades presentadas.
Secrecy Jewels participó en la 2º edición de Juno Fashion Day, organizado por Fashion Lab Productions y celebrado en Barcelona; Gold&Roses celebró en el Dubai Design District una presentación de marca, concretamente en el pop-up de Poison Drop, una tienda online que también apostó por un evento físico; o la marca Marina García, que se unió a otras marcas de moda para celebrar un evento de presentación de nuevas colecciones en la tienda física de Coosy. Hablamos de eventos que se han celebrado en los últimos días, aunque esta tendencia se está recuperando desde hace meses, con eventos de todo tipo, como la fiesta celebrada el año pasado por Suot Studio, totalmente diferente a lo que quizás se podría esperar, con un guiño al undreground de los 90, ocultando el lugar del evento hasta el último momento para luego revivir la cultura de los clubs y el techno de aquella época; incluso los invitados se camuflaron en esta estética. Fiestas que también se alternan con cenas al aire libre cuando el verano asoma.
En definitiva unos eventos que nada tienen de nuevo, pero que sin embargo vuelven a conquistar al sector joyero y se convierten en la alternativa perfecta también para el consumidor final. Y es que, la clave definitiva se encuentra en entender que la experiencia física es una parte importante de la industria, sin dejar a un lado el escenario digital, para así crear momentos especiales que el consumidor que irá compartir tanto en línea como fuera de ella.