Vivamos del oxígeno que estamos recibiendo ahora
En todos los aspectos de la vida, hay algo que se llama intuición. Esta es una ruta que deberíamos seguir. Cuando hay algo que no sabemos es cuando funciona la intuición.
Sabemos porque sentimos, pero no sabremos cómo traducir esa sensación. Eso es la intuición.
Muchas veces oímos decir: me pasó esto y yo sabía que iba a pasar; me vino esto a la memoria y yo lo estaba meditando… Yo creo que siempre lo sabemos, pero preferimos no creer.
La intuición no usa palabras, es como un susurro que nuestro interior interpreta, nos lo traduce, nos informa…, pero nunca le hacemos caso. Al fin y al cabo, nuestra alma siempre está preparada y sabe lo que hacer, pero para prestarle atención, debemos silenciar la mente.
Hay que buscar siempre la sensibilidad de las cosas sutiles. Si algo no nos pertenece, el alma siempre trata de advertírnoslo y de muchas formas.
Hay que prestar mucha atención a las señales, a nuestro interior, a nuestra “intuición”.
Démosle confianza, escuchémosla, dejemos que nos advierta y guíe a seguir el camino. La ruta está trazada y solo tenemos que recorrerla con éxito.
Sentir esta confianza hará que nos podamos alinear con esas decisiones que son necesarias para conectar con lo más alto de nuestro interior.
En definitiva, prestemos mucha atención, porque si algo está a punto de llegar a nuestra vida, pequeñas manifestaciones y señales nos indicarán el camino a seguir.
La intuición será tu guía y recordemos que nada sucede por casualidad. Estaba escrito.
Y si la intuición está en nuestro interior, la gratitud no ha de ser menos, porque cuanto más la practiquemos, más cosas nos llegarán a las que estar agradecidos.
Agradeciendo lo que tenemos, terminaremos por tener más, y si nos concentramos en lo que tenemos, nunca tendremos suficiente. El que es agradecido es más feliz.
El que es agradecido en el momento, no quiere decir que no quiera más, sino que está agradecido de lo que tiene y paciente de lo que está por llegar.
No demos importancia ni lamentemos constantemente. La gratitud es algo que nos da sentido al ayer, paz al hoy y despierta una posición positiva del mañana.
Jamás se necesita más de lo que tenemos. Pensemos siempre en razones para ser positivos y siempre encontraremos el porqué estar agradecidos.
Se dice que los días buenos nos dan felicidad, y los malos, la sabiduría. Importa mucho más lo que vivimos que lo que decimos. Decir algo no es importante, lo que de verdad vale es demostrarlo.
En esta vida, casi siempre se recibe mucho más de lo que se da. Pues agradezcámoslo. Demos gracias de que los caminos se hayan cruzado y nos dejen disfrutar de los momento maravillosos. Estemos presentes y alerta siempre y vivamos del oxígeno que estamos recibiendo ahora.
El mayor milagro que nos puede suceder es el caminar el momento presente sobre tierra firme, y viviendo el presente, apreciándolo, y sintiéndonos vivos.