Este proyecto fabricará cerca de 1,5 millones de diamantes sintéticos al año tanto para el sector de la joyería como para una vertiente más industrial, como vehículos eléctricos o redes de comunicación
La fábrica de diamantes sintéticos de Trujillo, de la multinacional estadounidense Diamond Foundry, en la que participa como accionista el actor Leonardo Dicaprio, ha comenzado sus obras y vaticina que su funcionamiento esté listo en menos de dos años.
En el acto simbólico de colocación de la primera piedra, celebrado el pasado viernes 3 de marzo, el CEO de la empresa, Martin Roscheisen, ha afirmado que «como habéis podido comprobar estamos ya en plena fase de ejecución de la fábrica». La planta, que tiene una inversión de 700 millones de euros en una superficie de casi 84.000 metros cuadrados, generará unos 300 puestos de trabajo directo y fabricará diamantes mediante el método de deposición química de vapor.
Joyería y productos tecnológicos
Este proyecto fabricará cerca de 1,5 millones de diamantes sintéticos al año con el objetivo, además, de producir diamantes lab grow tanto para el sector de la joyería como para una vertiente industrial, como la fabricación de semiconductores para la industria del vehículo eléctrico, junto a nuevas aplicaciones para las redes de comunicación 5G y 6G, industrias de computación o el desarrollo de inteligencia artificial.
«Nuestro objetivo es alcanzar una producción de diamantes de millón y medio al año y venderlos en todo el mundo. Los diamantes forman parte de los semiconductores, piezas imprescindibles para vehículos, baterías, teléfonos móviles o cualquier otros dispositivo tecnológico«, afirma Martin Roscheisen.
«El objetivo es fabricar obleas de diamantes -del tamaño de un plato pequeño- sobre la que se construyen los microcircuitos«, añade Roscheisen. Las obleas tienen, de esta manera, una importancia clave en la fabricación de dispositivos semiconductores.
Diamantes sintéticos en poco tiempo
Mientras se cierra la consecución de fondos europeos para el proyecto, desde el punto de vista técnico el primero paso es el diseño de ocho generaciones de reactores de plasma, que son los que permiten crear las condiciones ambientales necesarias para la fabricación de los diamantes sintéticos. Dichos reactores permiten la elaboración de diamantes monocristalinos del tamaño de una oblea (SCD), cuyo rendimiento en conductividad térmica supera ampliamente a los chips de silicio.
«Si un diamante natural necesita billones de años para generarse a unas temperaturas y presiones altísimas, estos diamantes los podemos hacer en horas, y son exactamente iguales«, ha destacado el CEO de la compañía.
Para darles suministro eléctrico a todas estas unidades, se levantará a su vez una planta fotovoltaica de 120 MW que se ubicará a ocho kilómetros de la planta central y que gestionará la empresa Kishoa Powen Energía Renovables, con Rafael Benjumea al frente. El directivo se ha congratulado de que Roscheisen haya creído desde el primer momento «en España, Extremadura y Trujillo» y de que esta apuesta haya contado con el respaldo institucional y económico.
En cuanto al impacto ambiental, la fábrica incluye tres edificios de producción, dos de ellos de 6.600 metros cuadrados y un tercero de 6.000, así como otros auxiliares de control de la subestación, de incendios y de accesos. Entre los equipos y sistemas auxiliares principales contará con generadores de hidrógeno, de tal forma que cada línea de reactores dispondrá de un sistema de generación de hidrógeno que suministrará el consumo instantáneo del mismo en los reactores.
También contará con reactores de plasma, en los que se producirá el crecimiento por deposición química de vapor sobre el sustrato cristalino; sistema de refrigeración para el control de la temperatura en el interior del reactor de plasma; sistema de almacenamiento de producto terminado, donde se encontrarán clasificados los diamantes terminados por tamaño y peso; y un sistema de almacenamiento de materias primas y productos intermedios.