El reloj Pierre Arpels evoca una elegancia discreta que ha resistido el paso del tiempo
Entre sobriedad y sofisticación, el reloj Pierre Arpels de Van Cleef & Arpels marca las horas con refinamiento desde 1949. A lo largo de los años, ha dado lugar a una colección por derecho propio, sentando las bases de ciertos códigos de la relojería Van Cleef & Arpels. Hoy en día, las creaciones de Pierre Arpels siguen destacando por su combinación estética de pureza de líneas y juego de luces. Desde la delicadeza de la caja, marcada por enganches centrales, hasta el motivo piqué de la esfera, reflejan la atención al detalle y la excelencia del savoir-faire de la Maison.
Diseñadas y ensambladas en los talleres relojeros Van Cleef & Arpels de Ginebra, todas las creaciones Pierre Arpels son testimonio del estilo y el savoir-faire relojero de la Maison. Una colección que a lo largo de los años ha ido actualizando su diseño con esferas de diferentes formas (ovalada, octogonal, en forma de cojín, etc), piedras ornamentales como la malaquita y el lapislázuli, y brazaletes preciosos (tres oros, oro amarillo u oro blanco). En ldefinitiva, descubrimos las nuevas creaciones de una colección que es conocida por relojes «que hacen amar el paso del tiempo«.
Refinamiento esencial
Creado en 1949, el reloj Pierre Arpels evoca una elegancia discreta que ha resistido el paso del tiempo. Su caja, extremadamente esbelta, parece apenas sujeta a la muñeca por dos enganches centrales, una estética que se ha convertido en emblemática de los relojes Van Cleef & Arpels. Situadas a ambos lados de la esfera, a las seis y a las doce horas, sujetan el brazalete gracias a un cierre de rodillo de “tres eslabones” que acentúa sobriamente las líneas de la pieza. En los relojes de oro, el pulido espejo crea sutiles juegos de luz que recorren el bisel. Cuando el bisel está engastado con diamantes, un halo centelleante prolonga la blancura de la esfera. La corona de todos los relojes Pierre Arpels está engastada con un diamante, realzando el brillo general.
La esfera, que marca el paso del tiempo, está adornada con un motivo de piqué inspirado en el sello de la Maison, que también aparece en la hebilla de la pulsera. Dos finas agujas avanzan sobre los marcadores, puntuados por números romanos a las tres, seis, nueve y doce horas. Estos últimos crean un sutil efecto de perspectiva y profundidad. Disponible en dos tamaños –38 y 42 mm–, la caja tiene un perfil ligeramente biselado que se desliza perfectamente bajo el puño de la camisa. La combinación de estos diferentes detalles confiere al reloj una armonía intemporal.
Los relojes Pierre Arpels son aliados cotidianos, equipados con un movimiento mecánico de cuerda manual con una reserva de marcha de cuarenta y ocho a sesenta horas, para un uso adaptado a todos los estilos de vida. La colección incluye un modelo con complicación que invita a la evasión. La versión Heure d’Ici & Heure d’Ailleurs de Pierre Arpels combina dos husos horarios, ofreciendo una interpretación sobria pero poética de los viajes.