En el escenario de Watches and Wonders, Maurice Lacroix celebró su aniversario presentando a clientes y amigos sus novedades de la temporada, todo ello en un espacio que, al mismo tiempo, se convirtió en una experiencia inversiva que te acercaba al universo de la marca. Charlamos con Stéphane Waser, CEO de Maurice Lacroix.
Hace unos meses que nos vimos en Ginebra, ¿qué supone para vosotros estar aquí durante Watches and Wonders?
Este evento marca un momento clave para la industria relojera y para Maurice Lacroix. La evolución de Watches & Wonders ha sido notable, y resulta alentador ver el regreso de una cita anual sólida y unificada. La conexión humana es esencial, y eso es precisamente lo que ofrecen eventos como Watches & Wonders, Geneva Watch Days y el Grand Prix d’Horlogerie de Genève. Reúnen a la comunidad, ponen nuestro oficio bajo los reflectores del mundo y amplifican la visibilidad de toda la industria. Naturalmente, Maurice Lacroix se beneficia de ese impulso compartido.
Creemos profundamente en el poder de la presencia física. Reunirnos cara a cara con nuestros minoristas y distribuidores es fundamental, y estas ocasiones nos permiten sumergir a nuestra audiencia en el espíritu urbano y contemporáneo que define a los relojes Maurice Lacroix. Más importante aún, estos eventos nos brindan comentarios e ideas valiosas que nos ayudan a asegurar que nuestras creaciones sigan resonando con los exigentes entusiastas de la relojería de hoy en todo el mundo.
En esta cita celebrasteis vuestro aniversario con una experiencia inversiva, ¿por qué crees que es tan importante involucrar al cliente y al consumidor en el universo de Maurice Lacroix?
Involucrar al cliente en el universo de Maurice Lacroix no es solo importante, es esencial. Nuestros clientes están en el centro de todo lo que hacemos, y los escuchamos mucho. Los consumidores de hoy buscan más que un producto; buscan una experiencia de marca que se alinee con sus valores, aspiraciones y estilo de vida.
Hemos construido un universo de marca en Maurice Lacroix que late con energía urbana, se nutre de la creatividad y tiene un alto valor percibido. Al interactuar directamente con nuestra comunidad —ya sea a través de eventos o redes sociales— creamos relevancia emocional y lealtad. Esta interacción transforma a nuestros clientes en embajadores de marca. En un mundo donde la atención es fugaz, construir relaciones es lo que sostiene a una marca. Involucrar al cliente no es una estrategia, es una necesidad.
Háblanos sobre las novedades más destacadas recientemente presentadas, ¿qué nuevas tendencias surgen en el mercado?
Este año marca un hito importante para Maurice Lacroix, ya que celebramos nuestro 50º aniversario. Comenzamos el año con varios lanzamientos clave, incluyendo el debut de la nueva colección 1975 —con un diseño elegante y proporciones estilizadas, la colección 1975 combina encanto vintage con atractivo atemporal— seguida poco después por la FIABA Square. De cara al futuro, continuaremos enriqueciendo nuestras colecciones emblemáticas con nuevas referencias, al tiempo que exploramos materiales innovadores y conceptos frescos en la segunda mitad del año.

Vuestra estrategia se ha centrado, en los últimos años, en captar la atención de las nuevas generaciones, ¿cómo está siendo este trabajo y qué hábitos de consumo habéis detectado?
Efectivamente, el lanzamiento del AIKON en 2016 —una reinterpretación moderna de nuestro icónico modelo Calypso— marcó un giro estratégico para Maurice Lacroix. Empezamos a enfocarnos en los millennials, combinando un diseño potente con una estructura de precios coherente: alrededor de 800 € para modelos de cuarzo y aproximadamente 2.000 €para piezas mecánicas.
Hoy ampliamos ese enfoque para incluir a la Generación Z. Nuestra misión es educar a las audiencias más jóvenes sobre el valor de la relojería —mostrarles que un reloj es más que un objeto funcional; es un accesorio cultural, rico en artesanía, herencia y significado. Se contrapone a la naturaleza desechable de cierta tecnología moderna. A pesar de la creciente popularidad de los relojes inteligentes, la relojería suiza mantiene un atractivo único y duradero —especialmente entre los Millennials y la Gen Z. Estas generaciones, criadas en la era digital, se sienten cada vez más atraídas por la autenticidad y el arte de los relojes mecánicos. Para ellos, un reloj no solo es una declaración de estilo, sino un reflejo de identidad. Hay una curiosidad creciente sobre cómo funciona su reloj, cómo se fabricó y la historia detrás de su diseño.
¿Qué países son los qué mejor funcionan para Maurice Lacroix?
Actualmente, Europa representa casi un tercio de las ventas, Asia otro tercio, y el resto se divide entre Estados Unidos y Medio Oriente.
¿Cómo crees que la situación arancelaria puede afectar a la industria de la alta relojería? ¿Y cómo debemos actuar?
Lo único que puedo decir hoy es que todas las marcas relojeras enfrentan el mismo problema. Esa es la belleza de la relojería suiza.
¿Y cómo crees que se comportará el sector del lujo este 2025?
De cara a 2025, el sector del lujo seguirá evolucionando rápidamente, impulsado por el cambio en los valores del consumidor y los avances tecnológicos. Anticipamos un mayor enfoque en la autenticidad y en las experiencias personalizadas. Los consumidores de hoy son más exigentes que nunca: buscan productos que muestren una artesanía excepcional y que reflejen su identidad y valores únicos. Escuchar atentamente sus necesidades es, por tanto, esencial.
En última instancia, el sector del lujo en 2025 estará definido por aquellas marcas que logren conexiones profundas con su audiencia, ofrezcan un valor distintivo y demuestren un compromiso genuino con las personas.
¿Qué otros planes tiene Maurice Lacroix para este año?
Durante este año seguiremos celebrando nuestro 50º aniversario. ¡Nuestros clientes y socios pueden esperar un segundo semestre lleno de sorpresas! Presentaremos ediciones especiales y series limitadas para conmemorar este jubileo, así como evoluciones en nuestras colecciones emblemáticas. Nuestro objetivo es ofrecer cada vez mayor calidad, diseño e innovación, sin dejar de ser fieles a los valores que han definido a Maurice Lacroix.