Como una de las firmas de joyerías emergentes del momento y asociadas al lujo asequible, BONAI Madrid vivió su boom durante la pandemia y ahora prevé acabar con una facturación que ronde el millón de euros o superarlo, doblando la facturación del año pasado
Aitor Gómez, CEO de BONAI Madrid cambió, en poco tiempo, las notas de prensa y las reuniones de estrategia por la creación de anillos, collares y pulseras. Licenciado en Periodismo por la Universidad Carlos II y con una buena posición en una de las agencias de comunicación más conocidas del país, Aitor sintió que su creatividad y sensibilidad se diluían en el día a día, por lo que decidió emprender en algo que le apasionaba: la joyería. Hoy es CEO de una de las firmas de joyerías emergentes del momento y asociadas al lujo asequible.
Todo empezó en un viaje a la India, cuéntanos esta experiencia y ¿por qué este momento te llevó a crear una marca de joyería?
Así es. Desde pequeño me ha encantado viajar. Creo que es de las actividades que más nutren el espíritu. Cuando comencé la universidad me dedicaba a realizar prácticas para ganar algo de dinero y poder gastarlo en el verano viajando a países lejanos. Esto me llevó a conocer países como Laos, Camboya, Tailandia, Colombia, o la India, cuando todavía era muy joven. Son países con una riqueza increíble en todos los aspectos, pero la India me marcó profundamente.
Allí conocí a una viuda dueña de un taller de joyas. Estuve días en su región y siempre me acercaba a verla cómo trabaja, cómo manipulaba los materiales que usaba. Allí las esmeraldas son algo espectacular. Me enamoré de su artesanía y su manera de ser.
Y sobre todo me dijo algo que me impactó mucho en aquel momento: “En la India las mujeres no podemos elegir. Dedícate a algo que te llene el alma y serás feliz”. Como se sabe, una frase en un viaje puede convertirse en el mantra de toda tu vida. Los viajes tienen algo de trascendental y espiritual que nos llenan el corazón.
Unos años después de aquello, viajé a Colombia y en una de las calles más escondidas de Cartagena de Indias y con la idea de emprender en mente, me crucé con un taller que hacía pendientes de Palma de Iraka, una palmera local. Deshilachan la hoja, la convertían en hilos, los tenían y luego los tejían de mil maneras diferentes. Me enamoré en aquel instante y compré muchos con la idea de empezar BONAI. Aquella fue mi primera colección y el germen de lo que es BONAI hoy en día.
¿Cómo se define BONAI y a que target va dirigido?
BONAI es una firma de joyas con un profundo ADN familiar. Mi madre me estuvo apoyando desde el principio, por lo que intentamos trasladar ese rasgo a todas nuestras acciones como empresa, especialmente en la atención al cliente. Creo que cuando se crece demasiado se intenta recortar gastos a través de IA, pero en BONAI primamos la atención humana y cercana.
Por otro lado, diría que es bastante versátil. En BONAI puedes encontrar muchos tipos de joyas para todo tipo de mujeres. Desde el principio quise una marca intergeneracional, es decir, que la pudieran llevar mis abuelas, mi madre y mis amigas. Creo que eso se consigue a través de diseños sencillos y atemporales, aunque contemporáneos, en los que la propia belleza de la joya destaca por sí sola. Me gusta de BONAI que cualquier mujer puede encontrar una joya para ella.
Y por último creo que tiene un gran sentido de la belleza. Siempre intentamos hacer marca y que todo lo que va asociado a ella sea bello. En mi vida intento encontrar la armonía en cada disciplina que rodea mi vida: moda, decoración, música, artes plásticas… Creo que cuando algo es bello, necesita venderse menos porque la pieza o el conjunto, habla por si solo.
Desde el inicio, quería una firma que desprendiera una imagen cuidada, pero que no fuera excesivamente cara. Es por ello que nos dirigimos hacia el lujo asequible, es decir, piezas, diseños e imagen con un sentido estético elevado, pero con precios asequibles para la mayoría de mujeres.
Tras la pandemia, BONAI experimentó un crecimiento exponencial, ¿por qué; cómo se gestó este crecimiento?
Durante la pandemia, como todos sabemos, al estar confinados no pudimos gastar mucho. El comercio online estaba un poco estancado ya que había miedo de que los paquetes que llegaban a casa, pudieran estar “contagiados” de COVID19.
En aquel momento de parón, yo aproveché para cambiar la web. La primera que hice fue muy sencilla, a través de una plataforma que te permitía hacerla sin tener ninguna idea de programación. El cambio a otra plataforma que también permitía hacerla de manera amateur, fue un acierto ya que era más rápida y con mejores prestaciones. De hecho, es la que seguimos usando actualmente,
Después de unas semanas y habiendo estudiado el virus a contra reloj, se llegó a la conclusión de que los paquetes u objetos materiales no podían portar el virus. Los clientes, con los bolsillos llenos y aburridos en sus casas, comenzaron a gastar.
Todo esto propició que el ecommerce y en este caso, BONAI, experimentara un crecimiento increíble.
¿Cómo describirías entonces la evolución de la marca desde sus inicios y hasta hoy?
BONAI ha cambiado muchísimo (ríe). Comencé haciendo fotos a las joyas en una “caja de luz” hecha por mí, con una caja de cartón, papel de horno en todos sus lados y dos lámparas de mesilla que ponía cerca del papel para iluminar el interior y poder fotografiar las joyas.
Contaba con amigas mías para hacer las fotos. Yo las maquillaba, las peinaba y hacía las fotos. También llevaba la atención al cliente y realizaba los paquetes cuando había un pedido. Me iba a pop ups y mercadillos de todo Madrid para dar a conocer la marca. Miro atrás y me parece increíble lo conseguido.
Ahora la empresa está mucho más profesionalizada. Tenemos procedimientos internos mucho más elaborados, contamos con gente profesional para hacer las fotos y maquillar (ríe), los envíos están a cargo de una empresa logística… En fin, todo mucho más estructurado con vistas a seguir creciendo.
¿Tienes pensando saltar al retail? ¿Y crecer tanto a nivel nacional como nacional? Cuéntanos un poco los planes de BONAI
Por ahora no es un destino al que quedamos ir. Lo tenemos en la hoja de ruta, pero considero que todavía nos queda bastante para tener una tienda como la que soñamos. Siempre he creído que no hay que precipitarse en este tipo de decisiones. Soy de los que piensa que, mejor ir a paso lento pero seguro, que ir corriendo y no asentar unos pilares muy sólidos. La vida es muy larga y espero que la de BONAI también lo sea.
BONAI se define por ese lujo asequible que forma parte de la nueva generación de marcas del sector, ¿qué debe tener hoy en día una marca de joyería para conquistar al nuevo consumidor?
La verdad es que no siento que tenga una respuesta absoluta. Cuando empecé la marca estaba lleno de preguntas. A qué target me voy a dirigir, quién va a ser mi clienta ideal, cuánto va a ser mi ticket medio, dónde me voy a posicionar entre la competencia, cómo será BONAI… Creo que todas las respuestas vienen dadas con el tiempo. A veces nos llenamos de preguntas antes de llegar a puerto y cuando llegas, la película es totalmente distinta, por lo que soy de vivir el momento y dejarse llevar.
En nuestro caso, lo que nos funciona es tener una imagen cuidada, precios razonables, atención al cliente humana, y piezas atemporales y elegantes con un toque contemporáneo.
¿Y qué quieres aportar al sector joyero a través de BONAI?
La joyería es una de las artes más antiguas del mundo. Siento que BONAI todavía tiene muchas cosas que explorar, y estoy seguro que el sector joyero tiene muchas más cosas que aportarnos a nosotros, que nosotros a ellos.
Actualmente, somos una marca joven y podemos aportar todo lo que está relacionado con la juventud: frescura, belleza, ganas de aprender, y algo de valentía al meternos en un sector tan ocupado por otros grandes.
¿Crees que el sector joyero debe apostar más por las nuevas generaciones?
Siempre me han educado bajo el paraguas de la autonomía y el ser independiente. Quizá por eso llegué al emprendimiento y crear mi propia marca.
No echo de menos que alguien tenga que venir a apostar por mí, pero si se diese la oportunidad de que el sector joyero apoyara más a las nuevas generaciones en diferentes cuestiones, sería maravilloso.
Tu objetivo es acabar el año con una facturación superior al millón de euros, ¿no?; ¿qué otros objetivos tiene BONAI?
Así es, esperamos acabar con una facturación que ronde el millón de euros. Nuestra estimación es superarlo, doblando la facturación del año pasado.
Como objetivos principales tenemos en mente la renovación de la imagen que hemos comenzado hace unas pocas semanas y consolidarla, además de estar más presente en el mercado nacional ampliando nuestras acciones de marketing.
Respecto al panorama internacional, seguir como estamos, creciendo poco a poco y desarrollando estrategias de comunicación para seguir dándonos a conocer.