Desde que la Palma de Oro comenzó una nueva vida en 1998 de la mano de Caroline Scheufele, esta no ha dejado de transmitir el lado más mágico del cine y del universo de la alta joyería. Una vez más, la historia se repite con la sosteniblidad también en primer plano
Como cada año, Chopard, orfebre de las grandes emociones, crea todos los premios que entrega el Festival de Cannes, incluido el más prestigioso: la Palma de Oro. Creada desde 1998 con genialidad, paciencia y precisión por las manos expertas de los artesanos artísticos de la Maison, la Palma de Oro es un espejo de la magia del cine con el que Chopard mantiene con pasión su gran historia de amor.
La historia de amor entre Chopard y el cine comenzó en 1997 cuando los pasos de Caroline Scheufele, copresidenta y directora artística de Chopard, se cruzaron con los de Pierre Viot, entonces Presidente del Festival de Cannes. Gracias a una vertiginosa casualidad, Caroline recibió el encargo de rediseñar la Palma, cuyo antiguo modelo llevaba en el bolso y, ya en Ginebra, rediseñó por completo los volúmenes dando lugar a un trofeo más ligero, que ganaba en relieve y en profundidad. Sus 19 foliolos están delicadamente acanalados, mientras que el tallo termina en forma de corazón, uno de los emblemas icónicos de Chopard. Inspirada en la naturaleza, su movimiento y sus ondulaciones, como tantas creaciones de Alta Joyería de la Manufacture, la Palma de Oro comenzó una nueva vida bajo el impulso de Caroline Scheufele.
27 años después, la famosa rama ha sido reeditada en su matriz original, y colocada sobre una base de cristal de roca con inclusiones que la hacen única, tallada como un diamante talla esmeralda. Lista para ser entregada la noche de la ceremonia de entrega de premios, ante las cámaras de todo el mundo, con motivo del acontecimiento más mediático del mundo después de los Juegos Olímpicos.
Además, Caroline Scheufele quería asegurarse de que el premio más codiciado de la industria cinematográfica estuviera a la altura de lo que representa; por ello, La Palma de Oro está elaborada íntegramente con oro ético certificado Fairmined, una característica única que la distingue de todos los demás trofeos cinematográficos. También es una expresión del decidido compromiso de Chopard con el lujo sostenible, en el que arte, ética y estética están tan íntimamente ligados.
Un trabajo de artesanía artística
Nada menos que 70 horas de trabajo son necesarias para crear la Palma de Oro en los talleres de la Casa. Se confía a un único joyero que, como un director de orquesta, vela por la coherencia a lo largo de todo el proceso en el que participan seis artesanos: 118 gramos de oro ético certificado Fairmined, sello que garantiza que se ha extraído respetando las normas más estrictas de ética social y medioambiental. 118 gramos de oro que se convertirán, en las manos expertas de los artesanos de Chopard, en el Grial más codiciado de la industria cinematográfica. Se trata de un proceso de sublimación en estado puro, idéntico en todo a la magia del cine, que consigue como ningún otro transformar la realidad en un acto poético. Desde la crucial preparación del molde mediante la técnica de la «fundición a la cera perdida», pasando por el metal fundido en un horno a 900 grados – en el corazón mismo de la fundición de la Manufacture -, hasta las distintas etapas de recorte, limpieza, pulido y montaje, un rosario de técnicas y gestos de una destreza sin igual que se suceden para dar vida a la Palma de Oro. El resultado es una simbiosis que alinea a la perfección forma y fondo: un objeto artístico que constituye en sí mismo la más preciada de las distinciones existentes, y la magia siempre renovada del cine al que corona. La emoción intacta de este interminable paso a dos puede resumirse en tres palabras: Chopard loves cinema.