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El 46% de las parejas escogieron un diamante cultivado para su anillo de compromiso 

El tamaño promedio del diamante que escogen para estos anillos ha aumentado a 1.6 quilates durante el año pasado, y casi un tercio de los anillos de  compromiso que se compraron superaban los 2 quilates, un 10% más que en 2019

En un mundo donde las tradiciones se ven totalmente condicionadas por las tendencias, los anillos de compromiso siguen siendo un símbolo icónico de amor y compromiso. Sin embargo, a pesar de que la tradición de comprometerse con un anillo nunca pasará de moda, las parejas están cambiando, en cuanto a gustos, a la hora de escoger estas alianzas. Según el sitio web de bodas, The Knot, el 46% de las parejas que se comprometieron el año pasado optaron por un anillo con un diamante cultivado en laboratorio, en vez del clásico diamante natural. 

Este cambio marca una tendencia al alza hacia la aceptación y, en este caso, preferencia, por las gemas creadas éticamente y que en todos los casos, son económicamente más accesibles. 

El anillo de compromiso, un ritual para el 95% de las parejas

La encuesta que publica The Knot, que cuenta con una muestra de más de 9.300 parejas que contrajeron matrimonio el pasado 2023, revela que este deseo por las piedras cultivadas para los anillos de compromiso supone un 12% más en comparación con el 2019. En esta línea, 1 de cada 3 parejas, asegura que tener un diamante cultivado en laboratorio es importante para ellos, frente al 1 de cada 5 (17%) que lo aseguraba en 2019. 

Además, es importante destacar que a pesar que prescindir de regalar un anillo de compromiso no entra en los planes de las parejas, que no contenga un diamante si (aun que poco). El 95% de los enamorados asegura haber escogido un anillo sin diamante, frente al 85% que opta por incorporar una piedra preciosa en él. 

En este sentido, entra en juego el factor del tamaño, que desde siempre ha sido factor crucial y de incertidumbre a la hora de comprarlo. El tamaño promedio del diamante que escogen para estos anillos ha aumentado a 1.6 quilates durante el año pasado, y casi un tercio de los anillos de  compromiso que se compraron superaban los 2 quilates, un 10% más que en 2019. Este aumento se relaciona (en parte) con el crecimiento de la venta de diamantes creados en laboratorio, pues permite adquirir diamantes de mayor tamaño y a menor precio. Por ello, el tamaño promedio de un diamante cultivado en laboratorio en un anillo de compromiso, asciende a 1,9 quilates, una dimensión ligeramente superior al tamaño promedio en general, ha señalado el informe. 

La forma en la piedra también es muy importante, pues hace que cada anillo de compromiso sea diferente, un factor que hoy en día esta en auge. Round sigue siendo la forma preferida para un diamante de anillo de compromiso, elegido por el 34 % de las parejas, y aun que ocupe el top 1,  su popularidad ha caído alrededor del 15 % desde 2015, asegura la plataforma de bodas. La forma Oval ocupa el segundo lugar, siendo la elegida por el 23 % de las parejas y, finalmente, la forma de pera o lágrima se aumentó un 8 %.

En cuanto al metal preferido de los futuros matrimonios, aunque el oro blanco sigue siendo el más común, con un 39% de parejas escogiéndolo, el oro amarillo esta aumentando su popularidad (no más que su precio), con un 31%, frente al 15% que lo elegían en 2019.

Estos datos revelan una transformación en curso en las preferencias de los consumidores en lo que respecta a los anillos de compromiso, marcando una era donde la ética, la accesibilidad y la individualidad están dando forma a las decisiones de compra de las parejas comprometidas.

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