En un mundo que cambia a toda velocidad, donde lo inmediato a menudo se impone sobre lo duradero, AUDAR continúa apostando por lo esencial: la artesanía, la calidad y el diseño con identidad. Desde sus inicios en 1974, la fuerza de las piezas hechas a mano, el valor de lo local y el tiempo como ingrediente clave en cada joya se han convertido en el sello de identidad de AUDAR.
“La joyería artesanal ha vivido una transformación silenciosa pero profunda. Por un lado, la tecnología ha traído nuevas herramientas, pero por otro, también ha crecido el aprecio por lo auténtico, lo imperfectamente perfecto. En nuestro caso, la evolución ha sido mantenernos fieles a nuestras raíces mientras incorporamos pequeños avances que respetan el proceso manual. El equilibrio entre tradición e innovación ha sido clave para seguir creciendo”, nos cuenta Enric de AUDAR.
El año pasado, AUDAR celebró su aniversario de una forma especial y es que, entre tanta digitalización y tecnología, prisas y, a veces, desconocimiento, la calma que necesita la artesanía, el diseño único y especial y el sello español se mantienen vivos a través de marcas como AUDAR. “Producir en España no es solo una decisión ética, es parte de nuestra identidad. Apostamos por nuestro taller local, por empleos justos y por mantener vivo un oficio que forma parte de nuestra historia. Nuestros valores giran en torno a la sostenibilidad, la autenticidad y la belleza con propósito. Nuestro modelo de negocio es directo y cercano: vendemos a través de nuestra web a las joyerías y en puntos de venta seleccionados y colaboramos con joyeros que comparten nuestra visión”, añade Enric.

Innovación, legado, transformación e internacionalización
La historia de AUDAR se remonta al año 1974, cuando el reconocido artista y diseñador Francesc, junto a dos amigos, fundó un pequeño taller de joyería cerca de Vic, Barcelona, bajo el nombre de D’Argent. El nombre original hacía referencia directa a la plata, “argentum” en latín, el material protagonista de sus creaciones que, desde el principio, se combinó de forma innovadora con oro de 18 quilates, una mezcla inusual para la época. Su enfoque pionero, profundamente influenciado por estilos orgánicos y artísticos, captó rápidamente la atención tanto a nivel nacional como internacional. Durante las siguientes décadas, D’Argent se consolidó como una marca referente en la joyería artesanal española y europea, llegando a formar un equipo de casi 50 personas y con diseños que se vendían en toda España y también se exportaban a países europeos.
Con la mirada puesta en una nueva etapa de internacionalización, fue en 2008 cuando la marca evoluciona y adopta el nombre de AUDAR, un cambio que, además, coincide con la incorporación de nuevos socios con experiencia en el mercado estadounidense, lo que permitió ampliar el alcance de la marca y reforzar su presencia internacional.
Esta nueva identidad, con un nombre que vuelve a ser acrónimo de los tres materiales nobles que definen la esencia de la marca (AU = Aurum (oro), D = Diamantes, AR = Argentum (plata), mantiene el espíritu artesanal e innovador de D’Argent aunque con una imagen más moderna, minimalista y global, acorde a un mercado cada vez más competitivo y cosmopolita.
Otro valor añadido de AUDAR, que se fue forjando en esta etapa, es la de llevar la artesanía española a otros mercados al participar en ferias internacionales de renombre como Las Vegas, Miami, Nueva York, Atlanta, Tucson aunque también en eventos clave del sector en Europa como Barcelona, Madrid, París, Múnich, Frankfurt, Utrecht, entre otros.

En 2018 AUDAR experimenta una nueva etapa al ser adquirida por la familia Torres, aunque una vez más combinando la tradición heredada con una fuerte apuesta por el futuro. Desde entonces, el equipo de AUDAR, compuesto por profesionales con pasión por la joyería, continúa diseñando y creando piezas únicas, dando vida a colecciones exclusivas para joyerías que valoran la calidad, la autenticidad y el diseño con alma. Todo ello en un momento en el que el consumidor también refleja una transformación en sus intereses; “hoy se valora más la historia detrás de cada pieza, su origen, quién la ha hecho y cómo. Hay un cambio hacia el consumo consciente, hacia lo duradero, lo simbólico. Eso nos motiva aún más a seguir por este camino”, afirma Enric.
Ahora, AUDAR se prepara para un futuro en el que su identidad es el gran pilar combinada con planes ambiciosos como el de explorar nuevos mercados, como Asia, que se uniría a otros en los que la marca ya está presente como Estados Unidos, así como en varios países de Europa como Holanda y Alemania.
“Estamos preparados y muy motivados para afrontar los próximos años con una visión clara: seguir creando joyas que emocionen, que cuenten historias y que mantengan viva la esencia artística que nos define desde hace más de cinco décadas. Además, el futuro se construye también desde dentro. Las nuevas generaciones que hoy forman parte del equipo AUDAR están trayendo nuevas ideas, sensibilidad estética y un profundo respeto por la herencia recibida. Este relevo generacional nos llena de orgullo y nos impulsa a evolucionar sin perder nuestra alma. Creemos firmemente que lo mejor de AUDAR aún está por venir”, añade Enric.