Ya anticipábamos que después de los meses de confinamiento que nos ha tocado vivir, con el distanciamiento social como método de supervivencia, volver a salir a la calle para pensar bien en qué gastar el dinero iba a tener más sentido que nunca.
El analista experto en la industria del diamante, Edahn Golan, es cautelosamente optimista sobre el gasto de los consumidores en de joyería de diamantes. Un artículo publicado recientemente por el mismo en The Israeli Diamond Industry analiza como el negocio mundial de los diamantes está lidiando con las continuas repercusiones del COVID-19, desde el suministro en bruto hasta el comercio de joyas. Estos son algunos de los puntos más relevantes.
Los precios de los diamantes pulidos siguen bajando
Tal y como afirma el artículo, los precios de los diamantes pulidos disminuyeron aproximadamente un 1,4% en julio y un 1,6% en promedio desde febrero. Según Golan, “los precios de los diamantes al por mayor disminuyeron en todas las categorías clave, con una excepción: los productos de medio quilate aumentaron un pequeño 0,4%”. Además, la demanda suele aumentar en verano gracias a la visita de los turistas, excepto este año que estamos viviendo un verano totalmente diferente. Así es que sin turistas, Golan afirma que «se espera que las ventas minoristas totales se reduzcan aún más este año«.
Los precios de los diamantes continúan cayendo
A pesar del hecho de que los precios de los diamantes al por mayor de la mayoría de los artículos han estado disminuyendo desde febrero de 2019, otros problemas subyacentes que también han tenido mucho que ver son la consecuencia de la caída en los precios a largo plazo. Por ejemplo, “un marketing atractivo, la respuesta lenta al cambio en la demanda de los consumidores y la falta de una atención atenta a los consumidores que prefieren, cada vez más, los diamantes cultivados en laboratorio”.
Perspectiva empresarial del diamante
El pronóstico puede ser optimista, teniendo en cuenta que los consumidores están volviendo a gastar y, a pesar del enorme desempleo, se seguirán celebrando bodas y se seguirán comprando joyas. Ya anticipábamos que después de los meses de confinamiento que nos ha tocado vivir, con el distanciamiento social como método de supervivencia, volver a salir a la calle para pensar bien en qué gastar el dinero iba a tener más sentido que nunca y mientras todos serían cada vez más conscientes sobre que comprar y donde, la joyería no quedaría en un segundo plano ya que se trata de ese producto eterno y lleno de significado. Es decir, una manera de demostrar sentimientos.