El sector de la relojería cuenta ya, con la entrada de este nuevo año, con datos positivos. Según la Féderation de l’industrie horlogère suisse FH, 2018 ha comenzado con buen pie para las exportaciones suizas con un total de casi 1.900.000 unidades vendidas a un valor de 1.529.4 millones de francos suizos.
El año pasado se vendieron más de 24 millones de relojes, lo que supusieron 18.791,6 millones de francos suizos. Dentro de este contexto, hay un dato que llama la atención. La producción de relojes suizos va decreciendo, pero la producción de relojes inteligentes continúa creciendo. Es por eso, que Apple se ha puesto a la cabeza y vende más relojes que Suiza, según la comparativa publicada por Statista.
Apple es el mayor fabricante de relojes inteligentes, pero no es el único. Mientras los smartwatches están en manos de muy pocas compañías, las dos principales, Apple y Samsung, fabrican al completo sus relojes.
A pesar que de la mejor fuente de ingresos de Apple son los smartphones, la compañía fundada por Steve Jobs cuenta con un producto exitoso entre sus manos. Según las estimaciones de Canalys, las ventas las ventas del Apple Watch se impulsaron gracias al lanzamiento del modelo de la Serie 3 con soporte opcional LTE. En concreto, Apple vendió ocho millones de unidades de relojes entre octubre y diciembre del pasado año. Una cifra que, como muestra este gráfico de Statista, supera en más de un millón de unidades el volumen de exportación de Suiza, país con una de las industrias relojeras más potentes del mundo.
Esto supone que, mientras estas manufacturas como Apple y Samsung que cuentan con las herramientas necesarias para fabricar al completo sus relojes, los relojes tradicionales suizos y chinos están en manos de centenares de industrias en la que cada una de ellas produce solo una parte del «habillement» del reloj.