“Se abren las puertas de un nuevo año que debemos llenar”
Dicen los “expertos” que este 2020 va a quedar marcado para la historia (que se lo digan a nuestro sector), y que 2021 ya va a ser el del inicio de una recuperación lenta. Pues como la fe y la esperanza es lo único que no se pierde, confiemos en la visión de estos “expertos” y en las señales que día a día nos van llegando.
Pero no hay que dejar nada para el azar. Tenemos que poner de nuestra parte todo lo que podamos. La razón puede advertirnos sobre lo que conviene evitar, pero el corazón nos dice todo lo que es preciso hacer.
Shakespeare decía: “El destino es el que baraja las cartas, pero nosotros somos los que jugamos”. Todos estamos en un mismo techo en este sector, pero cada un0 tenemos un horizonte. Recordemos que en momentos de crisis sólo la imaginación es más importante que el conocimiento.
Se abren las puertas de un nuevo año y debemos recordar una vez más que la constancia es la virtud por la que las obras dan fruto y acordándonos de Séneca: “No hay viento favorable para quien no sabe dónde va”.
Al igual que decía Leonardo da Vinci: “El que no valora la vida, no la merece”. Pues el que no valora el sector, no merece estar en él.
El 2020 nos dejó, pero aunque se rompa la piedra del molino, el agua sigue su curso. Lo mismo nos pasa a nosotros.
El pasado ha huido, lo que esperamos está ausente, el presente es nuestro. APROVECHÉMOSLO. Un año que nos llega vacío y que solo untos debemos llenar. Ya sabemos que la vida cuanto más vacía está, más pesa.
Confiemos en el sector, pero sepamos que la confianza nunca proviene de tener todas las respuestas, sino de estar abiertos a escuchar todas las preguntas. Estar preparado es importante, el saber esperar lo es más, pero aprovechar el momento adecuado es la clave. Siempre se ha dicho que es el maestro quien nos abre la puerta, pero somos nosotros los que debemos atravesarla.
No nos dejemos abatir por despedir 2020. Tal vez fue imprescindible para poder entrar en 2021 con más fuerza, con más ganas y con los ánimos despiertos para el logro de lo deseado. Siempre que caminemos lo suficiente, llegaremos a cualquier parte.