Y más ahora, con todo lo que nos ha caído en estos meses
Sentarse a la orilla del problema y ponerse a llorar no es la solución. Es necesario correr riesgos. Los milagros solo se entienden cuando se deja que suceda lo inesperado. Todo está más allá del tiempo… Y si lo queremos mejor, tenemos que saber que la acción está en el tiempo, y el espacio es un punto que siempre está en transformación.
Dentro de nosotros hay una fuerza salvaje que no debemos intentar controlar. Si no, nos destruirá. Hoy más que nunca debemos poner los cinco sentidos en cualquier acto a celebrar.
El sector nos invita a sumergirnos en el mundo de lo desconocido para descubrir lo que está por venir. Vivimos en momentos apasionados y tenemos que descubrir sus señales para poder avanzar. Solo con entusiasmo podemos lograr lo imposible. Porque queremos y creemos en el cambio del sector haremos que el mundo conspire en esa dirección.
Vivir y amar una profesión es un constante viaje desde que lo empezamos hasta que lo abandonamos, sean cuales sean las circunstancias, hemos de vivirlas.
Cambios constantes, adaptaciones permanentes, paisajes diferentes, clientes nuevos, gustos distintos, economías en constante evolución; las necesidades se transforman, pero nuestra máquina sigue adelante y no nos podemos detener. Nada justificará el no haber cumplido con nuestra satisfacción. Si hemos logrado dar a luz una idea y hemos sido constantes en ella, nacerá una respuesta satisfactoria.
Nuestro sector está lleno de sueños y estos no están en un camino fácil ni con una puerta muy ancha. Hay que buscar nuestro proyecto personal, pero debemos conseguir que los que nos rodean conspiren para lograr lo deseado.
Queremos una libertad total de movimientos para nuestras ideas; pero una vez más debemos saber qué si dejamos el horno abierto el pan no se cocerá bien. Concentrémonos y encerrémonos en nuestro objetivo. Y como los buenos guerreros, si comenzamos un proyecto, lleguemos hasta el final. Y una decisión es cómo un camino por el que nunca hacemos dos viajes iguales; siempre hay un momento para actuar.
Está claro que repasando lo que fue este sector, lo que es y lo que creemos que va a llegar, nos van a surgir dudas; pero debemos ser capaces de escoger el camino adecuado. Y tomemos una decisión con valor, sin cobardía. Seamos lo que decidamos ser, no lo que los demás desearían que fuéramos.
Todo lo que nos queda por delante es la esperanza de haber tomado la decisión adecuada. Recordemos que el miedo solo va hasta donde lo inevitable comienza.
Yo creo en las señales que nos llegan día a día. Creo en el destino. Creo en que cada día tenemos una posibilidad de saber cual es la mejor decisión que tomamos. No me gustan los que tienen miedo a correr riesgos. No nos debemos dejar asustar cuando buscamos lo que necesitamos.
Una vez más recordemos que estudiando siempre la misma lección no se aprende nada nuevo. Siempre una pregunta tiene muchas respuestas, pero la duda nos ha de hacer crecer. Las cosas simples que hacemos han de transformarnos hasta donde sea necesario.
El ser rebelde y estar buscando siempre nuevos caminos puede ser positivo, pero el ser arrogante y creer que los de antes no sabían nada, no nos deja aprender muchas cosas. Dejemos de dar opiniones sobre el campo del vecino y prestemos total atención al nuestro. Esa es la mejor forma de cuidar nuestra cosecha.
Solo si nos concentramos con una absoluta perfección en lo que queremos, las cosas encajarán bien. Otra cosa muy importante es analizar los problemas y no dejar la puerta abierta a la autocompasión.
Si es necesario cambiar todo, hagámoslo y sigamos adelante para sobrevivir, las especies necesitan adaptarse. Y está muy claro. El entorno ha cambiado y nuestra adaptación a él ha de ser permanente. Y más sirve esta lección con lo que nos ha caído en estos meses. A seguir, con pasión!!!