Ya no es tanto el diseño, sino que todo reside en el cómo
Algo tiene el verano que las joyas se convierten en protagonistas (más todavía) de cualquier estilismo, incluso en esos días de playa en las que ciertas piezas se alían con los destellos del sol y la piel bronceada. En verano, lucimos esenciales, lucimos joyas que guardan un pedacito de la época que estamos viviendo y, sobre todo, lucimos collares. El motivo, seguramente sea por ese efecto que ofrecen y la manera en la que son capaces de combinar en cualquier momento. Esta temporada, y anticipando lo que llevaremos la próxima, la joya en cuestión no se reinventa en cuanto a diseño, si no que hablamos de un nuevo manual de uso.
La joyería cuenta con ese valor atemporal que se escapa de los cambiantes ciclos de las tendencias, aunque, a veces, también se alían con ellas para ofrecer nuevos diseños y combinaciones sin perder, claro, esa vocación atemporal. En verano, ocurre precisamente esto; mientras los pendientes siempre han estado muy ligados a este época estival, así como las pulseras y tobillera, los collares tienen ese algo especial que hacen que cada verano los luzcamos con más ganas. Su nuevo manual de uso los convierte en objeto de deseo.
Entre el boom de los anillos de resina, piezas esmaltadas con colores arriesgados, o las perlas y esa facilidad de convivir en nuestro joyero temporada tras temporada y adaptarse a todas las épocas del año, en verano conviven infinidad de materiales, texturas y formas. Así es que, esta vez, esto se repite aunque con nuevos gestos. Como el de combinar diferentes longitudes con varios collares; es decir, un layering más elaborado pero igual de especial. Y es que los collares cortos, como el de Eleonor de Casanovas (que también combina texturas), siempre han sido un must de cada verano pero las tendencias, que anticipan lo que llevaremos la próxima temporada, quieren que empecemos a poner en práctica la combinación entre collares cortos y largos, que regresan para quedarse. Una combinación perfecta entre los collares típicos del verano con, otros, más largos y elegantes, como el de Rue des Mille de la colección Star Ball, creando un contraste muy personal; o el de Salvatore Plata, atemporal y en tendencia a partes iguales.
Otro nuevo gesto también pasa por adornar espaldas descubiertos, es decir, colocando el collar por detrás en lugar de por delante. Un estilo muy propio de alfombra roja que ahora salta también al street style y a los días de verano. Un gesto especial que La Cabellera de Berenice refleja en su nueva colección Perseidas, inspirada en una noche de verano estrellada. El medallón Noche Perseidas es el elegido, y es que esta joya, que representa esas noches de verano en las que admiramos la luna a través de la ventana, destaca por su forma, original y en tendencia, y por su tamaño, que permite combinarlo con otros colgantes, creando nuevos mix&match, o lucirlo en la espalda, con un vestido de verano, creando un efecto muy especial.
Sin olvidarnos de los charms, que tras su regreso se han convertido en deseo y han decidido quedarse para posicionarse como el favorito de las nuevas generaciones. Y con ellos, otro nuevo gesto en el que gana el exceso para lucir en una misma joya más de un charm, creando una historia de verano y reflejando nuestro estado de ánimo y personalidad de forma original. Así lo refleja la nueva colección de PDPAOLA, que presenta su propia visión de los charms con una llamativa característica: select, slide y stack. Es decir, los charms tienen silicona en su interior para que puedan deslizarse fácilmente y se quede en su sitio con este sistema que también permite reorganizar los charms en diferentes combinaciones, asegurando que no se muevan.
En definitiva, ya no es tanto el diseño, sino que todo reside en el cómo.