Una aceleración provocada por la situación que estamos viviendo ha cambiado la forma de comprar pero también la de vender.
El universo digital ha sido el foco principal de estrategias y nuevos hábitos de consumo desde el inicio de la pandemia. Una aceleración provocada por la situación que estamos viviendo ha cambiado la forma de comprar pero también la de vender y, el amante de la moda y las tendencias traza ahora una nueva hoja de ruta para las marcas. Un informe de Lyst en colaboración con la casa de moda digital The Fabricant explica como afecta todo esto en la actualidad.
Zoom Boom, On Screen y Screen Wear ( el nuevo StreetWear) son los términos que han nacido en medio de una pandemia y que han tenido, por supuesto, sus consecuencias. Recordando el On Screen, este fenómeno consiguió que la joyería se colocará en un primer plano para mostrar nuestra personalidad y nuestro estilo a través de una pantalla (provocando el auge de la joyería en tiempos de coronavirus), lo que a su vez, se convirtió en unos nuevos hábitos de compra donde ganaban piezas de joyería originales y diferentes, en formato maxi, extravagantes, que transmitieran nuestro gusto por la moda en cuestión de un segundo. Este fenómeno surgió a partir del teletrabajo, la nueva forma de trabajar en tiempos de COVID, pero ahora se extiende por otras pantallas, como los directos en Twitch, en Instagram, en Tik Tok… Y no sólo eso, si no que vestimos a los avatares digitales como si fuéramos nosotros mismos.
Pues bien, Lyst y la casa de moda en 3D The Fabricant, se alían para explorar los nuevos confines digitales de la industria; un análisis de datos combinados con el conocimiento del sector que desvela un nuevo perfil: Digital-Sapiens.
Durante el último año, las marcas se han lanzado a experimentar con nuevas tecnologías, mientras que la forma en que se consumimos moda ha cambiado radicalmente. Así, los videojuegos se convierten en el nuevo espacio experimental para las marcas, abriendo nuevas posibilidades para las firmas de lujo. Según los datos analizados, se ha comprobado que las iniciativas digitales de las marcas han causado impacto real del consumo físico de moda; por ejemplo, en diciembre de 2020, Balenciaga presentó su colección de otoño-invierno 2021 en forma del videojuego Afterworld: The Age of Tomorrow. En 48 horas, las búsquedas de la marca en Lyst subieron un 41 %, mientras que las menciones en redes superaron las 130.000 en diciembre.
Volviendo a los Digi-Sapiens, este nuevo perfil ascienden a 3500 millones de personas en todo el mundo y acumulan más del 55 % del poder adquisitivo total, según The Fabricant, y se caracterizan por aquellos que ya han creado en la era digital y visten a su yo virtual para dejarse ver en diferentes plataformas; el activista de moda, que apoyo a marcas fundadas por personas negras y asiáticas y al auge de la moda de genero neutro, defendiendo la diversidad y la inclusividad; el ecologista, que prefiere las marcas que apuestan por la sostenibilidad y, por último, el coceado, que es el agente creativo que se expresa a través de su yo digital.
Teniendo esto en cuenta, cabe recordar que no se trata de entender que el mundo físico ya es cosa del pasado, sobre todo si hablamos de nuestro sector, donde tocar y probar a veces se vuelve imprescindible; pero lo cierto es que las nuevas generaciones ya nacen en el mundo digital mientras que otras, como la generación millennial, cada vez están más metidas en este mundo, pero no en este mundo como lo conocíamos hasta ahora, si no que reinventarse también empieza por hacerlo en estas herramientas digitales, probar nuevas cosas, estar donde nos reclaman… Mientras el mundo físico se alía con el digital, el universo digital evoluciona más rápido de lo que creemos y hay muchas estrategias que ya no son suficientes.
Todo ha cambiado.