Para salir de esta crisis, hay que actuar cuanto antes. Argimiro Aguilar nos cuenta su experiencia y el consejo que le transmitió un conocido empresario español en su tienda de Valencia capital. El ejercicio de responsabilidad ante la economía de proximidad nos compete a todos.
Argimiro Joyero: «Me puse un presupuesto y casi lo tripliqué durante la fase O». Eso nos cuenta Argimiro Aguilar, responsable de este establecimiento situado en Colón 41 de la capital valenciana. Su experiencia invita a todo un ejercicio de comprensión de la crisis del COVID-19 en los negocios joyeros y cómo esta puede y podrá deparar sorpresas.
En Argimiro Joyero ya llevan 17 días con la joyería abierta, al principio con la cita previa… «Fuimos los primeros de la calle, teniendo claro que no íbamos a hacer nada, más que nada por aportar tranquilidad y normalidad. Para los que yo llamo los de Miranda del Ebro, los que miran escaparates…» ¿Horario actual? Desde las cuatro y media hasta las 10 de la noche, porque hay que adaptarse a los clientes…
En su caso, como el de muchos establecimientos, el COVID-19 ha planeado sobre la campaña de la Madre, y en el caso concreto de Valencia sobre la de su patrona, la Virgen de los Desamparados, que siempre se celebra el segundo domingo de mayo. ¿Por qué resignarse a verlas pasar y perder esas ventas?
Argimiro y su equipo no se quedaron de brazos cruzados. «Muchas veces lo que no hacemos la gente es pararnos a pensar», pero, en su caso, lo hizo. Lo que llaman resiliencia pudo más que la paciencia… y la resignación. Los 8.000 contactos de su móvil se convirtieron en oro para sus dedos. Oye, que «si necesitas algo para tus niños regalen a tu mujer, sin ningún compromiso, yo te mando fotos; y lo que te guste, te lo acerco donde quieras; y me lo pagas como quieras, te llevo hasta el datáfono inalámbrico…» Un proceso en principio largo y tedioso, fotografiando, wasapeando… hasta que un día «me quedé acojonado, llegué al récord en redes sociales, 8 horas y 21 minutos!!! Pero si no lo haces, estás muerto».
Y así la joyería de Argimiro ha facturado lo que ni siquiera su equipo había soñado, el triple de lo pensado. Y con un simple ejercicio psicológico, sobre todo a la hora de que las Amparos de la ciudad disfrutaran de una joya en su santo: «Restringí la búsqueda a maridos de, padres de, hijos de… porque los hombres somos muy cómodos, no como vosotras las mujeres, que sois todoterrenos. Si tú se lo pones a pedir de boca para ver fotos, elegir esto es lo que quiero, y se lo llevas a casa, es un cliente que te has ganado… y lo que es más importante, fidelizado». Lo que viene a decir es que «si te mueves y realizas las acciones y gestiones comerciales pertinentes, al final triunfas, porque el mundo no se ha acabado».
En esta conversación telefónica Argimiro nos cuenta algunas anécdotas, nos quedamos con esta que compartimos con nuestros lectores. Uno de esos días pasó por su establecimiento un peso económico muy importante de España, y tocó al timbre.«¡Qué alegría que estéis abiertos! ¡Muy bien, porque esto lo sacaremos adelante entre todos los empresarios! No tiene que cundir el miedo y entre todos lo pararemos con responsabilidad y ejercicio de profesión». De paso, el joyero recordó al peso pesado que tenía una Amparo en la familia. Ahí quedó otro encargo.
Hay que recordar que el perfil de cliente de Argimiro Joyero es de nivel medio a muy alto. Pero su responsable piensa que el servicio al mismo no ha de depender del gasto, aunque no te salgan las cuentas, ni lo comido por lo servido. Aunque sea una joyita de 35 euros, haz todo lo que puedas porque la reciba en sus manos. Aunque sea pateándote la ciudad como lo hizo él. «Primero, fidelizas a un cliente, le das servicio… Si no nos hacemos imprescindibles para nuestros clientes, nos moriremos… En la campaña de la Madre yo me he peleado contra Amazon y una floristeria de un amigo, que el jueves posterior aún seguía enviando ramos de flores porque no daba abasto». La accesibilidad e inmediatez del comercio de proximidad y las redes sociales han ganado en este caso la batalla.
Nos quedamos con dos consejos que nos ceden desde esta joyería valenciana nacida hace 25 años y hoy a pie de calle, con siete empleados y un buen community manager que les apoya desde fuera. Tienen tienda online, 11.700 seguidores en Facebook y 4.000 en Instagram y «somos muy activos en las redes sociales, aunque tampoco sea lo mío, las considero una herramienta»:
- Consejo 1. «Todavía veo muchas joyerías importantes cerradas y no se trata de aguantar a duras penas con subvenciones y ERTEs. Si actuamos saldremos de la crisis mucho antes. Hay que hacer un ejercicio de responsabilidad y solidaridad con el comercio de proximidad para que todos los sectores ganen. Quien te pone el café, te vende una revista o un kilo de zanahorias…
- Consejo 2. Diferenciar entre actitud y aptitud, que las aptitudes ya se las pondremos nosotros pero cada uno ha de venir motivado de casa o estamos «jodidos». Que la resiliencia es saberte sobreponer aunque te digan que no… Se lo digo a mis vendedoras, que un «no» de un cliente no es un no a ti personalmente, sino a una oferta o determinado servicio. Por tanto, ¿qué te ha de impedir que mañana vuelvas a llamar a su puerta?
A más de uno esta pandemia nos pillo con el pie cambiado pero conociéndote no me extraña tu actitud ya que eres una persona vitalista posees una fuerza, un impulso diferente al resto por eso no me sorprende que fueras el primero en abrir adaptándote rápidamente a los cambios y teniendo una visión muy clara de tu objetivo, eso te habrá hecho tomar decisiones diarias y cumplir con creces tu meta. Enhorabuena!
Sí Señor! Un gran trabajo que demuestra que con trabajo e imaginación todo se puede.