La marca de joyería tecnológica está apoyada por el programa Google for Startups y su objetivo es facturar dos millones y medio de euros este año, y sólo a través del entorno digital.
Tot-em es joyería personalizada, una forma de estar un poco más cerca de los tuyos, de recordar un lugar o momento irreemplazable, una forma especial de decir lo que llevamos dentro. Pero también es una empresa rentable e innovadora en vías de crecimiento gracias a su producto transgresor. Durante la pandemia ha triplicado su equipo y ha duplicado su facturación. Y sus objetivos de crecimiento para este año son retadores.
Guardamos recuerdos de todo tipo y de mil formas diferentes… ¿Por qué no hacerlo con la voz? ¿O con las coordenadas de un lugar o el cielo estrellado de aquél sitio especial? Tot-em se caracteriza por todo esto y por haber nacido para conectar a las personas con aquello que les importa, les emociona. Además, Tot-em también es joyas artesanales y tecnológicas ya que sus piezas, realizadas tanto en madera como en metal, se producen gracias a un software que ellos mismos han desarrollado para automatizar la creación de planos. La marca dispone de un taller propio en Madrid donde fabrican los productos realizados en plata de ley y oro de 18 kilates, mientras que los de madera los hacen en colaboración con talleres artesanales del Pirineo.

Desde los inicios hasta hoy
Desde 2014, Javier Jimenez Rueda y Javier Pérez Arranz lideran este proyecto que fue destacado como una de las start-ups más innovadoras en su momento y que en la actualidad es un negocio apoyado por el programa Google for Startups que factura más de un millón de euros al año y que apuesta por un crecimiento exponencial con sus distintas líneas de producto. Su objetivo es facturar dos millones y medio de euros este año, y sólo a través del entorno digital.

Para conseguirlo, los planes más inmediatos de la compañía pasan por su consolidación en España y el incremento de su facturación en el extranjero, así como por la diversificación de sus colecciones, con nuevos lanzamientos previstos para estos meses, entre ellos una aplicación móvil.
El nombre de esta marca española, tomado de los indios nativos americanos que esculpían totems para mostrar los valores del individuo, representa inequívocamente la línea de productos que ofrece. Sus joyas son símbolos secretos con significado, ya que plasman desde la onda de un sonido o frase o las coordenadas o el cielo estrellado de un lugar determinado.
Una marca que comenzó con un crowdfunding entre su entorno más cercano y con tan sólo 800 euros, dando origen a lo que se ha convertido en su buque insignia: los tot-em de voz. Con el tiempo la marca ha ampliado sus líneas de producto y ofrece la posibilidad de guardar recuerdos de todo tipo, desde el latido del corazón de un bebé o el “te quiero” de tu pareja, hasta el cielo o las coordenadas de un lugar concreto, e incluso imágenes.
Su última novedad es Momenti, un baúl de recuerdos digital en forma de joya ligada a una aplicación que se puede usar sólo o con otros seres queridos para guardar imágenes, audios, texto y poder volver a ellos siempre que se quiera para revivirlos. No es una red social donde se busquen los “likes”, es una vida llena de momentos especiales, no perfectos, que merecen ser recordados. Para acceder sólo se necesita “la llave”: una joya Momenti by Tot-em.

Y si el comprador aún tiene dudas, a todo esto se suma el carácter sostenible de la empresa. Sus fundadores creen en los modelos de negocio que son capaces de aportar valor y son sostenibles a la vez. Para ello generan el menor residuo posible fundiendo y reutilizando los metales sobrantes en un modelo circular. Además, dado que su primer producto fue el Tot-em de madera, ahora plantan un árbol por cada uno que venden, ahorrando más de 50 toneladas de CO2 cada mes. Y por supuesto, todas las instalaciones se alimentan con energía renovable.