Dopamine dressing es la tendencia que prosigue al Zoom Boom.
Colores, texturas, nuevas tendencias y muchas joyas. La esperanza y el estado de ánimo se han ido reflejando durante los últimos meses en nuevas propuestas de estilo que han marcado un cambio; y la relación entre la felicidad y estas nuevas tendencias tiene, en realidad, mucho sentido.
Las reglas del juego han cambiado, y las ganas de celebrar, de volver a vestirnos y de decir que sí a todos los planes forman parte ahora de esta nueva realidad. Una motivación que deja a un pequeño lado la obsesión por la comodidad para dar paso a tendencias en moda y joyería que, una vez más, se adaptan a nuestro estilo de vida. Lo que explica muy bien porque cada vez vemos más joyas o somos testigos de como estas despiertan interés en cada vez más públicos y generaciones.
Dopamine dressing es la tendencia que prosigue al Zoom Boom que reinó en tiempos de confinamiento. O, lo que es lo mismo, hemos pasado de vestirnos para vernos bien a través de una pantalla, a vestirnos para nosotros mismos y sentirnos bien. Y de esta manera es mucho más sencillo entender las tendencias del momento que, todas ellas, se pueden resumir en energía, carácter y atrevimiento.
No es por resultar repetitiva pero son ya varias temporadas de desfiles en las que la joyería ocupa un importante primer plano, acompañadas de prendas que ofrecen un extra de elegancia; las nuevas plataformas también son fuente de inspiración en esta materia, de Netflix a redes sociales, y es que basta con ver el regreso de Élite para darse cuenta de como las joyas vuelven a ser el complemento por excelencia en looks tan arriesgados que apetece imitarlos. Realmente ahí está la clave, en esas ganas de volver a vestir que han dado paso al resurgir de tendencias olvidadas o, a partes iguales, han cedido protagonismo a otras tendencias. Y todo derivado de ese “dopamine dressing”, las ganas de vestir como siempre lo hemos hecho.
Un termino que está muy relacionado con el color, y no hace falta hacer un estudio de tendencias para saber que cualquier tonalidad ocupa hoy nuestro armario. Pero, al final, una cosa deriva a la otra. Vestirse con carácter y alegría supone completar un look, hacerlo más especial y para ellos recurrimos a complementos diferentes. Las joyas maxi vuelven a ser tendencia, los anillos se llevan en exceso, el color tiñe cualquier tipo de pieza, los collares se entrelazan, las reglas se rompen… todo se alía. Y todo nos lleva a nuestros sentimientos y emociones, a vestirnos para sentirnos bien, a reflejar esa felicidad cuando nos compramos algo nuevo o cuando lo relacionamos con un viaje o un plan… a dejarnos llevar por emociones.