Las joyas se han convertido en la mejor forma de expresar quienes somos.
Que las maxi joyas sean tendencia no es algo nuevo, puesto que ya hace unas temporadas que vivieron su mejor momento y supusieron el resurgir del sector. Pero que esta temporada todo sean maxi joyas si tiene un sentido.
Recordamos el año pasado, cuando la tendencia Zoom Boom se impuso de forma repentina. Una tendencia que consistía en vestirnos de cintura para arriba y colocar nuestros mejores complementos en esa zona del cuerpo, puesto que es la que se vería a través de una pantalla. Las maxi joyas fueron ese complemento elegido, el que se convirtió en favorito para llevar a cabo esta tendencia. Pues bien, a pesar de que la situación ya ha cambiado (por fin), ciertos hábitos se han quedado a convivir con nosotros. Mientras en cuestión de moda los estilismos cómodos siguen ocupando gran parte de nuestro armario, las joyas han encontrado la manera de sacarle partido a esta tendencia impuesta.
Las ganas de volver a salir, de «mostrarnos» a nosotros y nuestra personalidad, esa ilusión y la vuelta a la normalidad se reflejan en todo lo que hacemos y, por supuesto, en cómo vestimos. Quizás por eso que todas las tendencias de la temporada estén relacionados con el tamaño o el color tiene mucho que ver. Y, lo que es mejor, las joyas se han convertido en la mejor forma de expresar quienes somos.
El desfile de Saint Laurent (con un claro guiño a España y ese «se nos rompió el amor» de fondo), es la reciente prueba de ello. Mientras la mayoría de los estilismos llegaban sencillos, en tonos neutros y con monos ajustados como principal vestuario que si destacaban por sus con cortes arriesgados, las joyas ocupaban todas las miradas. Y es que este desfile descifra en claves todas las tendencias en auge del momento, las mismas que parece tienen ganas de quedarse con nosotros una larga temporada.
Los pendientes eran maxi y no sólo por su longitud, si no que también por esas grandes piezas de colores y en formas geométricas que les daban vida y que unían entre ellas, hasta tres, para formar una joya magnífica. Piezas que apenas necesitan descripción, hablan por sí solas, y elevan de forma elegante cualquier estilismo. Nunca son suficientes joyas podría ser el mensaje que nos deja el desfile de Saint Laurent ya que a estos pendientes les siguieron otros, también en formato maxi aunque, esta vez, de una única pieza: el clásico aro dorado con un guiño a épocas pasadas o, de nuevo, piezas geométricas.
Los brazaletes han vuelto para quedarse con un manual de estilo actualizado. Más de una joya en cada muñeca, jugando con tamaños y formas, o incluso un simple gesto que hace de esta pieza más especial si cabe: colocada por encima de un guante de piel. Brazaletes anchos y lisos o irregulares, pero siempre maxi.
El choker es la otra tendencia que confirma su regreso y sus ganas de quedarse en el joyero. Como ya anunciamos, este regreso sería de forma más sofisticada dejando a un lado aquél lazo de terciopelo; Saint Laurent va un paso más allá rompiendo códigos estéticos y es que, abalorios dorados y plateados se juntan en una misma joya.
Con un throwback a los 80 y un guiño a la modernidad a partes iguales, esta estetica es cada vez más común en el mundo de la joyería.
Foto de portada: The Kooples